Ejemplos con desalmados
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
La jerga burocrática cancilleresca incluso ha llegado a arrancar exclamaciones desabridas a políticos ante párrafos desalmados como éstos:.
El anónimo era creación literaria de Felicita, pintaba, con recargada sensiblería, los amores desgraciados de don Pedrito y Angustias, hasta el instante en que la pasión avasalladora les arrebataba en un torbellino y les impelía al rapto, refería que unos perseguidores desalmados iban a los alcances de los amantes evadidos, con propósito de destruir su felicidad, esbozaba, con trazos al carbón, el cuadro venidero de una doncella sin honor, de todos despreciada, y de un sacerdote indigno, caso que no se les permitiese casarse, y, por epílogo, suplicaba de los Padre dominicos y de los marqueses de San Madrigal que intercediesen con el obispo, con el cual tenían notorio metimiento, para que obligase al descarriado seminarista a cumplir como hombre cabal con la chica.
En un santiamén quedaron estos vencedores, y dispersos los desalmados.
¡No parece sino que se ha estipulado de antemano no apelar nunca a estos golpes mortales, como se excluye la estocada en ciertos duelos! Y es, realmente, que un maravilloso instinto de conservación advierte a los más desalmados, que el anónimo, y sobre todo el pasquín, acabarían por disolver la sociedad humana.
Los cuatro desalmados rugieron con ira, pero el militar parecía resuelto a defender a Elías hasta el último trance.
Unos cuantos desalmados le dan leyes en nombre de un principio absurdo, contrario a la Naturaleza.
—Así lo dicen y lo hacen los desalmados, replicó el tiniente, pero el juez que da buena residencia, no tendrá que pagar condenacion alguna, y el haber usado bien su oficio, será el valedor para que le den otro.
Y he tomado por arbitrio volverme al mundo y andar entre los desalmados corchetes y mohatreros, que por tener alma todos me reciben, y así todos estos y los demás oficios deste jaez tienen el ánima de Garibay.
Pero donde usted ve a Don Quijote volver vencido por el caballero de la Blanca Luna, yo lo veo volver apaleado por los desalmados yangüeses, con quien topó por su mala ventura.