Ejemplos con apretaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Felicita sintió que una mano invisible le apretaba el corazón.
¡Horrible tentación! Lucía se apretaba el corazón con las manos, se hincaba las uñas en el pecho.
El cura me apretaba la mano fuertemente, y yo besé la suya, que regué con unas lágrimas que hacía años no había podido derramar.
Sagrario se apretaba contra el pecho de Gabriel.
Ya sabía quién le apretaba con tanta crueldad la garganta.
¡Quién sabe!se dejó decir la joven, sintiendo que se le apretaba la garganta.
Jacinta se apretaba contra la pared para dejar paso franco.
Empezó por tocar con los dedos tímidamente una pulsera de monedas antiguas que Jacinta llevaba, y viendo que no le reñían por este desacato, sino que la señora aquella tan guapa le apretaba contra sí, se decidió a examinar el imperdible, los flecos del mantón y principalmente el manguito, aquella cosa de pelos suaves con un agujero, donde se metía la mano y estaba tan calentito.
No sabía qué contestar, y sentía que se le apretaba la garganta.
Si creía notar que se estremecía con escalofríos, apretaba sí dulcemente, liándose a él para comunicarle todo el calor posible.
¡Y cómo se hacía el nene, cuando su mujer, con deliciosa gentileza materna, le cogía entre sus brazos y le apretaba contra sí para agasajarle, prestándole su propio calor! No tardó Juan en aletargarse con la virtud de estos melindres.
El señorito de Limioso, no desmintiendo su vieja sangre hidalga, aguardaba sosegadamente, sin fanfarronería alguna, pero con impávido corazón, el abad de Boán, nacido con más vocación de guerrillero que de misacantano, apretaba con júbilo la pistola, olfateaba el peligro, y, a ser caballo, hubiera relinchado de gozo, el Tuerto, encogido y crispado como un tigre, se situaba detrás de la puerta a fin de destripar a mansalva al primero que entrase.
Por ejemplo: abría los ojos con travesura incomparable, estornudaba con redomada picardía, apretaba con su manita el dedo de cualquiera, tan fuerte, que se requería el vigor de un Hércules para desasirse, y aún hacía otros donaires, mejores para callados que para archivados por la crónica.
Un muchacho agudo, que escribia en un oficio de provincia, le apretaba mucho con preguntas y demandas, y le traia nuevas de lo que en la ciudad pasaba, porque sobre todo discantaba, y a todo respondia.
Con estas razones de la mala vieja, creyeron los mas que yo debia de ser algun demonio de los que tienen ojeriza continua con los buenos cristianos, y unos acudieron a echarme agua bendita, otros no osaban llegar a quitarme, otros daban voces que me conjurasen, la vieja gruñia, yo apretaba los dientes, crecia la confusion, y mi amo, que ya habia llegado al ruido, se desesperaba, oyendo decir que yo era demonio: otros, que no sabian de exorcismos, acudieron a tres o cuatro garrotes, con los cuales comenzaron a santiguarme los lomos: escocióme la burla, solté la vieja, y en tres saltos me puse en la calle, y en pocos mas salí de la villa perseguido de una infinidad de muchachos que iban a grandes voces diciendo: Apártense, que rabia el perro sabio.
A lo cual el mozo, asiéndole fuertemente de las manos, como en señal de que algún gran dolor le apretaba el corazón, y derramando lágrimas en grande abundancia, le dijo:.

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