Ejemplos con comunicación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muchas tierras de la lejana Oceanía se hallaban en comunicación más frecuente con los grandes núcleos humanos que esta isla, arrasada en otros tiempos por la guerra y la rapiña, y mísera ahora al hallarse lejos del camino de los grandes buques, encerrada en un cinturón de islotes, rocas y bajos, entre freos y canales cuyas aguas transparentaban el fondo submarino.
Belarmino hallaba una manera de placer místico, un a modo de comunicación directa con lo absoluto e íntima percepción de la esencia de las cosas cuando rompía los sellos sepulcrales para que se alzasen los vivos enterrados, y abría las jaulas para que las aves saliesen volando.
No sin razón ha dicho Quinet que el alma que acude a beber fuerzas y energías en la íntima comunicación con el linaje humano, esa alma que constituye al grande hombre, no puede formarse y dilatarse en medio de los pequeños partidos de una ciudad pequeña.
Les era necesario mucho tiempo para aproximarse unos a otros, pero el maravilloso aparato los mantenía en incesante comunicación, como un grupo de camaradas que conversan plácidamente haciendo el mismo camino.
Las necesidades de la guerra se hacían sentir desde el primer momento, absorbiendo todos los medios de comunicación.
Y fué enumerando los buques que se mantenían en comunicación con el vapor.
Y corrió a abrir la escalera de Tenorio, que ponía en comunicación las Claverías con el claustro bajo.
Los medios de comunicación y los progresos militares han matado la guerra de montaña.
Si de tarde en tarde se sentía alguien enfermo durante la noche, era preciso despertar a don Antolín, y hundiendo éste la mano en las profundidades de la sotana, se dignaba restablecer con su llave la comunicación con el mundo.
Molestado por este espionaje, Luna siguió adelante por el claustro, pasando ante las dos puertas que lo ponen en comunicación con el templo.
En las baldosas de la acera sonaban las muletas de un cojo, y más allá de la torre, bajo el gran arco que pone en comunicación el palacio del arzobispo con la catedral, reuníanse los mendigos para tomar sitio en la puerta del claustro.
Jacobo iba también comprendiendo, y desde luego pensó que nadie que no fuera Diógenes era capaz, ni en Madrid ni en todo el mundo, de dar una broma tan constante a aquel pobre majadero, para lo cual se necesitaba paciencia a toda prueba, relaciones muy extensas y medios de comunicación difíciles y complicados.
¿Sería quizá en el cuarto vecino, o en el corredor de entrada, o tal vez en el bulevar, algún incendio formidable que hiciera penetrar a través de las maderas sus inflamados miasmas? El tío Frasquito corrió primero a la puerta de entrada, a la de comunicación luego, y a la ventana por último, sin encontrar rastro alguno de incendio, con las narices abiertas, olfateando siempre y percibiendo, mientras más se movía de una parte a otra, el alarmante tufo más marcado.
Y afligido con esta idea, entróse atropelladamente en su cuarto, encendió la luz y corrió a asegurar la puertecilla de comunicación por la parte de dentro, temeroso de que el importuno vecino acechase sus secretos.
Cerrando, pues, la puerta de la alcoba, la que había a la mitad del pasillo, y la que ponía en comunicación al con los dos salones de la entrada, quedaba el resto de las habitaciones de Currita aislado por completo y en comunicación directa con la calle: a ella daba salida una puertecita, abierta en la tapia del jardín a espaldas del palacio, detrás de un pequeño invernadero.
Provino de todo esto una fervorosa amistad, que se alimentaba en el comercio y comunicación constante de aquellas dos personas.
Todo lazo se hubiera roto, toda relación y comunicación entre el Marqués y la Condesa hubieran dejado de ser para siempre, si el cielo no hubiera dispuesto que quedase un recuerdo vivo del amor y de la culpa de ambos, un ser que los unía y por cuyo destino y porvenir ambos debían velar igualmente.
Constaba esta vivienda, como la de muchos otros ricos hacendados de Andalucía, de dos casas contiguas, en comunicación: la de los amos y la que se llama siempre casa de campo, aunque esté en el centro de la población.
Cuantos géneros de seda se despachaban en la tienda procedían de la fábrica de don Manuel, y de esto resultaba una continua comunicación entre el establecimiento de don Eugenio y el caserón del barrio de las Escuelas Pías, relaciones en las que servía de intermediario Melchor Peña, como dependiente de confianza.
Víctima del egoísmo europeo, después de haber herido en medio del corazón al tirano que oprimía el continente, y desangrada en la guerra civil, su política exterior era nula, su industria exígua, sus vías de comunicación vergonzosos anacronismos, y la voz de sus cañones, que habían atronado al mundo lo mismo en su apogeo que en su agonía, no había vuelto a resonar desde muchos años.
Luego hay comunicación entre mi tía y ella, y como esta comunicación no es postal, resulta claro, como la luz del día, que reside en Madrid.
Quedose muy satisfecho, y después de detenerse un rato a ver un escaparate de estampas, volvió a pegar la hebra: Podría ponerse en duda que entre ella y mi tía haya comunicación, y en caso de que no la hubiera, el problema de su residencia seguiría como boca de lobo, pero yo sostengo que hay comunicación.
Más cercano y claro era el parentesco de Casta con Moreno-Isla, el cual, a pesar de ser , mantenía cierta comunicación de familia con aquella , visitándola alguna vez.
Los hay para monjas reclusas, y para las religiosas que viven en comunicación con el mundo y en batalla ruda con la miseria humana, en estas órdenes modernas derivadas de la de San Vicente de Paúl, cuya mortificación consiste en recoger ancianos, asistir enfermos o educar niños.
En su espíritu soñador existía la vaga creencia de que aquellos seguimientos entrañaban una comunicación misteriosa, quizás magnética.
Asistía Julián a la velada, entretenido y contento, porque la alegría y el humor de los cazadores le disipaba las ideas congojosas de algunos días atrás, el miedo a la Sabia, a Primitivo, a los Pazos, los lúgubres presentimientos acrecentados por la comunicación de los terrores nerviosos de Nucha.
Yo, aunque moro, bien sé, por la comunicación que he tenido con cristianos, que la santidad consiste en la caridad, humildad, fee, obediencia y pobreza, pero, con todo eso, digo que ha de tener mucho de Dios el que se viniere a contentar con ser pobre, si no es de aquel modo de pobreza de quien dice uno de sus mayores santos: Tened todas las cosas como si no las tuviésedes, y a esto llaman pobreza de espíritu, pero tú, segunda pobreza, que eres de la que yo hablo, ¿por qué quieres estrellarte con los hidalgos y bien nacidos más que con la otra gente? ¿Por qué los obligas a dar pantalia a los zapatos, y a que los botones de sus ropillas unos sean de seda, otros de cerdas, y otros de vidro? ¿Por qué sus cuellos, por la mayor parte, han de ser siempre escarolados, y no abiertos con molde? Y en esto se echará de ver que es antiguo el uso del almidón y de los cuellos abiertos.

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