Ejemplos con apea

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta fachada se remata con una cornisa moldurada sobre la que apea el alero de la cubiera con los canes labrados y roleos.
Esta solución se realiza merced al sostén de dos pechinas simples sobre las que apea el entablamento, interrumpido en el centro por el último cuerpo del retablo mayor.
La nave esta dividida en tres tramos mediante arcos diafragma sobre los que apea la techumbre de madera, siguiendo la tipología de las llamadas iglesias de reconquista.
La estructura se apea sobre gruesos muros, cuatro pilares y seis pilastras de las que arranca la tupida red de nervios que ornamenta la cubierta.
Se apea sobre un sencillo banco o predela, dividido en cinco espacios, sobre la descarga el cuerpo principal de la obra, divido en tres calles y rematado en un pequeño saliente, una cenefa, guardapolvo, lo recorre en todo su perímetro, en una acertado enmarque, este marco sirve de soporte a un conjunto de pinturas, sobre tabla, tres tablas de gran tamaño en el cuerpo principal y otras siete de menor volumen, es una obra realizada con la técnica del óleo y dentro de las pautas establecidas por los pintores flamencos de la primera mitad del siglo XV.
Tras el friso y el antepecho abalaustrado con remates decorativos, el chapitel se apea sobre un tambor octogonal y queda decorado con los clásicos azulejos en color azul y blanco.
¡Miren por donde se apea el bellaco! -murmuró Carbajal-.
En un hotel el viajero se apea a la puerta y entra como en casa extraña, en una posada se apea cuando está ya dentro, como en casa propia.
Aunque el arreo sea bueno, y no le haya sobado al resero el cuerpo más que lo debido, siempre se apea uno con gusto de los aprestados cojinillos para ensayar pasos desacostumbrados.
¿Se apea y le baja la rienda?, allí se queda.
Cuando vacila se apea, arranca un puñado de pasto, lo prueba y sabe dónde está.
Gedeón se fija en el sobre, frunce el entrecejo, apea de un revés a Adonis, que exhala un débil gemido de sentimiento, como diría un novelista elegante, abre la carta, y lee para sí lo siguiente, pero con la más desastrosa ortografía, que yo no quiero copiar:.
Es plan que traigo formado desde medio camino acá, y ni san Pablo me apea de él.
Por lo que a mí toca, tengo un plan bien formado, y ni Poncio Pilatos me apea de él.
Su teatro es la pulpería, donde se apea de noche y de donde sale de día a vagar hasta la vecina, con el ojo siempre avizor y la daga al alcance de su mano.
En tanto, uno de los militares más distinguidos, premiado sobresalientemente por su valor, se apea del caballo al lado del mismo Bruto y se pasa a los enemigos: llamábase Camulato.
De él se apea una dama, envuelta en amplio abrigo y cubierto el rostro por un velo tupido que desdibuja sus facciones.
Estamos lo mismo: el Rey no se apea ni se apeará del burro de su intransigencia apostólica y absolutista.
Las bebederas y la represa están llenas, el muchacho se apea y deja resollar el petizo, mirando la hacienda que tranquilamente bebe y, satisfecha, se retira a comer.

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