Ejemplos con consentido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Está casada con Juan Carlos Iracheta con quien realiza las publicaciones periodísticas El Perico Consentido y La Ciencia Recreativa.
La misma pena se impone a aquel que obtenga beneficio de la prostitución de la víctima, aunque esta lo hubiera consentido.
Tipo básico: Contacto no consentido, pero sin que se haya realizado violencia o intimidación.
Mimado, consentido, caprichoso, egocéntrico lo tiene todo.
Oriundo de la Colonia Altavista, sin presumir se siente un consentido de la afición.
me maravillo del señor Rey y de todo su Consejo, de las donaciones que ha consentido, cuando no podía separar dichas villas del Reino de Valencia, si lo hacía Valencia no sería nada, pero ellos no consentirían dichas donaciones, las contradirían y que se maravillaba de él y de su Consejo y los llamaba traidores.
La publicidad utiliza a menudo el recurso de la oferta exclusiva y dirigida a un solo individuo lo que no deja de ser un engaño consentido.
Eso fue lo primero que conocí de Jesús, su amor paternal, ¡Qué maravillosa gracia y qué irresistible amor! No me cansaré de vivir con él y de ser ese niño consentido que corre a sus brazos Comentó Alex.
Sus amigos son su perro Pichichus y Oaky, hijo consentido del hombre más rico y poderoso de la ciudad, el anglo-americano Gold Silver.
La denuncia decía que Saltarelli había formado parte de muchos hechos viles y que había consentido complacer a aquellas personas que requerían tales iniquidades en él , acusándolo de sodomía con docenas de hombres, de los cuales sólo cuatro fueron nombrados.
Tras quedarse huérfano, Harry Potter es llevado por Albus Dumbeldore, Minerva McGonagall y Hagrid a casa de sus tíos muggles, Vernon y Petunia, donde tendrá también que convivir con su primo Dudley, un muchacho excesivamente consentido por sus padres.
Él llega acompañado por su hermano Neto, su tía Flor y su primo Narciso, un niño consentido y egoísta.
Cuando Tintín y Haddock vuelven a casa, descubren que el consentido e insoportable hijo del Emir Abdullah ha sido enviado a Moulinsart para su protección, junto co un sequito de sirvientes y guardianes que se instalan en el hall del castillo.
El hombre ama la verdad, porque es amado por la verdad, y, al perseverar en ese entendimiento de amor consentido, la existencia del hombre adquiere plenitud, y se personaliza precisamente porque el bien que ama no es un bien suyo, que resultaría un bien funeral, sino el bien para él.
Compañero de Lisa, principalmente aparece como un niño consentido y con actitudes propias de un bebé.
Como el don Pedrito es mozo de empuje y más fuerte que vosotros dos, y además, se hallará demasiado encalabrinado y consentido para que le separen del pesebre cuando apenas se ha acercado a él, con vosotros va Patón, que es más bruto que un mulo, y le sujetará si se desmanda.
Hoy sabemos que no existe otro límite legítimo para la igualdad humana, que el que consiste en el dominio de la inteligencia y la virtud, consentido por la libertad de todos.
No faltaban entre ellos, sin embargo, quienes creían que le estaba bien empleado a don Rosendo, por haber criado con tal mimo a su hija menor, y haberla consentido tomar aquellas ínfulas y aires de princesa.
Cuando había estado en Madrid, su cualidad de provinciana rica, no le había consentido gozar más que de los teatros, de los paseos en coche por la Castellana, de las tiendas y las calles.
No tendría ni pizca de dignidad, ni vergüenza siquiera, si la hubiese consentido seguir.
Las asiduas ocupaciones del comercio y las vicisitudes por que había pasado su existencia, no le habían consentido satisfacer esta pasión sino de una manera precaria en los ratos materialmente perdidos.
Al poco rato ya había consentido en discutir la cuestión de la ropa.
La jovencita, leyendo en el alma de su padre como en la suya propia, comprendiendo su secreta inclinación, segura del afecto del Conde, debía haber sufrido, por esas dos personas queridas, y también algo por sí misma, ante la idea de que su intimidad de tantos años, pudiera concluir un día, y por lo tanto había aceptado el partido que iba a hacer imperecedera esa relación: no conocía a otros hombres, todavía no sabía establecer las diferencias entre un amor y otro amor, y había consentido.
Ella sintió crecer aquel desconsuelo que la oprimía y la angustiaba y le producía una irritación sorda, una amarga iracundia, que la llevaba a escarbar llena de saña en el basurero de su vida, buscando y enumerando las vergüenzas públicas, las inmundicias de todos conocidas, que le había tolerado, consentido y hasta aplaudido como amables aquel mismo Madrid que ahora le volvía la espalda, para arrojárselas a la cara, gritándole con muy buena lógica: ¿Acaso soy ahora peor que lo fui antes? ¿Por ventura hace más fuerza en ti una calumnia anónima, levantada por pérfidos asesinos, que ese montón de lodo con que a todas horas te he salpicado el rostro?.
Por otra parte, doña Manolita, con su charla, su desenvoltura y sus chistes, era el órgano más autorizado y resonante de la opinión pública en Villafría, y doña Manolita, no ya no habiendo el menor motivo, pero aunque le hubiese, no hubiera consentido jamás en que se dijese nada contra doña Luz, hubiera ahogado en sus burlas la voz de la murmuración más descocada.
Don Juan, loco de contento, dio la vuelta hacia San Antonio, diciéndose mentalmente: Es indudable que se ha casado por despecho, todavía me quiere, ha consentido en que nos veamos, lo ha jurado por su hijo, ¡pobrecilla!, y después ha dicho ‘prudencia’, es decir, todo se arreglará.
No me atrevía, ni ella lo habría consentido, porque era la persona más honrada y honesta que usted puede imaginar.
Por de contado, estas intimidades sólo tenían lugar a espaldas de doña Lupe y muy lejos de doña Casta, pues ni una ni otra habrían consentido que tales temas se trajesen a las honestas y decorosas conversaciones de aquella casa.
El pueblo ha aceptado el oscuro de las capas, imponiendo el rojo de las vueltas, ha consentido las capotas, conservando las mantillas y los pañuelos chillones para la cabeza, ha transigido con los gabanes y aun con el , a cambio de las toquillas de gama clara, en que domina el celeste, el rosa y el amarillo de Nápoles.
Con su laconismo y seriedad habituales, hablaba del tiempo desapacible y metido en agua, que casi no había consentido majar, ni segar el maíz, ni vendimiar como Dios manda, ni cumplir en paz ninguna de las grandes faenas agrícolas.

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