Ejemplos con chispa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A partir de ahí, el derrumbamiento de las estructuras sociales tradicionales, la reforma autoritaria del clero y la leva masiva constituyen como mucho la chispa que hizo estallar un descontento latente.
Ha estado en varias bandas, pero, como él mismo ha dicho, More Yom tiene una chispa especial.
Pep, en la densidad de su pensamiento espeso, vio flotar algo como una chispa de fuego, una luminosa adivinación, y extendió las manos imperativamente, al mismo tiempo que se incorporaba:.
El reflejo del astro moribundo ponía una chispa de maligna vida en el óseo rostro de palidez de hostia, en la lobreguez de sus negras cuencas, en su sonrisa que daba espanto ¡Sí, era ella! Las nubes esparcidas a ras del mar parecían bullones y pliegues de una vestidura que ocultaba su inmenso esqueleto, y otras nubes flotantes en lo alto, una amplia manga, de la que se escapaban vapores más sutiles e indecisos formando un brazo de hueso rematado por un índice seco y corvo como una uña de presa, señalando lejos, muy lejos, el destino misterioso.
En el estado actual de la cultura hay generalísimos que son simples rancheros, y, por el contrario, hay miserables rancheros dotados de la chispa genial, hombres frustrados y menospreciados, que hubieran sido generalísimos por propio derecho, de existir la apropiada organización cultural cuartelaria.
Un rayo del moribundo sol atravesaba la estancia, en medio de discreta penumbra, y tocando la frente de bronce de la estatua, parecía animar en los altivos ojos de Ariel la chispa inquieta de la vida.
Falta la chispa eficaz que haga levantarse la llama de un ideal vivificante e inquieto sobre el copioso combustible.
Pablito sintió arder entre las cenizas de su amor una chispa de simpatía por aquella muchacha tan alegre, tan apacible, tan cariñosa.
¿Se ha lastimado usted? Volvían a sonar en sus oídos aquellas palabras y el acento cariñoso con que fueron pronunciadas encendía en su corazón virgen una chispa de simpatía.
Al mismo tiempo, los de Gonzalo y Venturita se tropezaron por encima de la cabeza de Cecilia, y de ellos brotó una chispa.
En sus ojos, sombreados de una selva enmarañada de pestañas, no se advertía la chispa de entusiasmo que ardía en los de los demás.
La noticia corrió como una chispa eléctrica por la población.
Corrió por la villa como una chispa, la noticia de que Gonzalo se estaba batiendo con el Duque, no se sabía dónde.
La mar profunda extinguió aquella chispa de vida, como tantas otras, con implacable indiferencia.
Todo en el mundo, para ser, requiere una chispa de lumbre.
El minero desciende al infierno de los tiempos modernos, sin más guía que la chispa de su linterna, y arranca de las capas de las primeras edades reliquias de la infancia de la tierra, los árboles carbonizados que dieron sombra a las monstruosas bestias de la prehistoria.
¿Cómo comparar al hombre de hoy con el animal bípedo de la época prehistórica, llevando aún visibles los restos de la animalidad de que acababa de despojarse, viviendo en camaradería con sus abuelos los monos, sin más diferencia que el primer balbuceo del lenguaje y la vacilante chispa que comenzaba a arder en su cerebro?.
Más de una vez he estado tentado de hacerlodijo el prelado con firmeza, brillando en sus ojos una chispa de energía.
Ésta fue la última visión, indecisa y borrosa, como vista a la luz de una chispa fugaz.
Sereno, podría estarlo, pero tenía los ojos enrojecidos, brillaba en sus pupilas una chispa azulada é indecisa, semejante a la llama del alcohol, y su cara iba adquiriendo por momentos una palidez mate.
Sus ojos cándidos y virginales deshonráronse con una viva chispa de malicia, tras la inocencia infantil asomó la precocidad de la vida aventurera, las lecciones infames aprendidas sobre el barro de las calles, y las dos, apretando convulsivamente sus puñados de pesetas, huyeron como si las amenazase un terrible peligro.
Siempre que arrojaba un hueso, parecía que lanzaba a la inmensidad del pensar general una idea suya, calentita, como se arroja la chispa al montón de paja para que arda.

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