Ejemplos con deliciosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La mayoría de las especies tienen una deliciosa y placentera fragancia.
Metatron es un homenaje a la magia femenina del metal gótico y lleva al oyente hacia un mundo de dulce deseo y deliciosa seducción de la mano de la maravillosa cantante Stephanie.
En esta novela cálida, deliciosa y de lectura compulsiva, Steven Gould despliega grandes dotes de narrador.
Una deliciosa novela sobre el poder del amor ambientada en las románticas calles de Roma.
Pero la mejor de todas es una piña colada, el zumo de una piña completamente madura -- una bebida deliciosa de por sí -- agitada vigorosamente con hielo, azúcar lima y ron Bacardi en proporciones adecuadas.
Este corto comienza cuando el Conde se esta arreglando para ir a una cena con Mina en su casa con su familia mientras tanto Mina hace exactamente lo mismo, cuando su hermana mayor la regaña por usar su maquillaje y le habla a su padre para que viera lo que Mina estaba haciendo pero su padre le responde que no se enfade con Mina por que esa noche iba a traer a un amigo suyo a cenar y en ese momento el Conde hace su aparición en lo que la hermana de Mina no estaba contenta paso a estar muy contenta al conocer al Conde por que se enamora de él y el Conde cuando se empieza a presentar mira que Mina tenía una hermana mayor de la que nunca le comento por que a Mina no le interesaba contárselo y su padre le dice a Mina que al no le dijo que su amigo era una persona mayor, entonces Mina nota que su hermana se siente atraída por él, el Conde también se sentía atraído, pero su sangre por ser una adolescente pero al ser la hermana de Mina trata de contener su deseo de sangre y comenzar la cena, que por cierto no disfrutará al ser comida humana, mientras están en la mesa el Conde sigue resistiéndose por morder a la hermana de Mina mientras traen la comida pero aunque al no le guste esa comida hace un esfuerzo por no quedar mal y Lucy le sirve ensalada de papas que ella misma preparo así como Mina le sirve al mismo tiempo una gelatina que ella misma hizo también y empiezan a discutir cuando su padre las calma, mientras las dos hermanas comen enojadas y en silencio el Conde trata de comer ambas comidas mezcladas pero no podía comer demasiado y entonces empezó a ocultarla en su bolsillo, dentro de la silla, bajo su copa e incluso intentó ocultarla en un florero cuando noto que Mina lo estaba observando y entonces finge haber querido oler las flores del florero, en ese momento el padre de Mina le pregunta que como está su comida y el Conde responde que esta muy blanda entonces Lucy empieza a renegar que es culpa de la gelatina de Mina y empiezan a discutir de nuevo, el Conde aprovecha esta oportunidad para darle toda su comida al gato de Mina, entonces el Conde dice que estuvo deliciosa la cena, cuando el padre de Mina le dice que apenas fue la primera ronda y el Conde se desespera pero piensa que todo vale la pena con tal de ver a Mina feliz, cuando escucha que Mina y su hermana discuten dentro de la cocina por ver a quien prefería el Conde y Mina diciéndole que el es su amigo, no de ella y que prefiere su gelatina por que le dio su ensalada de papas al gato y entonces traen dos platillos más cada uno hecho por una de ellas y justo cuando el Conde creyó que no podía empeorar mas resultó que Mina había hecho un suflé de ajo, el Conde por no herir los sentimientos de Mina tuvo que probar su suflé y a la primera cucharada dijo que estaba delicioso pero con la cara verde y luego Lucy le ofrece su sopa de ajo y el Conde sale corriendo diciendo que lamenta tenerse que ir tan pronto pero que todo estuvo maravilloso y entonces se transforma en murciélago y se aleja hacia su castillo y Lucy se quedó triste con la capa que el Conde olvidó recoger.
Entonces fuimos desde Masueco, por una deliciosa quebrada, festoneada de frutales, hasta avistar el agreste paisaje, en el tajo de un afluente del Duero.
La gran diversidad de ritmos produce una deliciosa amenidad al poema.
Es así que el ingenio se continúa en el minué, que comienza con una deliciosa ambigüedad acerca de cuál tiempo es realmente el primero de cada compás.
Punta El Pelado, en la vía al recinto Engabao, es una agradable y tranquila playa ideal para caminatas y campamentos, con deliciosa comida típica.
Las flores las usan las abejas introducidas de Europa para hacer una deliciosa miel.
El Bar de Tereré es un singular establecimiento que invita a probar la deliciosa bebida tradicional del Paraguay para aplacar el calor, el tereré.
¡Ah, deliciosa miss Mary! Cerca de un año había durado la alegre peregrinación por Europa.
A la fin, a la finexclama, ella se deslía la dulce y deliciosa lengua de otras veces.
De las palabras no cuenta la estructura, sino el timbre y la intención, son como vasijas que, aunque de la misma forma, unas están hechas de barro y otras de cristal puro y contienen una esencia deliciosa.
No se veían sino dijes y prendas graciosas abandonadas sobre sillas y mesas, sombrillas largas, de seda, muy recamadas de cordoncillo de oro, cabás y estuches de labor, ya de cuero de Rusia, ya de paja con moños y borlas de estambre, aquí un chal de encaje, allí un pañuelo de batista, acá un ramo de flores que agoniza exhalando su esencia más deliciosa, acullá un velito de moteado tul, y encima las horquillas que sirven para prenderle.
Cuando Pablito cesó, le preguntó con deliciosa naturalidad:.
Sagrario callaba, no comprendiendo muchas de las afirmaciones de su tío, pero las acogía todas como buenas, por ser de él, sonando en sus oídos cual música deliciosa.
Sin llamar a Kate, saltó Currita de la cama antes de las nueve y fue a abrir ella misma una ventana para enterarse del estado del tiempo: el sol brillaba despejado, no se descubría una nube en el cielo y prometía la mañana una tarde deliciosa.
Más allá de la playa de los vascos, en una alta y escondida explanada que forman las rocas no lejos de cierta deliciosa, hizo alto la alegre turba, dispuesta a sentar allí sus reales para comer y sestear.
En la carretera de Bayona hay hacia el lado del mar una villa deliciosa, que se asienta en un reducido parque como una paloma en su nido de verdura: extiéndese aquel a lo largo del camino, cerrado por una gran verja de hierro, en cuya puerta campea en uno y otro lado este letrero: Villa María.
Sintió calor en el estómago y en la cabeza una deliciosa turbación.
Con tales imaginaciones ¿cómo irá nadie con gusto a cavar en el tajo y cómo no ha de querer convertir el tajo en un remedo de la soñada, deliciosa y sibarítica oficina? Resulta de todo ello que como el diputado da empleos a los más activos, ágiles y despejados, quienes naturalmente emigran del distrito, sólo quedan en él los más tontos, torpes y para poco, y éstos, agraviados, lastimados en su amor propio, o desanimados y con poquísimas ganas de trabajar.
Y ahora, ¿por qué no os vais los dos a dar un paseíto por el Retiro? Hasta las nueve no hace calor, la mañana está deliciosa.
La de Jáuregui decía con deliciosa modestia: ¡Si yo no lo hago por buscar un elogio, si no hay en esto el menor asomo de mérito! Yo resisto perfectamente una noche toledana, y hasta dos y tres.
Esta época fue su funesta, y vivió míseramente de la pluma, preguntando todos los días a la conclusión del artículo: ¿qué hará la Rusia? y respondiéndose con la más deliciosa buena fe: no lo sabemos.
La mañana estaba deliciosa, el cielo despejadísimo, los árboles del paseo de Santa Engracia empezaban a echar la hoja.
¡Y cómo se hacía el nene, cuando su mujer, con deliciosa gentileza materna, le cogía entre sus brazos y le apretaba contra sí para agasajarle, prestándole su propio calor! No tardó Juan en aletargarse con la virtud de estos melindres.
Oyó la orquesta, que seguía imitando a los mosquitos, y al mirar al palco de su marido, vio a Federico Ruiz, el gran melómano, con la cabeza echada hacia atrás, la boca entreabierta, oyendo y gustando con fruición inmensa la deliciosa música de los violines con sordina.
¡María Santísima, qué vida más deliciosa y qué bien hizo en adoptarla, porque cosa más adecuada a su temperamento no se podía imaginar! Aquel correr continuo, aquel entrar por diversas puertas, aquel saludar en la calle a cincuenta personas y preguntarles por la familia era su vida, y todo lo demás era muerte.

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