Ejemplos con amaran

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pretérito imperfecto: Yo amara o amase, temiera o temiese, partiera o partiese, tú amaras o amases, temieras o temieses, partieras o partieses, él amara o amase, temiera o temiese, partiera o partiese, nosotros amáramos o amásemos, temiéramos o temiésemos, partiéramos o partiésemos, vosotros amarais o amaseis, temierais o temieseis, partierais o partieseis, ellos amaran o amasen, temieran o temiesen, partieran o partiesen.
Como todos los pontífices, Clemente X aconsejó a los príncipes cristianos que se amaran los unos a los otros, y a probarlo con una entera confianza, por medidas generosas, y una conducta escrupulosa y prudente.
En la Mesa de Piedra, la Bruja Blanca se burla, abusa de Aslan, lo afeita, lo amaran, y, por último, le clava su cuchillo.
Que Dios era eterno, inmenso, misericordioso, que tenía un poder infinito, que hacía cosas grandes que los hombres no podían comprender, que su voluntad era que todos se amaran como hermanos, que no mataran, que no robaran, que no mintieran, que los que se casaran lo hicieran con una sola mujer, que los que tuvieran hijos los educaran y enseñaran a vivir del trabajo, que para ser buen cristiano era necesario tener presente siempre esas cosas.
Mil te amaran, o virgen, mil te amaran,.
Porque yo no podía concebir que Lita y Neluco no se amaran, como no lo concebía tampoco la matrona locuaz de Robacío, ni lo concebiría nadie que tuviera entrañas de humanidad y vislumbres de buen gusto, y reparara un poco en aquella parejita, «única», que parecía puesta por Dios en aquel rinconcito de la tierra para eso sólo, para amarse y para unirse.
Pero señor, ¿por qué tenía yo tanto empeño en que se amaran? O mejor dicho, ¿por qué le tenía tan grande en que quedara enseguida aquel punto bien esclarecido y deslindado?.
Respirando ambos la celeste atmósfera de la infancia, nos amamos como se amarían dos tórtolas peregrinas, como se amaran dos ángeles perdidos en el espacio.
Viajeros, los de siempre u otros tales a aquellas horas: manadas de gomosos haciendo travesuras y apuntando chistes que no resultaban luego, o resultaban majaderías, para que los oyeran y los admiraran, y, por último, los amaran, las distinguidas señoritas y las damas elegantes que se sentaban en las inmediaciones, los tres personajes de los hongos feos, algunos más por el estilo, que también volvían a sus hogares de alquiler, dos canónigos de Valladolid, los tres zangolotinos ataviados a la inglesa, que siempre andaban juntos, y un regular contingente de simples mortales que iban a ventilarse un poco antes de comer, o a bañarse a aquellas horas por no haber podido hacerlo más temprano, como solían.
Tenía ya más de cuarenta otoños, y cual hombre muy sentido, su mayor afán era tener una familia y vivir vida legal en todo, rodeándose de honradez, de comodidad, de paz, saboreando el cumplimiento de los deberes en compañía de personas que le amaran y le honraran.
¡Oh infinito consuelo! El origen debía de ser también acto de amor, no había motivo racional para suponer un momento en que los ascendientes amaran menos al hijo que este al suyo.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba