Ejemplos con astrosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ya recuerdas los tenduchos astrosos de los gitanos, con sus hogueras, sus mujeres vistosas, y sus burros moribundos, mordisqueando la muerte, en derredor.
Le inquietaba ver que Sabel recibía otra vez su antigua corte de sultana favorita, y que la Sabia y su progenie, con todas las parleras comadres y astrosos mendigos de la parroquia, pululaban allí, huyendo a escape cuando él se acercaba, llevando en el seno o bajo el mandil bultos sospechosos.
-Yo no trabajo en mojigangas, amiguita -repuso mi antigua ama- y de picarme las manos con la aguja, prefiero ocuparme, como me ocupo, en la ropa de esos pobrecitos soldados que han venido con Alburquerque de Extremadura, tan destrozados y astrosos que da lástima verlos.
Entre estos hombres vi otros de figura extraña, y tan astrosos y con tanto andrajo cubiertos, que daba lástima verlos.
Dificultaban el modo que se tendria para intentar tan dificultosa hazaña, y habiendo entrado en bureo muchas veces, convinieron en esto: que fingiendo Loaysa, que así se llamaba el virote, que iba fuera de la ciudad por algunos dias, se quitase de los ojos de sus amigos, como lo hizo, y hecho esto, se puso unos calzones de lienzo limpio, y camisa limpia, pero encima se puso unos vestidos tan rotos y remendados, que ningun pobre en toda la ciudad los traia tan astrosos: quitóse un poco de barba que tenia, cubrióse un ojo con un parche, vendóse una pierna estrechamente, y arrimándose a dos muletas, se convirtió en un pobre tullido, tal que el mas verdadero estropeado no se le igualaba.
Era estraño espectáculo el verlos: unos desnudos del todo: otros vestidos con los vestidos astrosos de los bandoleros: unos llorando de verse robados, otros riendo de ver los estraños trajes de los otros: este contaba por menudo lo que le llevaban: aquel decia que le pesaba mas de una caja de que de Roma traia, que de otras infinitas cosas que llevaba.
Tomé de mis alhajas las que pude y las que me parecieron más necesarias, y entre ellas saqué estos naipes -y a este tiempo descubrió los que se han dicho, que en el cuello traía-, con los cuales he ganado mi vida por los mesones y ventas que hay desde Madrid aquí, jugando a la veintiuna, y, aunque vuesa merced los vee tan astrosos y maltratados, usan de una maravillosa virtud con quien los entiende, que no alzará que no quede un as debajo.
Asmaron los astrosos ministros del peccado.
A veces procedían de gente del pueblo, majos patilludos, tíos de avinagrada jeta y remendado calzón, gitanos astrosos, que la oleaban en la misma cara del marido, sin cuidarse de que le pareciese bien ni mal.
:Tras ella venían ya unos chiquillos astrosos, que a cada instante, jadeando, miraban camino arriba, al fin, varios hombres que traían a otro, lívido y decaído.
Ya recuerdas los tenduchos astrosos de los gitanos, con sus hogueras, sus mujeres vistosas, y sus burros moribundos, mordisqueando la muerte, en derredor.
:Y pienso en lo que habría sido del pobre Platero, si en vez de caer en mis manos de poeta hubiese caído en las de uno de esos carboneros que van, todavía de noche, por la dura escarcha de los caminos solitarios, a robar los pinos de los montes, o en las de uno de esos gitanos astrosos que pintan los burros y les dan arsénico y les ponen alfileres en las orejas para que no se les caigan.
Temiendo, a mi entender ¡oh Polícrates! el filósofo Crisipo lo ominoso de cierto proverbio antiguo, no lo escribió como él es en sí, sino como a él le parecía que estaría mejor, diciendo: ¿Quién del padre mejor hace el elogio que los hijos honrados y dichosos? Pero Dionisodoro de Trecene lo censura, y pone el proverbio verdadero, que es así: ¿Quién del padre mejor hace el elogio que los astrosos e infelices hijos? Y dice que el proverbio es hecho para tapar la boca a los que, no valiendo nada por sí, se adornan con las virtudes de algunos de sus antepasados y se dilatan en sus alabanzas.
En los alrededores, en tabucos infectos, se agazapaban turcos astrosos que vendían todo género de baratijas y cachivaches.
contradicen la solvencia: descalzos, astrosos, necesitados.

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