Ejemplos con contemplándola

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Caswall se obsesiona con la cometa, contemplándola día y noche, lo que mina su salud mental.
Se quedó Salvador absorto contemplándola, y el dolor causado por ella en el corazón del joven hacía días, se agudizó y le hizo palidecer.
Contemplándola la buena mujer, sintióse más alarmada y condolida, y corrió a decirle:.
Vió entonces a Salvador, vigilante y desvelado, contemplándola con insaciables arrobos, con infinita y atenta solicitud.
Contemplándola, pensaba Jaime que aquella muchacha, en otro ambiente, podía haber sido una criatura adorable.
¿Qué haces ahí, contemplándola con ojos espantados?.
No sé lo que me pasa, Clara míamurmuraba reclinado a sus pies y contemplándola con embeleso, pero me hallo distinto de lo que hace unos momentos era, distinto de lo que he sido toda la vida.
Quedó largo rato contemplándola.
Al levantar ella sus ojos, vio a Fernando encuadrado por la ventana, contemplándola fijamente, y tuvo un gesto de enfado, lo mismo que si se encontrase con algo que estremecía sus nervios y quebrantaba su paciencia.
Solía Leonor despertarse cuando su madre estaba contemplándola de esta manera, y entreabriendo dichosamente los ojos amantes y atrayéndola a sí con sus brazos, se dormía otra vez, con la cabeza de su madre entre ellos, de su madre que apenas dormía.
La joven se marchó, alta la frente, impasible como había estado durante todo el interrogatorio, y Ferpierre, contemplándola mientras se alejaba, reflexionaba que por ese lado nada sabría.
Pasó mucho tiempo contemplándola, en medio de un silencio penoso.
Le dolía verle inmóvil, a corta distancia de ella, tosiendo dolorosamente, contemplándola como si hubiese hecho de ella un objeto de adoración.
Jamás permitía Magdalena que nadie le ayudase en aquella importante operación del peinado: primero por horror instintivo a que otra mujer le manosease la cabeza, y además porque deseaba estar sola cuando su amante, según costumbre, iba siempre a la misma hora para deleitarse contemplándola bien arrellenado en un sillón, mientras sus manos primorosas se hundían y surgían de entre las matas de la cabellera, formando altos y bajos, bucles, ondas y rizos hasta dejar prieto y sujeto el moño con horquillas doradas, mientras los pelillos revoltosos de la nuca, que llaman tolanos, quedaban sueltos en torno de su cuello como rayos de un nimbo roto.
No supe qué decir y me quedé contemplándola.
Pasó casi toda la noche pensando en ella, y lo poco que durmió, contemplándola en sueños.
Ella en seguida, confusa y atemorizada, apartó el rostro, mas él, buscándole la mirada para leerle el pensamiento, le cogió la cara entre las manos y permaneció contemplándola.
Al oírla exclamar con frecuencia entre apasionada y mimosa: ¡Pepe mío, cuánto te quiero! le acometían impulsos de revelarla aquello que él ocultaba como una infamia, pero luego, contemplándola vestida con todos los primores del lujo, retiraba las manos o se las examinaba al descuido, temeroso, como su hermana, de hallar impresa en ellas la sucia mancha del trabajo.
Cuando llegó Inés aquí, me pareció que no era como las mujeres que yo he visto siempre, quedeme asombrado contemplándola, y hasta se me figuró que la había visto en alguna parte, ¿dónde?, ¡qué sé yo!, sin duda dentro de mí mismo.
¡Qué bonito lazo, qué bonito ! , decían sus amigas contemplándola, y las muy tontas no comprendían que aquello era bonito porque ella lo llevaba.
Todo lo que acabo de apuntar lo observé, lo comparé, lo pensé, lo deduje en un momento en que estuvimos callando, ella turbada con la mirada baja, y yo contemplándola absorto y enamorado.
Contemplándola en aquel momento, lord Arthur se sintió lleno de esa terrible piedad que nace del amor.
Breves instantes permanecieron contemplándola.
En Colón, ya desde su silla como la primera noche, ya desde las galerías del teatro, pasaba él horas contemplándola, mientras como en un don de doble vista, al través de los espesos muros del edificio, presentía ella su presencia, adivinaba su silueta, allá, perdida entre las sombras, tras la ventanilla de un palco, o la rendija de alguna puerta entreabierta.
La directora volvió a arroparla el brazo, y quedóse contemplándola.
Dejóse caer sobre su asiento, del que se había separado un si es no es para asir el legajo, y ojeándolo precipitadamente, entresacó la carta fatal, contemplándola con terror indescriptible.
Era el hombre color de cobre que se quedó en Panamá, contemplándola apoyado al tronco de un cocotero.
-Estás muy bien, de veras, muy bien -dijo Luisa contemplándola con admiración-, pero y esos hermosos cabellos negros, y esas trenzas magníficas que hacen respirar de envidia a todas las mujeres, ¿se disimularán en un sombrero de hombre como el que veo allí?.
Sentada en el tronco, haciendo garabaros en el suelo con el regatón de la sombrilla, y fija en ellos la mirada, hallábase Magdalena, a su lado, hablándola muy cerca del oído y contemplándola al mismo tiempo con ojos de enamorado.
Quedóse don Álvaro contemplándola como arrobado algunos instantes, al cabo de los cuales le dijo con profunda emoción:.

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