Ejemplos con anchurosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Está compuesta de una nave central larga y anchurosa a la que cruza en su penúltimo quinto otra nave más corta y de análoga anchura, acompañándola en sus tres primeros quintos otras dos naves laterales de media anchura separadas de ellas por esbeltas columnas exentas, en las que, así como en las encajadas en los muros y sus ángulos, apoya una serie de arcos apuntados sobre los que descansan las cuatro bóvedas de crucería que cubren la porción más antigua y los nueve casquetes esféricos que cubren la porción menos antigua.
Montaron, pues, a caballo temprano, y se lanzaron por la anchurosa y empolvada carretera de Lancia sombreada un buen trecho a la salida de la villa, por grandes olmos.
Un cerdo, de rato en rato, pasa gruñendo, calla, se detiene y hociquea en las aguas sucias un momento, gruñe de nuevo y avanza otra vez con un corto trotecillo nervioso Desemboco en una anchurosa plaza formada por viviendas terreras y tapias de corrales, cerrada por la enorme masa rojiza de un convento.
El patio está formado por una anchurosa y cuadrada galería, sostenida por ocho columnas dóricas, bordeada por una vetusta barandilla, sombreada por saledizos aleros negros.
Momentos después, mis ojos, asustados de su propia visión, distinguieron la imagen o la persona de en una estancia mal alumbrada, anchurosa, con las paredes cubiertas de viejos cuadros al óleo ennegrecidos por el tiempo.
Una noche, cenando en anchurosa cuadra junto a la cocina, vi a la que hacía por la vida en una larga mesa, poblada de arrieros y caminantes.
Y apenas sonado este nombre en la cavidad anchurosa, apareció una mujer en el hueco iluminado por la roja claridad del fogón.
Paseando con una tarde por las lomas de Cabo Negro, en dirección a la cuenca anchurosa de Río Martín, se arrancó Santiuste con unas ideas tan peregrinas, que su venerable amigo le tuvo por hombre sin seso, o a punto de perderlo.
Las naves que traían la nueva División echaron anclas en la rada anchurosa.
La soledad de mi vivienda, días antes embellecida y alegrada por seres queridísimos, dábame la impresión de estar emparedado en anchurosa tumba.
El coche entró al fin en la casa, haciendo retemblar los cristales de la gran mampara, y se detuvo al pie de la anchurosa y alfombrada escalera También estaba esta vacía, y sólo vio el niño al pie de ella al grave oso de Noruega, , como le llamaban en casa, abriendo su gran boca armada de dientes enormes y presentándole la bandeja, como si le invitara a depositar en ella sus premios.
Tenía dos hijos y tres hijas, todos casados y con casa aparte, de modo que, en la soledad anchurosa de aquel inmenso caserón, doña Luz y D.
Traspuso la puerta, cruzó un patio lleno de pilas de lingotes de hierro, y entró en una nave larga y anchurosa, iluminada por ventanales tras cuyos vidrios empañados se adivinaban muros ennegrecidos, montones de carbón, chisporroteo de fraguas, y altas chimeneas que en nubes muy densas lanzaban a borbotones el humo pesado y polvoriento de la hulla.
En estas juntas hace una anchurosa playa el rio, que al lado del S está poblada de sauces y cañaverales: al lado del N es monte alto: aquì se acaban los montes, y desde aquí se llama este rio el , o.
Original ocurrencia la de querer combatir el escepticismo con un sistema que le abre la mas anchurosa puerta.
-¡Vamos, señor modesto, que buenas espaldas tiene para pasearle en triunfo por la faz de la anchurosa tierra!.
Enseguida dio un par de chupadas a una punta que halló pegada a la testera del catre, mientras se amarraba con una escota los enciclopédicos calzones a la cintura, ocultó sus greñas bajo la cúspide de un gorro catalán, y, por último, lanzóse calle abajo en busca de aventuras, osado el continente, alegre la mirada, y tan lleno de júbilo como pudiera estarlo, en un caso muy parecido, el famoso manchego, si bien, a la inversa de éste, no se le daba una higa por que la posteridad recordase o no que ya el rubicundo Apolo extendía sus dorados cabellos por la faz de la anchurosa tierra, cuando él, perdiendo de vista su casa, comenzó a respirar los corrompidos aires de la Dársena.
Iba anocheciendo, y la luna desde la altura azul le derramaba a la anchurosa ría sus resplandores.
El día señalado, muy de madrugada, juntáronse en la anchurosa plaza de armas del castillo caballeros, aspirantes, pajes y esclavos.
De la Venta de Torbiscon bajamos a la anchurosa rambla del mismo nombre, -lo cual demostraba que nos íbamos aproximando al propio Torbiscon, antigua capital de la Contraviesa.
El mar dista de Albuñol cerca de una legua, pero desde Albuñol hasta él se puede ir de paseo por una especie de calle natural, muy llana y anchurosa, que termina en el puerto, castillo y lugar de La Rábita.
La Rambla de la Alcaicería, antes de llegar a las Angosturas, recibe el poderoso refuerzo de la Rambla de los Puñaleros, y, al salir de ellas, va a fenecer, como un atleta fatigado, en la anchurosa Rambla de Aldáyar.
Juntos, pues, ya todos, atravesamos a galope la parte prosaica, o anchurosa, de la Rambla de la Alcaicería, y, a eso de las diez, cuando el rubio Febo principiaba a ser insoportable en ella, llegamos al pie de los altos montes que separan el Partido de Albuñol del de Ugíjar.
A tener yo dos onzas de entendimiento, hubiera echado de ver que esa peripatética y anchurosa presencia no podía ser de otro que del dignísimo Gobernador deste honrado pueblo, que, con venirlo a ser de las Algarrobillas, lo deseche vuesa merced.
Para el segundo no hay recuerdo de ayer, ni la previsión de mañana, no hay más que lo presente, el goce de ahora, lo demás no existe, para el primero hay la enseñanza de lo pasado y la vista del porvenir, hay otros intereses que los del momento, hay una vida demasiado anchurosa para limitarla a lo que afecta en este instante, para el segundo el hombre es un ser que siente y goza, para el primero el hombre es una criatura racional, a imagen y semejanza de Dios, que se desdeña de hundir su frente en el polvo, que la levanta con generosa altivez hacia el firmamento, que conoce toda su dignidad, que se penetra de la nobleza de su origen y destino, que alza su pensamiento sobre la región de las sensaciones, que prefiere al goce el deber.
¿Qué hacer para llegar hasta allí? ¡Ah! ¡Con qué ansia veía a lo lejos la anchurosa y muy alumbrada calle de la Montera, donde a todas horas hay agentes de la autoridad!.
Dirigióse primero a Egipto, y allí se detuvo, como lo dijo él mismo, Del Nilo en la anchurosa embocadura, y junto a la ribera de Canopo.
Iluminados por los rayos de la luna, ocupando el centro de la calva anchurosa, se encogían, se estiraban, saltaban, revoloteaban uno en torno de otro, cambiando los cuerpos de postura, los aceros de mano, los brazos escudadores de actitud.
¡Pero si ni aun la observación era posible en aquella vaga penumbra, que desleía los contornos de cosas y personas, y todo lo hacía fantástico! Vio la cárcel como una anchurosa cueva, tan baja de techo que no podía estar en pie dentro de ella sin encorvarse un hombre de regular estatura.
Fernando se tumbaron en el sitio que mejor les pareció de la anchurosa cuadra primera, pero el capitán no tenía sosiego, y de rato en rato se levantaba para dar vueltas por el corralón y asomarse a las bardas de este, sin poder desechar el presentimiento de que antes del amanecer le atacarían, con refuerzos, los que en la funcioncilla última de la tarde habían quedado a media paliza y con ganas de llevársela entera.

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