Ejemplos con contentan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Comprende los arciprestazgos de Campo, Gómara y la parte que se extiende hacia el Oeste por los de Calatañazor, Andaluz, Osma, Gormaz y San Esteban, goza de un terreno de mucha sustancia y capaz de llevar con abundancia los frutos que se quieran, pero sus pueblos son igualmente desidiosos y desaplicados, y se contentan con el corto producto de su labor, reducida a las únicas cosechas de trigo, cebada y avena.
Ceden sus tierras a cualquiera que desee cultivarlas, y se contentan con percibir a cambio un moderado tributo.
Ahora se contentan con dar un puñado de manzanas todos los años.
Lino!, creo que los que se contentan con maldecir a estos tiempos son despreciables y cobardes.
Buenaventura, más bien orgulloso que afligido de la persecución que sufría-, ya no se contentan con vigilarme, sino que me quieren echar mano.
—Y hay dellos tan comedidos, especialmente estos dos que de aquí se van agora, que se contentan con mucho ménos de lo que por nuestros aranceles les toca: otros dos hay, que son palanquines, los cuales como por momentos mudan casas, saben las entradas y salidas de todas las de la ciudad, y cuáles pueden ser de provecho, y cuáles no.
¿Nosotros tortolitas? ¿Nosotros barberos ni estropajos? ¿Nosotros perritas, a quien dicen cita, cita? No me contentan nada estos nombres: a mal viento va esta parva, todo el mal nos viene junto, como al perro los palos, y ¡ojalá parase en ellos lo que amenaza esta aventura tan desventurada!.
¡Pobrecitas de Dios, con que poco se contentan! ¡Y nosotros, pecadores, sin vernos hartos jamás, ni con estos recreos tan hermosos!.
- Estos señores se contentan con que permita usted el registro de sus bolsillos.
Pues los judíos que públicamente profesan su error y visten traje de judíos se contentan con no ser ellos cristianos, mas éstos, dolosamente conversos, son judíos que pasan a pretender que sean judíos los cristianos.
Estos parcos españoles se contentan con ser dichosos el domingo y el lunes, y reservan para los demás días, en que ya no hay harina en casa, el trabajar la obra y las bien cuidadas costillas de su mujer, como si quisiera indemnizarse en su pellejo del dinero mal gastado.
Esto contribuye a pervertir el gusto, porque hay muchas gentes en Madrid que, como no pueden distinguir de teatros franceses, en habiendo leído esas mentiras y en viendo impreso París no encuentran palabras con que ponderar aquellas composiciones, y como el objeto principal de un buen español debe ser, aun con medios algo fuertes, desarraigar estas preocupaciones humillantes y falsas y encender cada vez más el orgullo nacional, que el señor Larra y todos los que se jactan de pertenecer a una patria tienen y quieren comunicar a sus compatriotas, y que jamás pudieron poseer los que prefieren el vil precio de una traducción cualquiera al honor de la literatura española, ni los que, despedazando a su madre patria, no se contentan con traernos las costumbres, los vicios de afuera, sino que aún pretenden introducir a docenas las palabras inútiles extranjeras en su habla, para no dejar a su patria, según una bonita expresión de un autor de nuestros días, ni lengua con que se queje de ellos.
Claro está que el calavera necesita espectadores para todas estas escenas: los placeres sólo lo son en cuanto pueden comunicarse, por tanto el calavera cría a su alrededor constantemente una pequeña corte de aprendices, o de meros curiosos, que no teniendo valor o gracia bastante para serlo ellos mismos, se contentan con el papel de cómplices y partícipes, éstos le miran con envidia, y son las trompetas de su fama.
Cuando otro falta a una mujer, cuando otro es insolente, él es sólo atrevido, amable, las bellas que se enfadarían con otro, se contentan con decirle a él: «¡No sea usted loco! ¡Qué calavera! ¿Cuándo ha de sentar usted la cabeza?».
Hoy se contentan con quemar sus chozas,.
Tenga paciencia el curioso: colocado en dicha altura ¿no le parecen los ciudadanos yentes y vinientes hormigas que van y vienen al granero? Ni más ni menos: unos y otras negras a la distancia: unos y otras cargados en la cabeza, con comestibles o con buenos o males pensamientos, unos y otras desvastan, unos y otras no se contentan con lo necesario: ellas guardan para el invierno, ellos amontonan para la vejez, que es el invierno de la vida.
En vez de martirizarlo como harían con vos, si os llegaran a echar la mano, se contentan con guillotinarlo.
Pero ellos rechazaron el alimento, diciendo: ¡Por Alah! ¡Los espíritus delicados no necesitan mucho alimento para regocijar los sentidos! Se contentan con la armonía.
Es cierto que pocos de estos disputadores se molestan por la verdad y que mezclando todas las cosas por efecto de su profundo saber, se contentan con gustarse a sí mismos, pero tú, si eres verdaderamente un filósofo, harás lo que te he dicho.
Herodes, alegrándose de ver a JESÚS NAZARENO, de quien tanto había oído hablar, y pidiéndole que hiciese delante de él algún prodigio, -JESÚS, callando tenazmente hasta desconcertarlo, -el Tetrarca, despreciándolo al fin, y devolviéndoselo a Pilato, vestido de blanco, en señal de irrisión, -la Mujer de Pilatos pidiendo entre tanto a su marido que de ningún modo castigase a JESÚS y asegurándole que toda aquella noche había sido atormentado su corazón gravemente en sueños por causa de aquel justo, Pilatos, empeñado en salvarlo a toda costa y diciendo a los judíos que opten entre el perdón del facineroso Barrabás y el de JESÚS, -Barrabás preferido y puesto en libertad por los sacerdotes y el pueblo hebreo, -JESÚS azotado, vestido de escarlata, coronado de espinas y provisto de un cetro de caña, asomado por Pilatos al balcón del Pretorio, para ver si sus enemigos se contentan con aquel dolor y aquel escarnio del NAZARENO, toman la cuestión a burla y lo dejan vivir, -los judíos, contestando al «¡Ecce Homo!» del compasivo romano, con aquel tremendo aullido: «¡Crucifícale!» que había de resonar en todas las edades, -Pilatos, en fin, vencido al cabo por el miedo al suspicaz y terrible Emperador Tiberio, con cuya ira le amenazan los sacerdotes, lavándose las manos en presencia del pueblo antes de firmar la sentencia.
Estos se contentan con sola la apariencia, y así en ellos no es argumento de sublimidad el querer parecer, antes bien, de una verdadera poquedad, que cualquiera cosa les pareció mucho.
La Doctrina del ojo es para los que se contentan con teorías espiritualistas, y la Doctrina del Corazón es para los Iniciados auténticos.
Salvo algún caso a lo Cecilia Aznar -que a mi amigo Claudio Frollo, por lo que nos ha contado, le hizo tilín por su temperamento amoroso, cuando la vio en la cárcel, aunque dudo mucho que quisiera tomarla de criada para que le planchase-, las maritornes desequilibradas se contentan, como Obdulia Martínez Benítez, con envenenar con fósforos cuarenta gallinas del corral.
- Assí goze, que sus razones me contentan a marauilla.
Estas proporciones no las disfrutan por lo común los extranjeros, ni los nacionales que se contentan con la lectura de los periódicos, y así, creyendo que la comparación de los de opuestas opiniones les aclara suficientemente la verdad, se forman los más equivocados conceptos sobre los hombres y las cosas.
El aniversario de su nacimiento es de todos los días el que celebran con preferencia, debiendo dar en él un convite, en el cual la gente más rica y principal suele sacar a la mesa bueyes enteros, caballos, camellos y asnos, asados en el horno, y los pobres se contentan con sacar reses menores.
Ni se contentan consagrando sacerdotes a los dioses, sino que consagran muchos a cada dios, nombrando a uno de ellos sumo sacerdote y perpetuando sus empleos en los hijos a su fallecimiento.
Las casas de la aldea son detestables, como que se contentan con ser muy sanas, y muy grandes, y muy limpias.

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