Ejemplos con cumpliese

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De su trabajo dependia tanto que se siguiesen las directrices de los oficiales como de que la tropa cumpliese y mantuviese posiciones y objetivos.
Pero su hijo lo tomo como una condecoración por su honor al oponerse a rendirse ante los ingleses sin antes luchar y decreto que se cumpliese la orden de Eduardo de Baliol.
La actividad historiográfica, elegida por el autor después de su retiro de la vida política, forma parte de las actividades que producen fama y permiten servir del mejor modo a la patria, exactamente como si se cumpliese en manera directa en encargos públicos.
Desde el regimiento Lanza hizo su aparición a sus espaldas, el Comandante de la Primera División Paraguaya Carlos José Fernández, se sintió muy inseguro en sus posiciones y pidió nuevamente permiso al Coronel Estigarribia para retirar su unidad hasta Gondra, como la presión boliviana aumentase en intensidad, el coronel Fernández no quiso esperar que se cumpliese el plazo fijado por su comandante y les comunicó su intención de hacer el repliegue general de la división, el jefe del regimiento Itororó, mayor Rafael Franco, opinó porque más bien se contraatacase con dirección a Saavedra.
El que la encontraba debía hacer inmediatamente sus preparativos para irse al otro mundo, pues seguramente ocurriría su muerte antes de que se cumpliese un año.
Tal vez se cumpliese el soñado destino, acabando ella por ser la compañera de un grande hombre.
Se fué antes de que su licencia se cumpliese.
Respondióle la reina que tenia razon, sirviéndole de intérprete, para que lo entendiese, Isabela, la cual de la manera que se ha contado conoció a sus padres, y sus padres a ella, a los cuales mandó la reina quedar en palacio, para que despacio pudiesen ver y hablar a su hija, y regocijarse con ella, de lo cual Ricaredo se holgó mucho, y de nuevo pidió a la reina le cumpliese la palabra que le habia dado de dársela, si es que acaso la merecia, y de no merecerla, le suplicaba desde luego le mandase ocupar en cosas que le hiciesen digno de alcanzar lo que deseaba.
Leí luego las razones de la cédula, vilas firmes y valederas, y que no podian faltar en la fe que publicaban, y aunque a ellas como a cosa sagrada se acogiera mi esperanza, en cayendo en la cuenta de la sospechosa compañía que Marco Antonio llevaba consigo, daba con todas ellas en el suelo: maltraté mi rostro, arranqué mis cabellos, maldije mi suerte, y lo que mas sentia era no poder hacer estos sacrificios a todas horas, por la forzosa presencia de mi padre: en fin, por acabar de quejarme sin impedimento o por acabar la vida, que es lo mas cierto, determiné dejar la casa de mi padre, y como para poner por obra un mal pensamiento parece que la ocasion facilita y allana todos los inconvenientes, sin temor alguno hurté a un paje de mi padre sus vestidos, y a mi padre mucha cantidad de dineros, y una noche, cubierta con su negra capa, salí de casa, y a pié caminé algunas leguas, y llegué a un lugar que se llama Osuna, y acomodándome en un carro, de allí a dos dias entré en Sevilla, que fué haber entrado en la seguridad posible para no ser hallada, aunque me buscasen: allí compré otros vestidos y una mula, y con unos caballeros que venian a Barcelona con priesa por no perder la comodidad de unas galeras que pasaban a Italia, caminé hasta ayer, que me sucedió lo que ya habréis sabido de los bandoleros que me quitaron cuanto traia, y entre otras cosas la joya que sustentaba mi salud y aliviaba la carga de mis trabajos, que fué la cédula de Marco Antonio, que pensaba con ella pasar a Italia, y hallando Marco Antonio presentársela por testigo de su poca fe, y a mí por abono de mi mucha firmeza, y hacer de suerte que me cumpliese la promesa, pero juntamente con esto he considerado que con facilidad negará las palabras que en un papel están escritas, el que niega las obligaciones que debian estar grabadas en el alma: que claro está, que si él tiene en su compañía a la sin par Teodosia, no ha de querer mirar a la desdichada Leocadia: aunque con todo esto pienso morir, o ponerme en la presencia de los dos, para que mi vista los turbe su sosiego: no piense aquella enemiga de mi descanso gozar tan a poca costa lo que es mio: yo la buscaré, yo la hallaré y yo la quitaré la vida, si puedo.
Y cuéntase desta buena moza que jamás dio semejantes palabras que no las cumpliese, aunque las diese en un monte y sin testigo alguno, porque presumía muy de hidalga, y no tenía por afrenta estar en aquel ejercicio de servir en la venta, porque decía ella que desgracias y malos sucesos la habían traído a aquel estado.
y el bien que tanto anhelo se cumpliese!.
¡Que se cumpliese su destino! No haría nada por evitarlo.

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