Ejemplos con descuido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Le parece a usted que con este descuido que hay en los enlaces, con los sacrílegos consorcios que solemos presenciar entre naturalezas pobres, viciadas, enfermas, y naturalezas sanas, es posible que muy pronto, a la vuelta de tres o cuatro generaciones, sobrevenga la decadencia fatal de estos pueblos de Europa? O qué, ¿se puede impunemente transmitir a nuestros tataranietos veneno y pus, en vez de sangre?.
Tenía las facciones bien dispuestas, pero encapotadas por unas nubes de melancolía y padecimiento, no del padecimiento físico que destruye el organismo, pega la piel a los huesos, amojama las carnes y empaña o vidria el globo ocular, sino del padecimiento moral, o mejor dicho, intelectual, que sólo hunde algo la ojera, labra la frente, empalidece las sienes y condensa la mirada, comunicando a la vez descuido y abandono a los movimientos del cuerpo.
Al día siguiente los examinaba el , y si encontraba un descuido, imponía multa.
Sus ojos pequeños y penetrantes miraban a todos lados con la esperanza de encontrar un descuido, algo que contraviniese las reglas establecidas, para estallar en gritos y amenazas que diesen salida al mal humor y a la ira reconcentrada que fruncían su entrecejo.
A Luna le divertían las picardías del , la confianza y el descuido con que iba por el templo, como si el haber nacido en él le privase de todo sometimiento de respeto.
En España todo se olvida, y aunque la autoridad sea más feroz y menos escrupulosa que en otros pueblos, molesta poco, por la imprevisión y el descuido propios de la raza.
Batistet intentó disculparse ante su padre de este descuido.
El descuido y la imprevisión de mi padre no podían ser mayores.
Don Acisclo solía echar cálculos alegres, y este mismo descuido de su futuro diputado, que para cualquiera otro hubiera sido un mal, se mostraba a veces con colores risueños y brillantes a los ojos de su esperanza ambiciosa.
Si no, ¿qué significa el papelito de apuntes que sorprendí el otro día sobre la cómoda de mi tía, y en el cual, pasando al descuido la vista, distinguí este renglón que decía: ? quiere decir.
Nada, en cuanto yo me descuido, ya no das pie con bola.
Si me descuido, no tengo tiempo ni de dejar a esta infeliz bien defendida de los pillos y de las propias debilidades de su carácter.
Únicamente se clareaba alguna vez, soltando como al descuido estas entrecortadas razones: ¡Ay qué chico! ¡cuánto lee! Yo digo que esas cabezas tienen algo, algo, sí señor, que no tienen las demás En fin, más vale que le dé por ahí.
Sor Antonia, la madre que gobernaba allí, se despertó, y para disimular su descuido, dio una fuerte voz, sin incomodarse mucho con las durmientes y añadiendo que hacía un calor horrible.
No la esperaba Ha sido un descuido.
¿Sabe usted que si me descuido pierdo mi colocación en la botica de Samaniego? Si doña Casta sabe que estas ausencias mías son para venir a visitar a la que le tomó las medidas a su niña, al instante me limpia el comedero.
Aquel descuido que tuvo le avergonzaba como si hubiera sido un delito.
Si eso confiesas respondió Camila, enemigo mortal de todo aquello que justamente merece ser amado, ¿con qué rostro osas parecer ante quien sabes que es el espejo donde se mira aquel en quien tú te debieras mirar, para que vieras con cuán poca ocasión le agravias? Pero ya cayo, ¡ay, desdichada de mí!, en la cuenta de quién te ha hecho tener tan poca con lo que a ti mismo debes, que debe de haber sido alguna desenvoltura mía, que no quiero llamarla deshonestidad, pues no habrá procedido de deliberada determinación, sino de algún descuido de los que las mujeres que piensan que no tienen de quién recatarse suelen hacer inadvertidamente.
Y de aquí nace lo que comúnmente se platica: que el marido de la mujer adúltera, puesto que él no lo sepa ni haya dado ocasión para que su mujer no sea la que debe, ni haya sido en su mano, ni en su descuido y poco recato estorbar su desgracia, con todo, le llaman y le nombran con nombre de vituperio y bajo, y en cierta manera le miran, los que la maldad de su mujer saben, con ojos de menosprecio, en cambio de mirarle con los de lástima, viendo que no por su culpa, sino por el gusto de su mala compañera, está en aquella desventura.
Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado, que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado, que cada día me falta una, y, porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba