Ejemplos con cavilaciones
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Estas cavilaciones le han llevado a innumerables peleas con sus amigos y su mujer, de la que estuvo separado en un par de ocasiones y le han llevado dos veces al borde del suicidio.
Y a propósito de cavilaciones, ¿va usted a hablar mañana, quizá?.
En estas y otras cavilaciones, llegó a casa, tan oportunamente, que se encontró en ella al joven Arturo en íntima conversación con Julieta, mientras doña Juana se hacía la desentendida, removiendo sillas y muñecos que estaban muy en su lugar.
Tremendas y muchas fueron sus cavilaciones con este motivo.
Volvió en seguida al camino recto de sus cavilaciones.
El pequeño se mostraba paliducho y débil por sus estudios y cavilaciones.
¡Fantasías de artista! ¡Cavilaciones de poeta! ¿Qué tenían que ver el amor y la riqueza para que los colocasen juntos, como antitéticos e inconfundibles? Él quería ser rico por serlo, por conocer las dulzuras del más irresistible de los poderes, las satisfacciones orgullosas y egoístas que proporciona la llamada potencia de dominación.
Era el resultado de sus cavilaciones.
Acrecentaban su pena singulares cavilaciones.
Pues qué, ¿no era lícito amar la ciencia, la virtud y el ingenio que en el Padre resplandecían? ¿Qué mal había en mostrarlo? Y en cuanto al esmero en el adorno de su persona, ¿qué ley divina ni humana podía imponerle la obligación de ocultar las prendas que el cielo le había dado y de no lucirlas hasta donde esto es compatible con el más rígido decoro? De esta suerte se absolvía doña Luz, pero, prosiguiendo en sus cavilaciones, añadía en su pensamiento: Y si yo supongo que él me ama, ¿por qué no ha de suponer él que le amo yo? Si yo no tengo motivo para suponerlo, si es mi vanidad quien lo supone, bien puede él ser tan vanidoso como yo y suponerlo del mismo modo.
Acisclo cavilaba, y sentían no pequeña curiosidad por conocer el asunto de sus cavilaciones.
Frecuentemente me encerraba yo en mi recámara para dar rienda suelta a mis cavilaciones y melancolías.
No acertaba a explicarse tantas coincidencias, pero como no tenía dato alguno que pudiese suministrarle explicación más verosímil, pronto se disiparon sus cavilaciones.
En ella referiré todas mis cavilaciones de una noche de esas fantásticas, y enumeraré las cosas portentosas que haría yo en el mundo, si tuviese cien millones de reales.
Si esta pasión de madre daba a Barbarita inefables alegrías, también era causa de zozobras y cavilaciones.
Te conviene una tranquilidad absoluta, renunciar a los deseos vehementes, a las cavilaciones que la no satisfacción de ellos te produce, viajar menos, ahogar todo apetito loco de los sentidos, renunciar a todos los excitantes malsanos, no me refiero solamente al café y al té, sino más principalmente a los excitantes imaginativos e ideales, huir de las emociones, y cortarte la coleta de banderillero, con intención de no dejártela crecer más, trazar una raya en tu vida y decir: ni Cristo pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
De vez en cuando estas cavilaciones cesaban, porque Juan sabía arreglarse de modo que su mujer no llegase a cargarse de razón para estar descontenta.
Después de acostada tuvo que levantarse y se arrojó, liada en una manta, en el sofá de la sala, pero no se quedaban las cavilaciones entre las sábanas, sino que iban con ella a donde quiera que iba.
Y fue verdad que lo soñó a la madrugada, cuando su caldeado cerebro se adormeció, cediendo a una como borrachera de cavilaciones.
Doña Lupe, al llegar aquí, se engolfó en cavilaciones tan abstrusas que no es posible seguirla.
Cortaban estas cavilaciones las visitas de Maximiliano todos los jueves y domingos, entre las cuatro y seis de la tarde.
Pero al punto trataba de alejar estas ideas, que no le traían más que tristezas y cavilaciones.
Tú me ayudarásprosiguió Maxi con ráfagas de inspiración religiosa en sus ojos encandilados, tú me ayudarás a propagar esta gran doctrina, resultado de tantas cavilaciones, y que no habría llegado a ser completamente mía sin el auxilio del Cielo.
A esta altura estaban sus cavilaciones, cuando Maxi le llevó la noticia que le diera.
Cuando Maximiliano se retiró, iba desarrollando en su mente la más prodigiosa cadena de razonamientos que en aquellas cavilaciones se había visto.
Nunca pudo la señora de Rubín llegar en sus cavilaciones a una solución terminante en este punto oscurísimo.
Resumiendo después sus cavilaciones, añadió para sí:.
Pero acaso fuesen éstas vanas cavilaciones, y quizás soñaba también al imaginarse que, a la mesa, don Pedro seguía continuamente la dirección de sus ojos y acechaba sus movimientos.
Pasó un cuarto de hora abstraído el chico en sus cavilaciones, dormitando el guardián, y raspando borrones el que escribía, hasta que, tras ruido de puertas que se abrieron y cerraron, entró en la habitación el obispo.
Los libros que leía, las lecciones que escuchaba, dejaban en su espíritu profunda huella, y el pobre muchacho, traído del campo hasta la morada del obispo, trasladado de pronto desde la libre existencia de los prados y montes al severo recinto por donde vagaban, como espectros atezados, los familiares de su tío, obligado a cambiar de género de vida, rodeado siempre de rostros en que parecía delito la sonrisa, sin nadie a quien poder trasmitir las primeras impresiones que, como bandada de pájaros no avezados al vuelo, se alzaban en su alma, fue poco a poco haciéndose reservado y triste, sintió anublado su espíritu por las sombras que la soledad engendra, y sólo halló para sus cavilaciones puerto de refugio en la esperanza del porvenir.