Ejemplos con bonitamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No quería decir sus visiones, pero un día le confesó a su madre que veía cosas terribles, a todos los de su casa con caras de muertos, bañándose y chapuzándose bonitamente en un charco de sangre.
Pablito no encontró mejor recurso que escabullirse bonitamente, y plantarse en la calle.
Este rugido debió de llegar a oídos de su feliz amigo, porque algunos segundos después montaba sobre la barandilla y se apeaba bonitamente en la calle.
El barbero, obedeciendo la consigna, se acercaba, le embadurnaba la cara de jabón y le despojaba bonitamente de las barbas sin que don Jaime se despertase más que a medias.
Celestina Tirado, que vestía falda y pañuelo al estilo gitano, me contó que los dineros heredados del cura don Hilario se le habían ido entre los dedos, porque se metió a fiadora y la desplumaron bonitamente, dejándola por puertas.
Pero Masttai Ferretti vio que mermaban los chorros del dinero de San Pedro, y acabó por entenderse bonitamente con la República española.
No necesito decir que me colé de un brinco dentro de la berlina, achantándome bonitamente en la bigotera.
Jacobo nada decía, y comenzando el viejo a notar su preocupación, indicóle bonitamente que el almuerzo terminaba y le estaba ya estorbando.
Pedro era que el pillo de Calpena, confabulado quizás con Fonsagrada, le había traído al castrense para que estuviese al , entreteniendo a Mentor con su capote, mientras Telémaco hacía un quiebro, y tomaba bonitamente el olivo.
Eran enemigos jurados de este industrial los de la vecindad, que bonitamente le robaban los juncos para sus juegos y diabluras.
¿Conformaban las primitas con las opiniones de su padre? Lo cierto es que, apenas el primo se sentó a platicar con don Manuel, cada niña se escurrió bonitamente, ya a arreglar su tocado, ya a prevenir alojamiento al forastero y platos selectos para la mesa.
Escurrióse bonitamente de la capilla, resuelto a salvar a toda costa la vida de la heredera de Moscoso.
Yo me retiro a la alcoba, fingiendo tener mucho sueño, apago la luz y cuando todo está en silencio, escápome bonitamente a la calle.
Saludaba yo a la condesa, cuando se me acercó doña Flora, y pellizcándome bonitamente con todo disimulo el brazo por punto cercano al codo, me dijo:.
Él me contaba vidas de santos españoles, yo fingía dormitar, embelesado por los místicos encantos de su relato, y entonces metía bonitamente sus manos en mi bolsillo para sacarme el dinero.
Mira, chiquillo, haz el favor de meter bonitamente tu mano por entre la casaca y la chupa hacia la espalda, y rascarme en esa paletilla derecha, que no parece sino que se ha juntado ahí un regimiento de pulgas.
En efecto, Rotondo, que quería a toda costa llevarse, si no los ochenta mil duros restantes, por lo menos una buena parte, entró en la casa, pero aquel día tuvo mala estrella, y no volvió a salir, porque el marqués, auxiliado de la servidumbre, le encerró bonitamente en los sótanos de la casa.
Así se hizo, corriendo a un largo la vuelta de Triscornia y luego virando por redondo a ganar la popa del bergantín, bajo la cual nos acoramos, y como quien no quiere la cosa, bonitamente fuimos metiendo lío tras lío por un ventanillo, donde el cocinero los recibía con toda seguridad.
Parece ser que, cuando estuvo mirando a su enemiga, le pareció la más hermosa mujer que había visto en toda su vida, y el niño ceguezuelo, a quien suelen llamar de ordinario Amor por esas calles, no quiso perder la ocasión que se le ofreció de triunfar de una alma lacayuna y ponerla en la lista de sus trofeos, y así, llegándose a él bonitamente, sin que nadie le viese, le envasó al pobre lacayo una flecha de dos varas por el lado izquierdo, y le pasó el corazón de parte a parte, y púdolo hacer bien al seguro, porque el Amor es invisible, y entra y sale por do quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.
Yo, señora, sentí que íbamos, según mi señor me dijo, volando por la región del fuego, y quise descubrirme un poco los ojos, pero mi amo, a quien pedí licencia para descubrirme, no la consintió, mas yo, que tengo no sé qué briznas de curioso y de desear saber lo que se me estorba y impide, bonitamente y sin que nadie lo viese, por junto a las narices aparté tanto cuanto el pañizuelo que me tapaba los ojos, y por allí miré hacia la tierra, y parecióme que toda ella no era mayor que un grano de mostaza, y los hombres que andaban sobre ella, poco mayores que avellanas, porque se vea cuán altos debíamos de ir entonces.
Tentóse Sancho, y, llegando con la mano bonitamente y con tiento hacia la corva izquierda, alzó la cabeza y miró a su amo, y dijo:.
Para eso dijo el del Bosque yo daré un suficiente remedio: y es que, antes que comencemos la pelea, yo me llegaré bonitamente a vuestra merced y le daré tres o cuatro bofetadas, que dé con él a mis pies, con las cuales le haré despertar la cólera, aunque esté con más sueño que un lirón.
Pues pensar de no hacer lo que tenía gana, tampoco era posible, y así, lo que hizo, por bien de paz, fue soltar la mano derecha, que tenía asida al arzón trasero, con la cual, bonitamente y sin rumor alguno, se soltó la lazada corrediza con que los calzones se sostenían, sin ayuda de otra alguna, y, en quitándosela, dieron luego abajo y se le quedaron como grillos.
Viendo, pues, Sancho la última resolución de su amo y cuán poco valían con él sus lágrimas, consejos y ruegos, determinó de aprovecharse de su industria y hacerle esperar hasta el día, si pudiese, y así, cuando apretaba las cinchas al caballo, bonitamente y sin ser sentido, ató con el cabestro de su asno ambos pies a Rocinante, de manera que cuando don Quijote se quiso partir, no pudo, porque el caballo no se podía mover sino a saltos.
Si no, haz una cosa, Sancho, por mi vida, porque te desengañes y veas ser verdad lo que te digo: sube en tu asno y síguelos bonitamente, y verás cómo, en alejándose de aquí algún poco, se vuelven en su ser primero, y, dejando de ser carneros, son hombres hechos y derechos, como yo te los pinté primero.
-Aquiétese, cálmese, que no hay tal sangre, a fe mía, sino la leña que arde bonitamente.
Cuando la sangre fluye en menor cantidad, el matador revuelve bonitamente el arma buscando a tientas el corazón, y ¡figúrense ustedes lo que pasará allá dentro! A la cuarta o quinta calicata de esta clase, espira la víctima entre la rechifla, los puñetazos y los improperios de sus mataores, que le hacen esta despedida por todo consuelo.
El monstruo, el sátiro, es muy joven, bien formado, de cara que inspiraría simpatía si no se recordase su crimen, de rasgos regulares, casi bellos, con la nariz recta, la boca bonitamente dibujada bajo el arco de juvenil bigote rubio, la cabellera bien puesta, el peinado correcto, elegante casi.
Los libros provincianos, o de los provincianos, tienen en las redacciones madrileñas el mismo destino que los periódicos de allende el mar: sin leerlos, sin hojearlos, sin abrirlos, con faja y todo, van a parar bonitamente al cesto de los papeles inútiles.
la república, salida de madre, se tima bonitamente con el general.

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