Ejemplos con amorcillos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hay otras citas mitológicas, como los amorcillos suspendidos en el aire y está el sileno, compañero de Baco.
A los laterales de la fuente hay unos anaqueles para libros, figuras de amorcillos adornan los altos la estructura, y también, adornado con bancos de las mismas características que los anteriores, pero con una dedicatoria encima de ellos que dice A Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, gloriosos autores dramáticos, Sevilla, su madre adoptiva, consagra este monumento en testimonio de gratitud porque infundieron en cien comedias, gala de la escena española, el alma de la reina del Guadalquivir.
Bajo el busto y en azulejos realizados por Enrique Orce , se representan sujetos por dos amorcillos, los emblemas de Écija y Sevilla.
Se añade a esto el obligado acompañamiento de amorcillos que revolotean disparando flechas o se sumergen en las aguas jugueteando con los delfines.
Anchuroso manto agitado por la brisa envuelve la mitad inferior del cuerpo de la Nereida dejando visible su hermoso torso que inclina graciosamente mientras vuelve la cabeza elevando la mirada al cielo para contemplar unos amorcillos juguetones que le disparan afiladas flechas.
Dentro de este período se sitúa la casa de los Vetti, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos.
También hay dos leones con amorcillos en cada uno de los accesos laterales al hemiciclo, obras de Francisco Javier Escudero Lozano, Bofill, Arnau y Campmany.
En la tercera, se suceden, en todas las fachadas, diferentes relieves, que combinan motivos florales y amorcillos.
Debajo una larga teoría de amorcillos avanza sobre carros arrastrados por cada tipo de animal.
Donatello, retomando la solución adoptada en el Museo dell'Opera del Duomo de Florencia, recreó una danza festiva de amorcillos, pero usó otro estilo.
El segundo cuerpo descansa sobre una taza, encima de la cual se sitúa un grupo de cuatro amorcillos.
Los dinteles de los vanos están decorados con penachos triangulares cubiertos de relieves de amorcillos y acantos.
La decoración es a base de yeserías dieciochescas, esgrafiados y amorcillos escayola, pinturas tipo académico valenciano.
A la izquierda del zaguán una escalinata cuyas paredes se decoran con nueve figuras femeninas pintadas al temple y otros tantos medallones con amorcillos, conduce al piso principal, con varias estancias en torno a una central, porticada en estilo neopalladiano, cubierta con bóveda octogonal sobre pechinas, en cuyos segmentos aparecen pintadas diversas alegorías.
Lo más vistoso de este recinto son los juegos de agua de la alberca y de los dos graciosos estanques de los ángulos, con grupos escultóricos de amorcillos en los respectivos surtidores, sobre pedestales de pechinas.
Gozosa y atendida, veía Pilar una fiesta de las en el Casino constelado de innumerables mecheros de gas, en el aire tibio poblado con las armonías de la magnifica orquesta, en el salón de baile donde los amorcillos juguetones del techo se bañaban en el vaho dorado de las luces.
Quien mirase el Casino por su fachada sur, podía ver desde luego el numen que allí recibía culto y sacrificios: la Ninfa de las aguas, inclinando la urna con graciosa actitud, mientras salen a sus pies de entre un cañaveral dos amorcillos, y uno de ellos, alzando una valva, recoge la sacra linfa que de la urna copiosamente fluye.
¡Y qué hermosa estaba la después de su casamiento! Algo más abultada de carnes, sin perder su esbeltez ni la flexibilidad de su airoso talle, en su cuello de alabastro y en su rostro de perfecto estilo Pompadour o Watteau, parecían haber colaborado como artífices todos los amorcillos de abanicos y porcelanas.
Casi tendida ésta en una , quejábase de jaqueca, fumando un rico cigarro puro, cuya reluciente anilla acusaba su auténtico abolengo: tenía sobre las faldas, sin anudarlo, un delantillo de finísimo cuero y elegante corte, para preservar de los riesgos de un incendio los encajes de su de seda cruda, y sacudía de cuando en cuando la ceniza en un lindo barro cocido, que representaba un grupo de amorcillos naciendo de cascarones de huevo en el fondo de un nido.
Juanito tenía presente los enormes monos trepando por un tronco, con el lomo apelillado y calvo, y los pájaros vistosos, a quienes no se podía quitar el polvo sin que cayesen las plumas, adquisiciones de almoneda, que convertían en un arca de Noé el gran salón, con su techo al fresco, donde jugueteaban amorcillos descoloridos y macilentos por la pátina de un siglo entero, y con sus enormes consolas doradas sobre las cuales se ostentaban grupos de frutas contrahechas, uvas y melocotones, cuya cera perdía los vivos colores bajo la capa de los años.
Rondaba la cuna incesantemente, poniéndose en riesgo notorio de recibir algún pescozón del ama, y, como no le expulsasen, se estaba buena pieza con el dedito en la boca, absorto y embelesado, más parecido que nunca a los amorcillos de los jardines que dicen con su actitud: Silencio.
Margarita estaba sentada ante una mesilla de valiosas incrustaciones, colocada delante de un balcón y sobre la cual, sostenido por dos amorcillos de bronce, había un espejo bastante grande para retratar entre sus abiselados bordes la cabeza de la hermosa dama, a quien una doncella sujetaba con dos horquillas de oro el rodete bajo en que, según la moda, estaba recogido el pelo después de ondular ligeramente hacia las sienes.
En el marco menudeaban los amorcillos, copiados con mucho donaire de los pilluelos del Rastro.
Los muros eran grises, adornados con motivos pastoriles, los muebles de laca, gris también, con cojines de seda a rayas de flores rosas y azules, las puertas, altas y redondas, rematadas por sobrepuertas de pintados medallones de flores y frutas, entre las que jugaban desnudos amorcillos.
Esta es una graciosa niña, una de esas amistades en miniatura, uno de esos amorcillos en capullo, una de esas adoraciones hacia un ángel, que denotan bondad y dulzura en el alma de los jóvenes que se consagran a tan puro, inocente y delicado culto.
Con enamorados tales, que la creían susceptible de liviandad, mostrábase doña Ana un tanto arisca y zahareña, que ella hacía ascos a amorcillos de contrabando y aspiraba a varón con el cual, sin mengua para la honra, pudiera vivir tan unida como las dos hojas de un pliego de papel sellado.
A medio día los fragmentos antiguos, caldeados y como estremecidos por el sol, halagados por los efluvios de amor esparcidos en el ambiente, revivían una vida singular, y las ninfas sonreían a los nervudos faunos, y los amorcillos tenían en sus pedestales actitud de impaciencia, ansiosos de volar, de beber la cálida atmósfera y la esencia de las rosas, violentamente profanadas por abejas y moscardones.
Favorita, Dalia, Zefina y Fantina eran cuatro encantadoras jóvenes perfumadas y radiantes, con algo de obreras aún porque no habían abandonado enteramente la aguja, distraídas con sus amorcillos, y que conservaban en su fisonomía un resto de la severidad del trabajo, y en su alma esa flor de la honestidad que sobrevive en la mujer a su primera caída.
Amorcillos con guirnaldas, ninfas vestidas de encajes, galantes.
- Afortunadamente para la poesía, para el Arte, para la propagación de nuestra especie y para la guerra, siempre habrá jóvenes nuevos, y por consiguiente amadas nuevas, nuevos madrigales, nuevos idilios, nuevos amorcillos que pintar, nuevas Venus que esculpir, nuevos casamientos y nuevos bautizos a que ser convidados, y nuevos mozos que entren en quintas cuando determine la ley.

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