Ejemplos con cargaban

Las caravanas cargaban sus productos al norte de Shabwah y desde ahí se dirigían hacia los reinos de Qataban, Saba, Ma'in, Palestina hasta Gaza.

Ellos cargaban las piezas de la cámara filmadora en un cajón para su traslado.

Incluso otros ejércitos más desorganizados como los germanos cargaban en grupos diferenciados con pequeños huecos entre líneas, en lugar de marchar en línea.

Cuando el enemigo se aproximaba, los asteros cargaban.

Se cargaban las mulas y vagonetas del tren de suministros y formaban las unidades.

También, históricamente los programas se cargaban manualmente mediante una cinta de papel o tarjetas perforadas.

El encuentro con estas fuerzas adelantadas de Rivera indujo a Oribe a desplegar sus fuerzas por columnas, mientras que fuerzas de Servando Gómez cargaban sobre las de Rivera.

Aquellos hombres, cargaban las taras e imperfecciones de todos los tiempos, como intrigas ambiciosas, codicia insaciable, ostentaciones desmedidas, abusos de poder, lucha de banderías, etc.

Estas carretas cargaban frijoles hacia Puntarenas.

Los maragatos transportaban al interior salazones de pescado traídos de la costa gallega, y al volver a su tierra cargaban con embutidos y productos de secano.

Aprovechando la fuerza de los animales tanto en el transporte como en el arado, cargaban materias primas y bienes destinados al consumo interno y al intercambio comercial.

Los -uma-jirushi eran continuamente sujetados en bolsas de cuero fijadas a los cinturones de los que los cargaban, los que eran especialmente grandes por lo general eran asegurados con un tirante sujetado a un marco que llevaban los guerreros por la espalda.

En Manila se cargaban marfiles, sedas y porcelanas chinas, clavo de las Molucas, canela de Ceilán, jenjibre de Malabar y sándalo de Timor, entre otros productos.

Pero cuando se desbordaban las bromas era en esos tres días de carnaval, domingo, lunes y martes, en los cuales se llegaba al frenesí de la locura, pues los hombres montados en carros, con grandes tinas de agua y provistos de jeringas, las cargaban con el expresado líquido que lo dirigían a las señoras que estaban en los balcones y en las ventanas, mientras que ellas, armadas igualmente del mismo instrumento, lo descargaban sobre ellos produciéndose un tiroteo de chorros de aguas, en esa especie de batalla campal, que todos ponía como patos desde los pies a la cabeza y dejándolos en estado tal como presuntos candidatos a grandes enfriamientos, y tal vez como aspirantes de inmediatas pulmonías.

Los camareros cargaban con los niños como si fuesen paquetes.

Las flotas de barcas permanecían en seco, se cerraban los talleres, ya no humeaba la olla, los caballos de la gendarmería cargaban contra la muchedumbre protestante y famélica, la oposición gritaba en las Cámaras y los periódicos hacían responsable de todo al gobierno.

Los obreros llevaban el saquito con el jornal, las mujeres algún comistrajo recién comprado, los chicos, con sus bufandas enroscadas en el cuello, cargaban rabeles, nacimientos de una tosquedad prehistórica o tambores que ya iban bien baqueteados antes de llegar a la casa.

A Rubín le cargaban también los dichosos bolsistas, que no hablaban más que de dinero.

Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera.