Ejemplos con desaliñada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fields comenzó siendo un malabarista excéntrico en el vodevil, y aparecía con el maquillaje de un tramposo: barba desaliñada y traje ruinoso, por ejemplo.
El tronco del árbol tiene frecuentemente una base desaliñada donde las viejas capas de la corteza no se han desprendido, dando la apariencia del cabo de una vela, de donde obtiene su nombre.
Pronto se haría extremadamente popular, cultivando además una peculiar imagen desaliñada que combinada con su particular timbre de voz lo convirtieron en un personaje entrañable y querido en la escena discográfica española y entre el público en general.
Después, llegaron: el Botija, un ratero en el fondo de muy buen corazón, su esposa la Chimoltrufia, una mujer desaliñada pero con un sentido de la honradez y la moral intachables, la vecina Doña Nachita, paño de lágrimas, Marujita, la inquilina más coqueta del hotel, el Sargento Refugio, de la comandancia de la policía, quien vivía eternamente enamorado de la menuda joven Marujita, y, finalmente, el Licenciado Morales, quien en repetidas ocasiones tuvo que confiar en la honestidad de nuestros amigos y demostró siempre que la amistad es el valor más noble del ser humano.
El que parecía sargento de tan desaliñada tropa me mandó con grosero despotismo a pie, y obedecí silencioso, emprendiendo la marcha rodeado de aquellos gandules.
El que parecía sargento de tan desaliñada tropa me mandó con grosero despotismo arrear a pie, y obedecí silencioso, emprendiendo la marcha rodeado de aquellos gandules.
»Y ahora, ¿qué me queda para hacer, si soy la burla de todo el mundo? ¿Dónde me he de ocultar? ¿Cómo he de castigar a esta víbora? Para satisfacer los caprichos de este muñeco, ¿habré de implorar el auxilio de la Sobriedad, mi eterna enemiga? ¿He de ir a hacer buenas migas con una mujer tan tosca, y desaliñada? Tiemblo al pensarlo.
No sólo creí que este sitio os podría embelesar, sino haceros indulgente en favor de una traducción inculta y desaliñada: mis versos por naturaleza rudos tienen necesidad de esos acompañamientos selváticos, y las musas provenzales, suspirando de continuo por las dulzuras de un silencioso retiro, gustan mezclar su voz con el ruido del torrente, y prefieren para su adorno las flores silvestres del desierto, a las brillantes guirnaldas de los jardines.
Sus ojos negros y penetrantes, sus carrillos frescos y redondos, la nariz algo aplastada, y dos órdenes de dientes más a propósito para luchar con sendos tasajos de vaca y de carnero, que para emplearse en frutas y otras fruslerías semejantes, iban muy mal con la poblada barba, el aire de humildad y penitencia, la voz enfermiza y plañidera y la desaliñada túnica de color pardo.
Le hemos oído en el Congreso, y no hemos podido comprender mas que alguna que otra vulgaridad en medio de la mayor confusión de ideas, y de la forma mas desaliñada.
Iríamos a una feria, ruidosamente anunciada por los rematadores lugareños, y como allí encontraría mucha gente del reñidero, no quería desmerecer la fama adquirida con mis apuestas, exponiendo una pobreza desaliñada.
Tenía demás desto una niña de hasta diez y seis años, en todo única heredera de su madre, no fea ni desaliñada, y como mi compañero trajese debajo del saco de sayal una cadena que llamábamos la Luz, que pesaba docientos escudos, y la huéspeda se entrase a departir con él las más noches y se la viese, estudió cómo quitársela.
La palabra desaliñada, franca, tranquila y resuelta del jefe de la plaza halló simpática resonancia en aquellos viriles corazones.
Esta abigarrada mezcla de gentes dando gritos, desaliñada y sudando, me hace el efecto de una bestia revolcándose en basura y complaciéndose luego en restregarse contra las fachadas limpias y la ropa de los transeúntes.
Mucho habrán palidecido en verdad los pensamientos que Barrantes espresa en sonoros, y armoniosos versos al trasladarse a nuestra desaliñada prosa.
El autor y los lectores pueden estar seguros de que van a oír nuestro parecer, tal vez errado, pero franco y leal indudablemente: los que quieran formar su juicio sin ayuda de nadie, dejen el prólogo para lo último, o no lo lean, en lo que no andarían muy descaminados: los que deseen saber algo de la vida literaria del autor, y notar a primera vista ciertos defectos y bellezas de este libro, que quizás podrá decirles, quien como nosotros lo ha estudiado mucho, por más que no hagamos profesión de críticos, pierdan algunos minutos en hojear nuestra desaliñada prosa, que a bien que la galana poesía que tras ella viene les indemnizará con usura del mal rato que haya, podido darles.
tan linda cuan desaliñada, mas no descompuesta.
llamándola fea y desaliñada, no habiendo cosa más brillante y serena, injúrianla de triste,.
Tambien se ha hecho tesoro de la lengua Española, donde el papel es mas que la razon: obra grande, y de erudicion desaliñada.
¿A dó vas tiñosa? ¿Qué heziste, vellaca? ¿Por qué comiste esto, golosa? ¿Cómo fregaste la sartén, puerca? ¿Por qué no limpiaste el manto, suzia? ¿Cómo dixiste esto, necia? ¿Quién perdió el plato, desaliñada? ¿Cómo faltó el paño de manos, ladrona? A tu rufián lo aurás dado.
En el centro de desaliñada plazuela se levanta un arco pequeño, rechoncho, de ladrillos en cueros, salpicado de lodo, injuriado por el tiempo.
Cuanto mayor la gala, si desaliñada, es más deslucida, porque la misma bizarría está pregonando el perdido aseo, contigo, al fin, lo poco parece mucho, y sin ti, lo mucho pareció nada.
Nanar se vengó de mi ruda y desaliñada virtud haciéndome prisionero y mandando que me enjabonasen y fregasen con un estropajo.
La verdad, por más que se presente desaliñada y adusta, la verdad es el lenguaje de un buen ciudadano, y el que no la lleva en la boca como la concibe en el entendimiento es indigno de vivir entre los hombres.
Comisionado para asistir al entierro, me llamó la atención ver que una persona que vestía siempre tan desaliñada iba al nicho con un buen traje de etiqueta, frac y corbata blanca.
Había en él periódicos franceses, Ilustraciones metidas en su fino camisón de seda, dos o tres cartas de satinado sobre y heráldico timbre, y, nota desaliñada en aquel concierto, otra carta más, cerrada consigo misma, sellada con obleas verdes, regado de gruesa arenilla el sobrescrito.
Una vez en ella, se olvidó de lo pasado ante el aspecto de las bolas de marfil, cuyos choques le admiraron como a un niño, y más que las bolas, la locuacidad de un joven de rizadas patillas, gafas y pelo escarolado, que al paso que jugaba carambolas con otro aficionado, era el deleite de los cien curiosos que rodeaban la mesa, sentados sobre duras banquetas, con una profusión de chistes y una procacidad tan verde y desaliñada, que en un cuartel de blanquillos no le hubieran valido menos de un mes de cepo o una carrera de baquetas.
Su nuera aparece en el suyo más desaliñada que nunca, con la cara roja como un pimiento seco y con la crin suelta, en medio de una espesísima nube de humo, ¡aparición verdaderamente infernal!, saca medio cuerpo fuera de la balaustrada, y con voz ronca y destemplada, grita, mirando al piso segundo:.
Allí dio el médico dos golpes en el suelo con el regatón del cachiporro, y aparecieron simultáneamente y como evocados por un conjuro, en una puerta de la derecha, la figura descomunal de don Pedro Nolasco, y en otra de la izquierda, la de una jovencita, algo desaliñada de ropa y de peinado, pero limpia como los oros, fresca y rozagante como una rosita de abril.
No hay cosa sucia ni desaliñada, ni pobre, ni antigua, ni mala, que no digan que fue en tiempo del Rey Perico.

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