Ejemplos con baja

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los niños ,- acostarlos ,- el sueño ,- en una butaca ,- en el suelo ,- en una silla baja.
Un placer humano, aunque de la más baja jerarquía, es el de la mesa.
Estaba con la cabeza baja y el pensamiento en lejanía.
A un gaznápiro con faldas, aunque pertenezca a la familia más baja, se le admitirá en las mejores familias, aunque no posea un céntimo, no le desdeñarán los más ricos, aunque sea un sandio, le escucharán los políticos y los académicos, aunque sea más feo que Picio, le mirarán hasta con embeleso las más hermosas mujeres.
Se lo digo a usted en voz baja, aunque con toda energía, porque quiero evitar espantosas complicaciones, incluso la efusión de sangre.
Belarmino va andando, como siempre: con la cabeza baja, sonriente y ensimismado en su mundo interior.
Este era un regato, el cual regato nacía en un cerro vecino, y dejando morirse de sed durante el verano a la pobre campiña que atravesaba, tenía la desvergüenza de inundar varias veces cada invierno, y merced a las aguas que le prestaban las lluvias y las destilaciones del cerro, la parte más baja de la villa a cuya proximidad pasaba.
El de nuestra historia, que creía darse importancia correspondiendo a tantas y tan raras exigencias, destinaba dos días de la semana a aquellas que tuvieran que ver con los centros oficiales, y encomendaba las de más baja estofa al cuidado de doña Juana.
Cultivarían la tierra ellos mismos, y buscaron jornaleros entre la gente sufrida y sumisa que, oliendo a lana burda y miseria, baja en busca de trabajo, empujada por el hambre, desde lo último de la provincia, desde las montañas fronterizas a Aragón.
El alguacil del tribunal, que llevaba más de cincuenta años de lucha con esta tropa insolente y agresiva, colocaba a la sombra de la portada ojival las piezas de un sofá de viejo damasco, y tendía después una verja baja, cerrando el espacio de acera que había de servir de sala de audiencia.
Arriba, al final de la portada, abríase, como gigantesca flor cubierta de alambrado, el rosetón de colores que daba luz a la iglesia, y en la parte baja, en la base de las columnas adornadas con escudos de Aragón, la piedra estaba gastada, las aristas y los follajes borrosos por el frote de innumerables generaciones.
Quedó inmóvil, con la cabeza baja y los ojos empañados por lágrimas de cólera mientras su brutal enemigo acababa de formular la denuncia.
Batiste salió ciego del tribunal, con la cabeza baja, como si fuera a embestir, y permaneció prudentemente a sus espaldas.
Pero no, lo que llevaba al lado era un buen mozo capaz de defenderla, algo tímido y encogido, eso sí, con la cabeza baja, como si las palabras que aún tenía por decir se le hubieran deslizado hasta el pecho y allí estuviesen pinchándole.
Interrumpiendo su ristra de lugares comunes, dichos campanudamente, como si estuviera en la escuela, añadió en voz baja, guiñando maliciosamente los ojos:.
La fuente de la Reina era una balsa cuadrada, con muros de piedra roja, y teniendo su agua mucho más baja que el nivel del suelo.
Permanecía con la vista baja, con cierto aire gazmoño, sí, gazmoño, que no me causó buena impresión.
En el cuadrante un clérigo melancólico, pensativo, fumando, como un árabe delante de su tienda, en el corredor baja de las Casas Municipales un policía haraposo, con el fusil al hombro, paseándose, y allá por la Calle Real, centro del miserable comercio villaverdino, una recua, un pordiosero, y el doctor Sarmiento, muy de prisa, echado el sombrero hacia la nuca, figura invariable, tipo eterno del médico de las poblaciones cortas.
Aquella mesita baja y larga, cubierta con un mantel viejo, iluminada por un quinqué con pantalla verde, y llena de cajitas, ruedas de alambre y rollos de papel, se me antojaba, a veces, como un arriate engalanado con todos los primores de un jardín.
Advirtiólo Angelina, y me hizo seña para que habláramos en voz baja, y quedito, muy quedito, mientras oprimía con la punta de los dedos los empapados paquetillos y los apartaba en el borde del plato, me dijo:.
Al pasar por la cocina hablaba en voz baja con señora Juana, encendía un puro, y se iba.
En un momento en que las tres corrieron al balcón para ver quién pasaba, don Juan Tafetán se acercó a él y en voz baja le dijo:.
Mientras le renovaba la comida, dijo en voz muy baja, con ademán pensativo:.

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