Ejemplos con anochecer

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al anochecer ,- los niños pobres ,- calleja miserable ,- jugar a asustarse ,- fingirse mendigos ,- echarse un saco a la cabeza ,- hacerse el cojo.
Cerca ya del anochecer, y cuando empezaban a volver en sí los extasiados personajes, propuso doña Juana que se adquiriesen algunas docenas de aquel número de , y que se inundaran con ellas el distrito de su padre y la capital de la provincia, proposición que fué aceptada con entusiasmo, por lo cual pasó el resto de la noche la apreciable familia empaquetando periódicos y escribiendo tantos sobres cuantas personas de su país recordaba.
Pasó el día en un acceso de fiebre registrando su guardarropa, al anochecer, salió del brazo de Miranda, llevaba un traje que hasta entonces no había usado por ligero y veraniego en demasía, una túnica de gasa blanca sembrada de claveles de todos colores, pendía de su cintura el espejillo, en sus orejas brillaban los solitarios, y detrás del rodete, con española gracia, ostentaba un haz de claveles.
Languideció la conversación entre Artegui y Lucía, y ambos se quedaron silenciosos y mustios, él con su acostumbrado aspecto de fatiga, ella sumida en profundo recogimiento, dominada por la melancolía del anochecer.
¿Y usted?pronunció Perico, con unos asomos de galantería a que le incitaban el anochecer, el marido caminando delante y sus inveteradas malas mañas.
En las primeras semanas, Roseta veía con cierto terror la llegada del anochecer, y con él la hora de la salida.
A causa de esto, desde la mañana hasta el anochecer, la vieja barraca soltaba por su puerta una melopea fastidiosa, de la que se burlaban todos los pájaros del contorno.
Marchaban por el camino casi desierto, en la penumbra del anochecer, y la misma soledad parecía alejar de su pensamiento todo propósito impuro.
Empezaron el viernes al anochecer, y aún estaban los tres en sus silletas de cuerda el domingo por la tarde, jugando la centésima partida de truque, con el jarro de aguardiente sobre la mesilla de cinc, dejando sólo las cartas para tragarse las sabrosas morcillas que daban gran fama al tabernero por lo bien que sabía conservarlas en aceite.
Al anochecer, cuando ya iban a retirarse, les llamó a grandes gritos Teresa desde la puerta de la barraca.
Únicamente al montar en su jaca había dicho que volvería al anochecer.
Al anochecer, , que estaba como anonadado, y tras la crisis furiosa parecía caído en un estado de sonambulismo, vió a sus pies unos cuantos líos de ropa y oyó el sonido metálico de un saco que contenía sus herramientas de labranza.
No dejó de presentarse el muchacho al anochecer el día siguiente.
El panzudo carnicero bramaba de coraje con el repentino cambio de su criado, antes tan diligente y ahora siempre inventando pretextos para pasar horas y más horas en la huerta, especialmente al anochecer.
Lo cierto era que desde el anochecer, toda una procesión de clientes, anonadados unos y amenazantes otros, entraban en las oficinas del banquero, no encontrando otra cosa que las mesas abandonadas y algunos empleados quejumbrosos y todavía no convencidos de la ruina de su principal.
La cosa había ocurrido al anochecer.
Por la tarde íbase a la Bolsa, de donde volvía al anochecer, sudoroso, enardecido, llevando en su mirada la fiebre de los conquistadores.
Todas las tardes, al anochecer, reuníanse allí los amigos de don Eugenio, la mitad de los cuales vestían sotana y pertenecían al clero de San Juan.
En las plazas poco transitadas nace alguna yerba entre el empedrado, y en el corazón de los que se despierta no sé qué hambre de amor y de vida, de gloria y de felicidad que hace dificultosa la respiración y largas las horas del anochecer.
¡Ay! en vano quise reconocer a la esposa que compartía allí conmigo el anochecer de la existencia.
Se fue refunfuñando, y al anochecer, cuando ya Ido y Maxi se habían marchado, y los hermanos Izquierdo estaban comiendo, volvió a subir, con bastón de mando, y dijo despóticamente: Orden, orden y el primero que meta ruido, va a la cárcel.
Al anochecer entró doña Lupe, después de haberse limpiado el lodo de las suelas en el felpudo del vecino.
Al anochecer se empeñó en que se había de ir a la nueva casa, y su mujer y su tía no podían quitárselo de la cabeza.
se fue también al anochecer, pero a las nueve regresó encendiendo luz en la sala.
Desde el anochecer se puso allí Mauricia la Dura, sola, sobre el montón de mantillo, y como era el sitio más caldeado, nadie la quiso acompañar.
Al anochecer, bajó con la cena para la presa, y abriendo la puerta penetró en el lóbrego aposento.
Al anochecer, solía su padre echarle los tiempos por encender el velón de cuatro mecheros antes de que las tinieblas fueran completamente dueñas del local.

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