Ejemplos con arrebatándose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-No sé si la mía será generosa o egoísta. Yo sé que he derramado hace poco algunas lagrimillas, pidiendo a Dios que no matara a nadie por culpa mía. ¡Qué sabor tan amargo sacan a veces nuestras oraciones, y cómo se acongoja nuestro pensamiento luchando para que las flores que quieren echar de sí no se conviertan en culebras!... Yo he rezado hoy más que ningún día de mi vida, pero no estoy segura de haber rezado bien y con limpieza de corazón. Horrible batalla había dentro de mí. Creo que las palabras y las ideas que andaban por mi cerebro variaban de sentido a cada instante, y que decir Dios era decir demonio, y decir amor era decir odio, y decir salvarse era decir morirse. La idea sentida y la idea pensada se combatían, arrebatándose una a otra el vestido de su palabra propia. Yo creo que no he rezado nada, que no soy buena, y sin embargo, quiero serlo. ¡Me siento con tan poco de santa y tanto de mujer!... Y sin embargo, yo no seré tan mala cuando he tenido alma para pedir claramente que muriéramos las dos, y así todo quedaría bien...
¿Quién los lanzó al bárbaro combate? ¿Volverían a empeñarlo? La querella subsistía, subsiste y subsistirá pavorosa, y antes de que se acabe, muchas Glorias sucumbirán, ofreciéndose como víctimas para aplicar al formidable monstruo que toca con la mitad de sus horribles patas a la historia y con la otra mitad a la filosofía, monstruo que no tiene nombre, y que si lo tuviera lo tomaría juntando lo más bello, que es la religión, con lo más vil, que es la discordia, muchas Glorias sucumbirán, sí, arrebatándose del mundo que encuentran despreciable a causa de las disputas, y corriendo a presentar su querella ante el Juez absoluto.
Los dos mercachifles habían principiado por hacerse cruda guerra, arrebatándose uno a otro la marchantería, lo que nos autoriza para asegurar que no podían alcanzar mucho medro.
Los perros rondan arrebatándose el triperío de desecho, y los mercaderes con los velludos brazos desnudos y un delantal que les cubre el pecho, cogen a pedido de las compradoras el pescado por la cola, de una cuchillada le abren el vientre, con las uñas le hurgan hasta el espinazo destripándolo, y después de un golpe seco lo dividen en dos.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba