Ejemplos con atalayero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El atalayero, desde las rocas, fué dando instrucciones con la bocina a Zurbelcha, y la lancha pasó sin dificultad.
La ha muerto: ya no la oiré contar historias supersticiosas, la cerora ha muerto: ya no le haré las hostias, como antes, el atalayero también ha muerto: ya no le veré, en el extremo del muelle, levantando sus gallardetes.
Entonces me acordé del recurso que el atalayero solía emplear para comunicarse con los pescadores a gran distancia: el hacer la ahumada.
Recorrí el muelle luchando con las ráfagas de aire y subí al cobertizo del atalayero en el Rompeolas.
Hoyterminó diciendo el atalayero, después de discutir los patrones, tuvieron en la votación una mayoría de pocos votos los partidarios de salir.
Llegaban ritmicamente, entraban por las ventanas de la atalaya, nos llenaban de agua al viejo atalayero y a mí, y salían por la escalera de piedra con un ruido de catarata.
Según dijo el atalayero, quedaban aún cuatro lanchas fuera del puerto.
El atalayero, con la bocina, les mandó pararse, y, cuando vió la ocasión propicia, gritó: ¡Avante!.
Las otras están alláme dijo el atalayero, señalándolas, sería preferible que se alejaran a coger Guetaria.
Metiéndome por el agua, llegué hasta el ángulo del muelle y dije a los pescadores lo que pasaba, lo que me había dicho el atalayero.
El atalayero nos gritó que no fuéramos directamente hacia donde había zozobrado la lancha, sino dando la vuelta.
Nos acercamos a las puntas, y el atalayero con la bocina nos mandó detenernos.
Desde donde estábamos, a veces, se oían las conversaciones de la gente en el Rompeolas, a veces, en cambio, no llegaban hasta nosotros los gritos del atalayero con su bocina.
Machín, sin atender a las indicaciones del atalayero, se lanzó sobre las olas amarillas de la barra, allí donde se confundían el cielo y el mar, y pasó él y pasamos nosotros con una velocidad vertiginosa, tan pronto en la cumbre de una montaña de agua, como casi atravesándola por en medio.
La descubierta por el Atalayero es ingeniosa.

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