Ejemplos con asquerosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No damos a nuestros lectores más detalles por ser en sumo grado asquerosos.
Numemon es considerado uno de los digimon más asquerosos del digimundo.
He visto en esas tiendas elefantes, lagartos, ranas y sapos, y hasta arañas, en fin, los animalejos más asquerosos en adornos de señoritas.
Como las tierras del tío no serían nunca para los hombres, debían anidar en ellas los bicharracos asquerosos, y cuantos más, mejor.
Vinieron luego las pequeñas infidelidades y los pequeños desencantos, sufridos sin reproche, perdonados sin restricción, que no lograron derribar el ídolo de aquella alma enamorada, manso río sin borrascas, arpa eolia en que hasta los mugidos del huracán se transformaban en suspiros Después vinieron las grandes ofensas, y a poco los terribles descubrimientos de vicios enormes, que brotaban como setas monstruosas bajo el aspecto de seductor de aquel esposo adorado, de inclinaciones depravadas, pasiones indómitas, costumbres disolutas e innumerables defectos, que nacían y vivían en su alma como en la carne podrida los gusanos asquerosos.
Bajo las frondosidades de esta selva minúscula y alentados por la seguridad de su guarida, crecían y se multiplicaban toda suerte de bichos asquerosos, derramándose en los campos vecinos: lagartos verdes de lomo rugoso, enormes escarabajos con caparazón de metálicos reflejos, arañas de patas cortas y vellosas, hasta culebras, que se deslizaban a las acequias inmediatas.
Los arbustos, después de retorcerse entre las llamas, caían hechos brasas, escapando de sus cenizas asquerosos bichos chamuscados.
Por la esquina que forman dos calles, desemboca un mocetón descalzo, cubierto de harapos asquerosos.
Entre ellas la menos fugaz fue esta: Por la mañana, entrando en el Retiro, se le puso delante uno de esos pobres asquerosos que suelen pedir en los extremos de la población, y que a veces se corren hasta el centro.
Uno de los pequeños intentó echar la zarpa al abrigo de Jacinta, pero la zancuda empezó a dar chillidos: Quitarvos allá, desapartaísos, gorrinos asquerosos que mancháis a estas señoras con esas manazas.
Aquello era un conjunto de definiciones de pecados horribles, por ella nunca imaginados, descripciones de vicios asquerosos a su castidad desconocidos, alusiones a hechos absurdos, y advertencias estúpidas para precaver los delirios de la más corrompida torpeza.
Yo tampoco les tengo afición a esos bichos asquerosos.
Cumplida su misión de caridad, Lázaro se encerró de nuevo en sus soledades, y entonces las dudas, muertas al parecer aquellos días, tornaron a mostrarle las insaciables fauces, semejantes a esos reptiles asquerosos que después de aplastados vuelven a revivir y arrastrarse.
Envidie usted al que murió en la cárcel de Granada, no duerma usted, tiemble al menor rumor, y no crea que tan sólo merece desprecio como los reptiles asquerosos.
Porque él no verá mariposas blancas y azules, verá sapos, culebras, ciempiés, cocodrilos, toda clase de bichos horrendos y asquerosos, en marcha hacia el campo de desolación, en cuyo centro se yergue la pirámide de cráneos, y sobre el más alto de ellos, el casco de acero del canciller-buitre.
¡Cómo celebró la chusma la gracia con que la Retreta se fingió prendada de Pipá! Pipá, aunque agradecido a tantas muestras de deferencia, a que no estaba acostumbrado, sintió repugnancia al recibir aquellos abrazos y besos asquerosos.
Me alquilaba para pedir limosna con mendigos asquerosos y borrachines».
Me escandalizo de oír los cuentos asquerosos que refiere el francés de las mujeres que ha conocido en Lima, Callao y el Chorrillo.
Esto decía, cuando entraron alborotando cuatro mujeres con careta, entendiéndose por ello no el antifaz de cartón, o trapo, prenda de Carnaval, sino la mano de pintura que se habían dado aquellas indinas con blanquete, chapas de carmín en los carrillos, los labios como ensangrentados y otros asquerosos afeites, falsos lunares, cejas ennegrecidas, y la caída de ojos también con algo de mano de gato, para poetizar la mirada.
Pronto se volverá objeto de repulsión por su repugnante hediondez, horror de los ojos que lo vean, por sus formas espectrales y fantásticas, y sin embargo, las inmundas aves de rapiña ya encuentran en ese cadáver inerte elementos de vida, hervideros insaciables y siempre renovados de gusanos asquerosos revuelven incansablemente, como en busca de misteriosos tesoros, las profundas bóvedas donde quedaban encerradas las vísceras.
parecer, los ojos más asquerosos que los de un médico, y sea de la cámara, brazos de.
¡Oh! ¡Misterios indescifrables y recónditos! ¿Para qué han venido al mundo los brutos? Sabios, resolved este problema, que debe de tener alguna conexión con los animalitos asquerosos y dañinos creados para probar la paciencia del hombre.
La persecución en esta materia llegó a tal extremo, tales disgustos le causó su afán de expresar por escrito sus ideas y sus penas, que tuvo que renunciar en absoluto a la pluma, se juró a sí misma no ser la «literata», aquel ente híbrido y abominable de que se hablaba en Vetusta como de los monstruos asquerosos y horribles.
Porque es preciso que el lector entienda que no se trataba ya, únicamente, en el escritorio de una lluvia de talegas, como caídas del cielo, ni en la habitación del próximo ingreso en la familia de un hombre «poderoso»: es que éste había sido ya presentado a su futura, y había comido «en la casa», y el padre y la madre y la hija habían convenido sin dificultad en que, «después de bien tratado y ataviado, el novio era hasta simpático, y que no tenía maldita la comparación con Fulano, ni con Zutano, ni con Perengano, que evidentemente eran unos groseros, palurdos y asquerosos», y había habido lo de «tonta hubieras sido en pararte en remilgos, ¡qué ganga te perdías!», y lo de «la verdad es, mamá, que no debe uno pagarse de impresiones a lo lejos», o «te digo que nos echamos tu madre y yo un yerno y tú un marido que no le merecemos».
: si el mantenimiento que les fiamos le roen, si el regazo en que los abrigamos le envenenan, si el seno donde los recogemos le abrasan, ratones son, Señor, enemigos de la luz, amigos de las tinieblas, inmundos, hidiondos, asquerosos, subterráneos.
Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, todos estaban mezclados y revueltos unos con otros, desgreñados los cerdudos cabellos, rotas las sucias camisas, sueltos los grasientos pilquenes, medio vestidos los unos, desnudos los otros, sin pudor las hembras, sin vergüenza los machos, echando blanca babaza éstos, vomitando aquéllas, sucias y pintadas las caras, chispeantes de lubricidad los ojos de los que aún no habían perdido el conocimiento, lánguida la mirada de los que el mareo iba postrando ya, hediendo, gruñendo, vociferando, maldiciendo, riendo, llorando, acostados unos sobre otros, despachurrados, encogidos, estirados, parecían un grupo de reptiles asquerosos.
Nadie se atrevía a contestarle, cuando la ogra, furiosa al ver lo que pasaba se arrojó la primera de cabeza al tonel y en un instante fue devorada por los asquerosos reptiles que había mandado echar dentro.
¡Hoy objeto de horror para cuantos te vean! Montón de huesos asquerosos.
¡Cuánta miseria me anuncian! En éstos, ¡ay!, ¡en éstos se ha convertido tu carne! ¡De tus hermosos ojos se han engendrado estos vivientes asquerosos! ¡Tu pelo, que en lo fuerte de mi pasión llamé mil veces no sólo más rubio, sino más precioso que el oro, ha producido esta podre! ¡Tus blancas manos, tus labios amorosos se han vuelto materia y corrupción! ¡En qué estado estarán las tristes reliquias de tu cadáver! ¡A qué sentido no ofenderá la misma que fue el hechizo de todos ellos!.

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