Ejemplos con amigote

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En fin, que ha arrastrado sable y tiene empeño en batirse con su amigote, para después estrecharle la mano con toda tranquilidad.
Iba por aquel tiempo con Pepe a todas partes, y venía mucho a comer con nosotros, un amigote sayo que entre burlas y veras, pero poniéndose muy serio solía decirme: ¡Ay, Enriqueta, si yo tuviese fortuna, qué vida tan distinta haría usted! Yo nunca le contestaba Era uno de esos hombres a quienes se siente no haber conocido antes La imagen de la dicha que llega tarde.
Nicolás Franco, que la cortejaba, y con Franco se coló su amigote Muñoz, bien inocente de que la Reina, sólo con verle, se prendaría de él.
Antes de salir de aquí escribió a su amigote Escosura, que ha vuelto al servicio activo en el ejército de Córdova.
Asistían al sacro colegio, entre otros puntos, Eleuterio Fonsagrada, un amigote suyo sargento de la Guardia Real, cuyo nombre no hace al caso, y el tísico Serrano, que amenazado de cesantía, llamaba a Cachán con dos tejas.
Eres pobre ¡cierto! pues estoy segura de que Gabrielita te preferiría a cualquier villaverdino, así la pretendiera Ricardo Tejeda, tu amigote, o el hijo de don Basilio, ese muchacho que es un bobo, que no sirve más que para contar a todo el mundo cuánto vale el traje que lleva, y cuánto el caballo en que montará dentro de pocos días.
Comenzó por reñir conmigo, so pretexto de que me opuse a que nuestra hermana sostuviese relaciones con un amigote suyo, perdido de la peor índole.
Día memorable fue para Juan Pablo aquel en que tropezó con un cierto amigote de la infancia, camarada suyo en San Isidro.
Como Augusto necesitaba confidencia se dirigió al Casino, a ver a Víctor, su amigote, al día siguiente de aquella su visita a casa de Eugenia y a la misma hora en que esta espoleaba la pachorra amorosa de su novio en la portería.
Y no entro con ellos en pelea para decirles cuatro cosas que se me vienen a las mientes, porque tal vez lo vaya haciendo insensiblemente, y sobre todo, porque me llaman al orden los asuntos del mayorazgo, los tacos de sus dos mozos de labranza, y los aspavientos de su ama, a causa, de que, con sus recientes ilusiones, el solariego descuida el caballo, no siega nunca el retoño, deja todo el peso de la labranza a los criados y no habla más que de Madrid y de su amigote.
a padre de la patria, a cualquiera cosa, pues por todos estos escalones y otros mil idénticos, hemos visto subir a otros muchos hasta la altura en que habitaba oficialmente, el amigote de don Silvestre.
-Media hora después, limpiándose el sudor con su pañuelo de percal aplomado, hacía don Silvestre en casa de su amigote un resumen exacto de los acontecimientos de su primera salida por las calles de la corte.
Y si al dicho contraste se añade el que formaba todo el don Silvestre con su equipaje, al que desaliñaba más y más metiendo los dedos de sus manos entre el pescuezo y la corbata que le molestaba, hasta dejar ésta debajo del cuello de la camisa, dígame el lector qué le pasaría al pobre hombre cuando en semejante arreo se echó a la calle, sin escuchar los consejos del amigote ni las protestas del elegante guía que, sin el miedo de perder su destino, se hubiera negado a acompañarle.
Pocos días después, salieron entrambos en una silla de posta, que debía dejarlos algunas leguas antes de llegar al pueblo, pues el amigote de don Silvestre quería hacer poco ruido para conservar el más rigoroso incógnito, a fin de gozar más a sus anchas y en completa libertad todas las delicias que se prometía de la vida campestre y descuidada.
Dos días después, es decir, el siguiente al en que comienza nuestro relato, departían en la celda desabrigada de Lucas, éste y su amigote Gildo Rigüelta con su mejor ropa y muy afeitado, porque le gustaba rozarse con los señores de copete, y no le desagradaba verse contemplado por Osmunda, que, al cabo, era dama de lustre, y dejar en ella un buen recuerdo de su interesante «personal».
-¡Ufff! -respondió Patricio sacudiendo al aire la mano izquierda, mientras con la derecha escanciaba otro vaso a Barriluco, -y si no, que lo diga a su amigote, el señorón de la otra casa.
Doña Angustias había hecho los mayores esfuerzos con su marido para que aquello concluyera cuanto antes como Irene deseaba, pero él dudaría de la bondad de Dios antes que de la grandeza e infalibilidad de su amigote, y no había que soñar en que el compromiso se rompiera bruscamente, y mucho menos en que aceptara la intervención de un extraño si no era para ayudarle a salirse con la suya.
por no llamarle cosa peor y bien merecida, en la prisa con que anduvo a última hora, cambió los sobres de las cartas, y mandó a Irene la que había escrito para su amigote.
-Está suscrito a Las Novedades y a La Iberia, y es el gran amigote de Calvo Asensio.
Oyendo el intenso murmullo de pláticas muy vivas en próximos aposentos, entretuvo el corto plantón contemplando a la luz de un quinqué pestífero las estampas milagrosas y un retrato de Gregorio XVI con el ropaje bordado en mostacilla, y de pronto se vio sorprendido por su amigote Gallo, que le abrazó con toda la rudeza cariñosa que gastar solía.
Y cuando el virrey que ha sido su amigote me intima que le eche la zarpa, ¡digo si habrá motivo sobrado! A cumplir, Rodrigo, y haz de ese caldo tajadas, que quien manda manda y su excelencia no gasta buenas pulgas.
Serían borrachos que, después de pasar la noche en claro, en un arranque de embriaguez llorona, no querían meterse en la cama sin visitar a algún amigote enfermo.
Por mi conducto, mi flamante amigote Navascués le manda a usted sus recuerdos con toda la ruidosa vehemencia y toda la incorrección que gastar suele.
Gallo, con un coraje que le envidié y le envidio, aplicó la boca al agujero de la llave y gritó: «¡Gaspar, Gaspar!» Este Gaspar es un sargento machucho, a quien habíamos metido de hoz y de coz en la conspiración, muy amigote de Gallo, hombre bien dispuesto para todo, pero que.
, ¡ese amigote y condiscípulo tan querido de usted.

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