Ejemplos con caen

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
A mí se me caen los pálpagos de sueño, porque, hija, no he pegado el ojo desde antanoche, y por eso no soy más opípara en esta carta.
Con las propinas que le caen está mejor que yo.
Y, como viese que no podía, como viese que del tocarse su alma con la del Padre, ya por la palabra, ya por la mirada, cuando antes parecía que brotaban calor y magnética lumbre, entonces se formaba hielo, se lo explicó suponiendo que no hay brío ni vigor en los corazones humanos para varios afectos, y que, donde uno impera, los otros caen y desmayan, aunque sean de muy distinta condición y naturaleza.
Cuando silban las balas, y los hombres caen como espigas sobre el campo del honor, cuando cada detonación que suena deja a una madre sin hijo, a un hijo huérfano, a una esposa viuda o a un hermano sin hermano.
¡Quia! Por tonta que te quieras volver, no harás tal ¿Crees que esas brevas caen todos los días? Que se te quite de la cabeza Casadita, puedes hacer lo que quieras, guardando el aparato de la.
Pero no le sacaran a él de sus números Por cierto que el Ministro le había encargado un trabajo que le traía marcado Siempre me caen a mí estos turrones.
Después que entran, se les enseña más, se les esta y la otra cosa de precio, se les engatusa, y al fin caen.
Esta es un ángel, y los ángeles caen en la tontería de creer que el mundo es el cielo.
El sarampión, el garrotillo ¡Pues nada te quiero decir de las amas! ¡qué calamidad! Luego estás hecha una esclava Que si comen, que si se indigestan, que si se caen y se abren la cabeza.
Y, entre las que he dicho, dicen las letras que sin ellas no se podrían sustentar las armas, porque la guerra también tiene sus leyes y está sujeta a ellas, y que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados.
Y de aquí viene que, como la carne de la esposa sea una mesma con la del esposo, las manchas que en ella caen, o los defectos que se procura, redundan en la carne del marido, aunque él no haya dado, como queda dicho, ocasión para aquel daño.
Con estas voces y con esta inquietud caminé lo que quedaba de aquella noche, y di al amanecer en una entrada destas sierras, por las cuales caminé otros tres días, sin senda ni camino alguno, hasta que vine a parar a unos prados, que no sé a qué mano destas montañas caen, y allí pregunté a unos ganaderos que hacia dónde era lo más áspero destas sierras.

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