Ejemplos con consuelo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Y cuidado si los españoles de muchachos gozamos cuando nos es dado trabar amistad con algún asno, burro o pollino de los innumerables que en nuestra tierra hay y que llevan sobre sus lomos tantas cargas y son el consuelo y alivio de los pobres! Borriquitos de España, que con vuestro pasito corto andáis y reandáis nuestros caminos polvorientos y abrasados trayendo el agua de la fuente, llevando la ropa al río, la retama al horno, la comida a los segadores y a los mozos de las eras, cabalgadura sumisa de viejos, niños y mujeres, que aguantas ancas, hambre y malos tratos, sobre la que viajan cantando o durmiendo arrieros, gitanos y campesinos: borriquitos de España, alegres y trágicos, bien merecéis que os paguemos el bien que os debemos y el mal que os hacemos con un poco de amor y de piedad.
Ya tuvo el consuelo de rezar sobre la sepultura.
Es una obra de caridad que acuda a llevarle un consuelo.
Si tenemos aún alguna guerra, es civil o colonial, guerras que podríamos llamar zompas, sin brillo y sin provecho, en las que mueren los hombres tan bien como en las Termopilas o en Austerlitz, pues sólo una vez se pierde la vida, pero sin el consuelo de la fama y de la admiración pública, sin la aureola de eso que llaman gloria.
Dejo aparte las religiosas, que son para ti un consuelo, y bien sabes que las mías me las callo para no hacer imposible mi vida aquí.
Será el consuelo de su ancianidad.
Creyendo en una vida futura, los desgraciados aún tenían el falso consuelo de la felicidad después de la muerte.
Cada uno a lo que le interesa, y yo, que con el señor Obrero he rabiado más de una vez ante los apuros de la casa, me consuelo pensando en lo que tuvo cuando aún no habíamos nacido.
¡Ah, cómo le envidio a usted, Gabriel, que ha corrido mundo y ha oído tan buenas cosas! La otra noche no pude dormir pensando en lo que usted me contó de su vida en París: aquellas tardes de los domingos, tan hermosas, corriendo después de almorzar, unas veces a los conciertos de Lamoreux, otras a los de Colonna, dándose un hartazgo de sublimidad ¡Y yo aquí encerrado, sin otra esperanza que dirigir alguna misita rossiniana en las grandes festividades! Mi único consuelo es leer música, enterarme por la lectura de las grandes obras que tantos tontos oirán en las ciudades dormitando o aburriéndose.
Se ha hecho dueño de mi corazón, le ha dominado por completo, y ahora, y siempre, será objeto de todos mis anhelos, consuelo mío en todas las horas de dolor.
¿Qué haré si me faltas tú, si me niegas tu cariño? ¿Qué haré abatido y postrado por el dolor si no tengo el consuelo de tus palabras? Eres buena, muy buena, eres un ángel.
El enamorado oía con júbilo estas palabras, que eran para él un gran consuelo.
Es que sentía un cierto consuelo en confeccionar ropas de niño y en suponer que aquellas mangas iban a abrigar bracitos desnudos.
La compañía de mis buenos servidores es para mí un gran consuelo.

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