Ejemplos con continuos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es el ambiente del Teatro de Revista, y los continuos embates que sufría ese tipo de espectáculos por parte de las sociedades pías y religiosas de la época.
La escuela de medicina como parte del colegio civil, inicia con muchas penalidades, por los continuos conflictos políticos a nivel nacional y local de esa época, la guerra de los tres años y la intervención francesa.
Los continuos enfrentamientos entre Polonia y Lituania traeron consigo varios asedios que tuvo que sufrir Mitava.
La recolección y sistematización de datos continuos provenientes de otras áreas referidos a la temática del uso, tratamiento, factores de riesgo, tráfico y producción de drogas y precursores químicos.
Él, en esa serie, actúa como un personaje real, un súper héroe de nombre Sportacus, cuya labor consiste en defender al pueblo de Lazy Town de los continuos ataques de ira de un súper villano que habita en las cloacas, Robbie Rotten.
- Reactores continuos: Son aquellos que trabajan en estado estacionario, es decir, aquellos en que en cada instante se introduce alimentación fresca.
A pesar de los continuos ataques a las flotas de Indias, en esta ocasión por los ingleses Monson y Lewson, Brochero consiguió hacerlas llegar a España, y los corsarios no se atrevieron a atacar al ver una escolta tan respetable.
¿Qué decía aquel cordero rabioso? La voz del cantor, su pronunciación campesina y los continuos cloqueos con que cortaba los versos eran poco inteligibles para Jaime, pero lentamente fue dándose cuenta de que el romance iba dirigido a las que desean abandonar el campo, casándose con caballeros, para lucir los mismos adornos que las señoras de la ciudad.
A pesar de los continuos ataques del pescador, los rebaños marinos se mantenían incólumes por medio de una procreación infinita.
Las ocupaciones de su vida vertiginosa, los continuos viajes, no le permitían con su mujer más que pasajeras y rápidas intimidades.
Mas cuando, por las circunstancias que quedan referidas, tuvo Jacobo que humillarse a ella y mostrársele rendido y avasallado, crecióse Currita al punto, y sin disminuirle en nada su íntima confianza, ni cercenarle tampoco los continuos y siempre indecorosos beneficios que le prodigaba, comenzó a dejarle sentir su yugo, a hacerle comprender que ella era allí la dueña absoluta, y a saciar su vanidad, primer elemento que en todos los actos de su vida y todos los sentimientos de su corazón entraba, presentándole a los ojos del mundo, vencido, sujeto y atado, como un hermoso rey prisionero, a las ruedas de su carro.
Era esto harto común en aquellos tiempos de alborotos continuos, y la berlina avanzó, sin acortar su carrera, hasta la calle de Alcalá, para tomar luego por la del Barquillo.
Bueno fuera en esta sazon preguntar a Carrizales, a no saber que dormia, que ¿adónde estaban sus advertidos recatos, sus recelos, sus advertimientos, sus persuasiones, los altos muros de su casa, el no haber entrado en ella ni aun en sombra álguien que tuviese nombre de varon, el torno estrecho, las gruesas paredes, las ventanas sin luz, el encerramiento notable, la gran dote en que a Leonora habia dotado, los regalos continuos que la hacia, el buen tratamiento de sus criadas y esclavas, el no faltar un punto a todo aquello que él imaginaba que habian menester y que podian desear? Pero ya queda dicho que no habia para qué preguntárselo, porque dormia mas de aquello que fuera menester: y si él lo oyera, y acaso respondiera, no podia dar mejor respuesta que encoger los hombros, enarcar las cejas y decir: todo aqueso derribó por los fundamentos la astucia, a lo que yo creo, de un mozo holgazan y vicioso, y la malicia de una falsa dueña, con la inadvertencia de una muchacha rogada y persuadida: libre Dios a cada uno de tales enemigos, contra los cuales no hay escudo de prudencia que defienda, ni espada de recato que corte.
Agradeciéndoselo don Quijote, comió algo, y Sancho mucho, y echáronse a dormir entrambos, dejando a su albedrío y sin orden alguna pacer del abundosa yerba de que aquel prado estaba lleno a los dos continuos compañeros y amigos Rocinante y el rucio.
Pero a todo esto se opone mi honestidad y los consejos continuos que mis padres me daban, que ya muy al descubierto sabían la voluntad de don Fernando, porque ya a él no se le daba nada de que todo el mundo la supiese.
Y si en alguna cosa he andado demasiada, o no tan acertada como debiera, echad la culpa a lo que el señor licenciado dijo al principio de mi cuento: que los trabajos continuos y extraordinarios quitan la memoria al que los padece.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba