Ejemplos con asquerosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En todo el mundo, las cosas consideradas más asquerosas son los cadáveres, las heridas abiertas, los deshechos corporales como las heces, la orina o el pus, el olor de los alimentos podridos y determinados animales como gusanos, rata o formas en desarrollo como las larvas.
El principio es Te dan asco las cosas que en tu sociedad en la que vives se consideran asquerosas La biología evolutiva considera que tiene sentido sobre todo con respecto a la alimentación, pues las fuentes de alimentos no son idénticas en cada cultura y con el transcurso de la evolución cambian sin cesar.
Sin embargo, no faltaban tampoco mamarrachos sueltos con sus gracias repugnantes por asquerosas o sucias.
Pero al final logra descubrir de dónde provienen estas apestosas y asquerosas plagas.
¡Qué barbaridad! Pues, ¿qué? ¿No se usan todavía en nuestra península almadreñas, zuecos, abarcas y las asquerosas alpargatas? ¡Qué poco dice esto en pro de la cultura de los españoles, y cuánto de su salvajismo! Para mí la alpargata es un insulto a la divinidad, una blasfemia, porque es negar y desconocer la obra más perfecta de Dios, o sea el pie humano.
Cambiaban unos con otros, por encima de las butacas, bromas y frases, más que obscenas, asquerosas.
Por el claustro se deslizaban a lo largo de las paredes, con la melancolía del hambre, varios chicuelos de cabeza enorme y delgado cuello, siempre enfermos y sin llegar nunca a morirse, afligidos por extrañas dolencias de la anemia, por bultos que surgían y desaparecían en la cara, y costras asquerosas que cubrían sus manos.
Como si hubiera leído al autor de los , que describe a , viejo, calvo, sucio, desarrapado y haciendo burla de toda sabiduría, Velázquez lo pintó calado el chapeo mugriento y envuelto en una capa raída, bajo la cual, asoman las piernas, que cubren medias asquerosas de paño burdo y zapatos para los que fuera un insulto la limpieza.
Junto a la rampa de bajada estaban los animales de desecho: asnos sin orejas, de pelo sucio y asquerosas pústulas, caballos tristes, cuyo pellejo parecía agujerearse con lo anguloso de la descarnada osamenta, mulas cegatas, con cuello de cigüeña, toda la miseria del mercado, los náufragos del trabajo, que, con el cuero rayado a palos, el estómago contraído y las excoriaciones inflamadas por las moscas verdosas y panzudas, esperaban la llegada del contratista de las corridas de toros o del mendigo, que aún sabrían utilizarlos.
Tranquilo por esta parte Butrón, quiso, sin embargo, asegurar más y más al partido la alianza preciosa de Currita, porque hay ciertas políticas indecorosas y a la larga funestas, que, aun tendiendo a fines honestos, no saben prescindir de individualidades asquerosas.
Vivía como siempre, comía con la mamá y las hermanas a la misma hora, pero las escuchaba como si fuesen seres extraños encomendados a su observación, sonreía interiormente al apreciar sus preocupaciones, indignábase sin romper su silencio, y apenas terminaba el motivo de esta reunión de familia, escapaba para ir en busca de Tónica y de la pobre ciega, sintiendo el anhelo de purificarse, cual si las palabras de los suyos estuviesen agarradas a su piel como asquerosas manchas.
Algunas de esas asquerosas aves, las más cercanas, a la vista de los caminantes emprendieron el vuelo, y haciendo un ruido tremendo con sus amplias y pesadas alas, fueron a posarse algo más lejos.
De lo que a mí me pesa es, que estoy tan cerca de mi acabamiento, que no tendré lugar de verlo: muchas veces he querido preguntar a mi cabron qué fin tendrá vuestro suceso, pero no me he atrevido, porque nunca a lo que le preguntamos responde a derechas, sino con razones torcidas y de muchos sentidos, así que, a este nuestro amo y señor no hay que preguntarle nada, porque con una verdad mezcla mil mentiras, y a lo que he colegido de sus respuestas, él no sabe nada de lo por venir ciertamente, sino por conjeturas: con todo esto, nos trae tan engañadas a las que somos brujas, que con hacernos mil burlas, no le podemos dejar: vamos a verle muy léjos de aquí a un gran campo, donde nos juntamos infinidad de gente, brujos y brujas, y allí nos da de comer desabridamente, y pasan otras cosas, que en verdad, y en Dios y en mi ánima, que no me atrevo a contarlas segun son de sucias y asquerosas, y no quiero ofender tus castas orejas: hay opinion que no vamos a estos convites sino con la fantasía, en la cual nos representa el demonio las imágenes de todas aquellas cosas que despues contamos que nos han sucedido: otros dicen que no, sino que verdaderamente vamos en cuerpo y en ánima, y entrambas opiniones tengo para mí que son verdaderas, puesto que nosotras no sabemos cuándo vamos de una o de otra manera, porque todo lo que nos pasa en la fantasía es tan intensamente, que no hay diferenciarlo de cuando vamos real y verdaderamente: algunas esperiencias desto han hecho los señores inquisidores con algunas de nosotras que han tenido presas, y pienso que han hallado ser verdad lo que digo.
Prosupuesto esto, has de considerar que yo padezco ahora la enfermedad que suelen tener algunas mujeres, que se les antoja comer tierra, yeso, carbón y otras cosas peores, aun asquerosas para mirarse, cuanto más para comerse, así que, es menester usar de algún artificio para que yo sane, y esto se podía hacer con facilidad, sólo con que comiences, aunque tibia y fingidamente, a solicitar a Camila, la cual no ha de ser tan tierna que a los primeros encuentros dé con su honestidad por tierra, y con solo este principio quedaré contento y tú habrás cumplido con lo que debes a nuestra amistad, no solamente dándome la vida, sino persuadiéndome de no verme sin honra.
Lo que ha sucedido es cosa desdichada y lastimosa, pero no tanto como las asquerosas mentiras que contaba esta mañana el rapavelas de las Niñas de Loreto.
¡Esto nos pasa por ser asquerosas! Aunque viéndolo como se debe, somos más mejores que ella, pues no comerciamos con la carne.
Dado el aspecto de inexpugnable de Chale, y, según el cual, parecía acabar de despertar de alguna mala pesadilla quizás, consideré importuna mi presencia y resolví marcharme, cuando el asiático abrió uno de los cajones de la mesa y, capitaneando de alguna voz de mando interior e inexorable, que desenvainóle el cuerpo entero en resuelto avance, extrajo de un lacónico estuche de pulimentado cedro, unos cuerpos blancos entre las uñas lancinantes y asquerosas.
A la brusca claridad de la cercana lámpara, distinguimos que aquella cara extraviada, bajo la corta cabellera que le caía en crinejas asquerosas hasta los ojos, empezaba luego a fruncirse y moverse sobre el miserable y haraposo tronco, volviéndose a todos lados, como solicitada por invisibles resortes o por misteriosos ruidos producidos en los ferrados barrotes de un parque.
Las grietas son tan anchas y profundas en algunos sitios, que ofrecen sobrada capacidad para que en su seno se aniden las lagartijas, las salamanquesas asquerosas y los feos y medrosos murciélagos, y para que nazcan, se arraiguen y crezcan allí no pocas higueras bravías y yerbas y maleza.
Lo que da al mundo son solo cosas grises y asquerosas, reflejo de su aburrida y odiosa existencia,--muy débil para vivir, muy cobarde para morir.
Ved aquí por qué corren las más asquerosas doctrinas como arroyos de inmundicia, cuando desatadas las cataratas del cielo, rompen las aguas el dique de los muladares, y el fango de los campos es arrastrado entre materias putrefactas y miserables cuerpos muertos.
- ¿Es que no veis? ¡Esa miserable se ha permitido tocar la muñeca de mis hijas con sus asquerosas manos sucias!.
Este efecto produjo inmediatamente en mí, y el cutis hinchado comenzó a despegarse a trechos con una especie de lepra en áspera y asquerosas costras.
Ana corría, corría sin poder avanzar cuanto anhelaba, buscando el agujero angosto, queriendo antes destrozar en él sus carnes que sufrir el olor y el contacto de las asquerosas carátulas, pero al llegar a la salida, unos la pedían besos, otros oro, y ella ocultaba el rostro y repartía monedas de plata y cobre, mientras oía cantar responsos a carcajadas y le salpicaba el rostro el agua sucia de los hisopos que bebían en los charcos.
Una noche la Regenta reconoció en aquel subterráneo las catacumbas, según las descripciones románticas de Chateaubriand y Wisseman, pero en vez de vírgenes de blanca túnica, vagaban por las galerías húmedas, angostas y aplastadas, larvas, asquerosas, descarnadas, cubiertas de casullas de oro, capas pluviales y manteos que al tocarlos eran como alas de murciélago.
Como un mal clérigo, que abusa del confesonario, sabía don Álvaro flaquezas cómicas o asquerosas de muchos maridos, de muchos amantes, sus antecesores, y en el número de aquellas crónicas escandalosas entraban, como parte muy importante del caudal de obscenidades, las pretensiones lúbricas de los solicitantes, sus extravíos, dignos de lástima unas veces, repugnantes, odiosos las más.
Otro, con los sonoros himnos de sus mentidas libertades, sofoca los gemidos de la esclavitud, cubre con el tupido manto de su riqueza las asquerosas llagas de la desmoralización y, cobarde chacal, acecha el sueño de su vecino para devorarle impunemente.
Yo no veía más que una llanura infinita, plagada de costras y tumores, y los monolitos solitarios y dispersos, se me antojaban erupciones de verrugas asquerosas sobre una inmensa piel de leproso.
asquerosas parodias, plagios de los antiguos cultos, dejad que un.
deslizó por tanto tiempo en medio de asquerosas delicias.

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