Ejemplos con deleitoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La pobre pensó en su cocina, poblándola instantáneamente con la imaginación de vasijas de cobre brillantes como oro, viéndola con todos los fogones encendidos, llena de muchachas de brazos arremangados, el rebocillo atrás, la trenza flotante, y ella en medio, sentada en un sillón, dando órdenes y aspirando el deleitoso tufillo de las cacerolas.
Allí se apean un momento, entran en un café-restaurant y encargan el almuerzo para las doce: vuelven a montar y siguen paseando por la Moncloa, dejan el coche cerca de la fuente de las Damas y suben lentamente por un montecillo cubierto de pinos hasta colocarse en un alto y deleitoso paraje tapizado de césped desde donde se divisa el único paisaje digno que tiene la capital de España.
Al llegar a la falda de las colinas que separan los jardines reales de Zarzalejo y la vía férrea hay una fuente en paraje apacible y deleitoso.
Pasé allí sólo dos meses, y eso porque la simpatía y deleitoso magisterio de don Amaranto me persuadieron a dilatar mi estada.
¡Qué apetecible y deleitoso sueño, qué calma bienhechora! Era el suelto descanso de la mocedad, de la doncellez cándida, de la conciencia serena, del temperamento rico y feliz, de la salud.
¡Oh campo, oh monte, oh río, oh secreto seguro deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso.
Soledad, excitada por la comunicación de aquel veneno deleitoso, se enseñó a contestarle en papeles imprudentes a los cuales fiaba anhelos antes ignorados, leyendo mil veces embelesada lo que de palabra era incapaz de tolerar, y dejando otras tantas correr la pluma para hacerle confesiones y promesas que, teniéndole junto a sí, hubiera la vergüenza sofocado en sus labios.
Primero, escalas rapidísimas, cuyas notas se desgranaban como las cuentas de un collar, luego pasajes favoritos, temas predilectos,un fragmento melódico, arrullador y deleitoso.
Por detrás de las colinas, en segundo término, alzaban su frente altísimas montañas de piedra blanca, más allá de éstas alzábanse otras aún más altas, después otras más altas todavía, y así sucesivamente una serie indefinida de peñascos, apoyándose los unos sobre los otros, cual si se empinasen para echar una ojeada a aquel rinconcito fresco y deleitoso.
En que ocurre el más grave y deleitoso suceso de esta historia.
No podía ser tan cuantioso que delatando riqueza despertase codicia, ni tan pobre que resultara mezquino, ¡eso no! Cristeta era el mejor libro de amor que él había leído, el volumen cuyas páginas le proporcionaron goces a la vez más intensos y más plácidos, el más original y nuevo, pues era texto escrito con admirable ingenuidad, y ejemplar por nadie manoseado: ¡ni siquiera tenía cortadas las hojas! ¡Qué prólogo tan deleitoso y lleno de promesas! ¡Qué capítulos tan impregnados de sincera pasión! ¡Cómo, párrafo tras párrafo, había ido viendo al amor quedar victorioso de la castidad! Quien leyese luego todo aquello, ¿sería capaz de apreciarlo? Acaso el tomo cayera en manos de un hombre zafio y rudo.
—¡Es usted atroz!—contestó ágriamente la cortesana, cual si el jurisconsulto la hubiera sorprendido recorriendo con la imaginacion, por cuenta de Soledad, aquel sendero pacífico, criminal y deleitoso.
Fui recogiendo la soga que enviábades, y, haciendo della una rosca o rimero, me senté sobre él, pensativo además, considerando lo que hacer debía para calar al fondo, no teniendo quién me sustentase, y, estando en este pensamiento y confusión, de repente y sin procurarlo, me salteó un sueño profundísimo, y, cuando menos lo pensaba, sin saber cómo ni cómo no, desperté dél y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede criar la naturaleza ni imaginar la más discreta imaginación humana.
Al sonar las Ave Marías, esto es, a las doce en punto, salimos de aquel deleitoso pueblo, último de la carretera para nosotros.
A don Venancio, en otro tabernáculo volante, el deleitoso vaso de sangría no le impedía saludar con almibarados tiernos ojos a la esbelta cubana.
Disparadas chispezuelas saltaban de los leños, y el crujido seco y deleitoso del arder era lo único que se oía en la estancia, admirablemente enguatada y resguardada del frío con toda clase de ingeniosos refinamientos.
La fértil vegetación espontánea revestía todo aquello de bravía hermosura, que causaba a la vez susto y deleitoso pasmo.
En el deleitoso retiro pasaba las tardes y las noches, revistando a sus hermosas, presenciando sus danzas y juegos, oyendo sus cánticos, preguntándoles por sus patrias lejanas y sintiendo un dolor recóndito cuando, al recuerdo, lágrimas involuntarias asomaban a los magníficos ojos de las concubinas.
En sus jardines, los cálices exhalaban deleitoso y ponzoñoso aroma, que adormecía como el beleño, o exaltaba como el vino secular encontrado en las ánforas pompeyanas y calcinado por los volcanes.
Pasaron así algunos años, y los elegantes directores de la ya popular diversión veraniega, cediendo a los rigores del tiempo, que en su marcha inalterable todo lo agosta, lo arruga y lo encanece, tuvieron que abandonar como actores aquel teatro, y limitarse al papel más cómodo, aunque menos deleitoso, de espectadores.
tu clima deleitoso.
Pero de lo que es honesto y realmente deleitoso ni aun.
mismo le es lo mejor y lo más deleitoso y aplacible.
ejercicio de la sabiduría es el más deleitoso de todos los ejercicios de virtud, porque.
deleitoso es el que es más perfeto, y el más perfeto es el del que está bien dispuesto.
ejercicio y el más suave o deleitoso, porque en cada sentido hay, su deleite, y de la.
continuo, siendo por sí mismo deleitoso, lo cual ha de haber en el bien afortunado.
más que puede de lo triste, y, apetece lo suave y deleitoso.
deleitoso serán cosas amables como fines.
Nunca trobé en sieglo logar tan deleitoso,.

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