Ejemplos con anchurosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mercaderes de Ofir, buhoneros de Damasco cruzaban a toda hora las puertas anchurosas, y ostentaban en competencia, ante las miradas del rey, las telas, las joyas, los perfumes.
Subieron por una escalera de ecos despiertos, grande como una calle en pendiente, con revueltas anchurosas que permitían en otros tiempos el paso de las literas y sus portadores.
Apenas instalada en el Palacio la trashumante Corte, se vieron llenas de uniformes las anchurosas estancias, el arrastrar de sables y el militar bullicio sustituyeron al murmullo sigiloso de una mansión eclesiástica.
La casa, enorme y toda de planta baja, era el ideal de la humana vivienda: anchurosas estancias, patios y corrales poblados de alimaña volátil y de toda cuatropea cerdosa, ovejuna y caballar.
En efecto, los genios superiores no se distinguen por la mucha abundancia de las ideas, sino en que están en posesión de algunas capitales, anchurosas, donde hacen caber al mundo.
Después de tomado Arímino, como si a la guerra se le hubieran abierto anchurosas puertas contra toda la tierra y el mar, y corno si las leyes de la república se hubieran conmovido con traspasarse los términos de una provincia, no se veía a hombres y mujeres corno en otras ocasiones discurrir por la Italia, sino alborotadas las ciudades enteras, y que huyendo corrían de unas a otras.
El mocerío duerme, aguardando la misa mayor para exhibirse bajo las naves anchurosas, entre sones de órgano y perfumes de incienso.
Desnuda la garganta, flexionaba dulcemente hacia atrás descubriendo las morbideces de la carne morena, el alto seno parecía temblar a los embites del suspiro, el cuerpo se rendía contra un diván persa, triunfaban los brazos por las anchurosas mangas de la bata de encaje, cruzábanse las manos sobre las rodillas y los ojos, los negros ojos de sultana se perdían tristes, soñadores, en pos de un algo que allá lejos, muy lejos, en los espacios del ensueño, debía flotar impreciso, esbozado, aguardando la hora de volverse realidad.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba