Ejemplos con clásico

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su música, fuertemente basada en las raíces, del Clásico, Jazz y Rock, mira hacia el futuro del sonido sintetizado, electrónico, la Televisión y la Animación.
Su prolongada estancia en Alemania le hizo desarrollar una gran afición por la música de alta calidad y por el cine clásico.
Entre otras cosas su carácter de sociólogo por la UBA y de master en ciencia política por FLACSO conforman un andamiaje teórico con fuertes influencias de la teóría de las capacidades de Amartya Sen, del marxismo analítico, del republicanismo clásico y moderno, y del socialismo.
En el filme Hannibal Lecter es visto por primera vez en Florencia como el clásico Lecter, conferenciando y siendo suave, según Hopkins.
En la parte central del hastial curvilíneo que remata el frontis se encuentra una espadaña de dos huecos realizados con arcos de medio punto y un frontón triangular de carácter clásico, que corona la espadaña.
También se destacaron bandas de estilos rockeros diferentes al Punk, bandas de rock progresivo, como Frágil, Madero Jaz, Temporal o Doble Gota, bandas de Rock Pesado como Óxido, Orión, Araña o la reconocida banda Mazo, con su clásico lema Es hora de hacer la revolución con la cabeza y no con las armas y bandas de metal underground, de la llamada escena metal peruana, como Kranium o Mortem.
La canción se convirtió en uno de los sencillos más vendidos de ABBA, y por supuesto un clásico de ABBA, que ha sido cantado por muchos interpretes, incluso en otros idiomas.
Gracias a su interés en cultivar casi la totalidad de los géneros musicales, desde el jazz, pasando por el blues, el clásico y otros, hasta el rock, Fortus se convirtió en un gran conocedor de las distintas corrientes musicales existentes.
La portada de la nave más antigua, la del evangelio, está fabricada en cantería cobriza, siguiendo un esquema clásico.
Hoy ya se le considera como un clásico: se le estudia, se le reedita, se le traduce.
En nuestros días, la mejor universidad, el verdadero convento, el más cumplido liceo, el más poblado huerto de Academo, y el más genuino trasunto del pórtico de Júpiter Liberador y del clásico mercado, todo esto es, amigo mío, la casa de huéspedes española, señaladamente la madrileña.
Vinculando exclusivamente a esa alta y aristocrática idea del reposo su concepción de la dignidad de la vida, el espíritu clásico encuentra su corrección y su complemento en nuestra moderna creencia en la dignidad del trabajo útil, y entrambas atenciones del alma pueden componer, en la existencia individual, un ritmo, sobre cuyo mantenimiento necesario nunca será inoportuno insistir.
América necesita mantener en el presente la dualidad original de su constitución, que convierte en realidad de su historia el mito clásico de las dos águilas soltadas simultáneamente de uno y otro polo del mundo, para que llegasen a un tiempo al límite de sus dominios.
Y es que, si con el derecho que da la historia de treinta siglos de evolución presididos por la dignidad del espíritu clásico y del espíritu cristiano, se pregunta cuál es en ella el principio dirigente, cuál su ideal, cuál el propósito ulterior a la inmediata preocupación de los intereses positivos que estremecen aquella masa formidable, sólo se encontrará, como fórmula del ideal definitivo, la misma absoluta preocupación del triunfo material.
Algunos, montados en dos enormes ruedas, iban tirados por un asnillo de impacientes orejas, y guiados por mujeres de rostro duro y curtido, que llevaban el clásico sombrero borbonés, especie de esportilla de paja con dos cintas de terciopelo negro cruzadas por la copa: eran carros de lechera: en la zaga, una fila de cántaros de hojalata encerraba la mercancía.
Es de advertir que Perico, aun siendo de los que más ayudaban a engrasar y bruñir con la pomada de su pelo y el frote de sus lomos los bancos de gutapercha, no realizaba el tipo clásico del jugador que anda en estampas y aleluyas morales y edificantes.
Arreglose, sin embargo, la cuestión mejor de lo que Lucía pensaba, porque aconteció que aquella misma tarde tomó cartas en ella Perico, resolviéndola con su clásico desenfado.
Con voz amenazadora hizo memoria de un pasaje clásico bien conocido del profesor.
San Ignacio tendido en una colchoneta leía un libro, vestido con gregüescos y capotillo de vueltas de velludo como un galán del teatro clásico.
El tío Frasquito, resignado con el giro clásico que tomaba la leyenda, convino con Jacobo la hora en que habían de hacer al otro día la trascendental visita, porque el arrepentido esposo quería marchar a Biarritz cuanto antes.
Se levantaría a la misma hora que él, y mientras Juan vigilase la limpieza de la tienda, ella ayudaría a la criada en lo de arriba , trabajar mucho y ahorrar más, pues esto es lo que da salud, y después, a la hora de comer ¡qué felicidad hablar de los negocios devorando el clásico puchero con el buen apetito que da la actividad! Dependientes pocos y buenos, tratados como de la familia, comiendo todos en la misma mesa, a estilo patriarcal.
Baldomero, que deseaba echar aquella noche una partida de mus, el juego clásico y tradicional de los comerciantes de Madrid, esperó a que entrase Pepe Samaniego, que era maestro consumado, para armar la partida.
Ardían en el tocador de la estancia dos velas puestas en candeleros no menos empinados y majestuosos que los candelabros del refresco, y como no la iluminaba otra luz, ni se había soñado siquiera en el clásico globo de porcelana que es de rigor en todo voluptuoso camarín de novela, impregnaba la alcoba más misterio religioso que nupcial, completando su analogía con una capilla u oratorio la forma del tálamo, cuyas cortinas de damasco rojo franjeadas de oro se parecían exactamente a colgaduras de iglesia, y cuyas sábanas blanquísimas, tersas y almidonadas, con randas y encajes, tenían la casta lisura de los manteles de altar.
Traía de la mano una muchachona color de tierra, un castillo de carne: el tipo clásico de la vaca humana.
—¡Mirabel! ¡por Dios! ¡Que hay señoras!—no pudo ménos de exclamar la esposa del clásico.
—¡Los ladrones!—¿No los está usted viendo? ¿No sabe usted que este es el sitio clásico de los robos?.

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