Ejemplos con alucinado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De padre murciano y madre cartagenera, fue un poeta que vivió -como muchos que aspiran a esa grandeza-, un tanto alucinado, entre el alcohol y la soledad.
Ediciones el Lamparero Alucinado - Lima,.
Benincasa se sentó bruscamente en la cama, alucinado por la luz de los tres faroles de viento que se movían de un lado a otro en la pieza.
¡Él vio sin duda en aquella noche radiosa, en aquella noche memorable, al terminar su oración, a su pobre patria llorosa, entre convites y villanías, de barragana y flor marchita por el mundo, y vio también, alucinado por el estruendo de los aplausos y los vítores, a caballo el ejército de la Libertad, echándose sobre los palacios podridos donde se cobijaban las almas de coleta y sotana, símbolos de la secular dominación de España.
Despierto y alucinado aún, decía: Yo no le he matado, Luci.
Estás alucinado, emborrachado con las conversaciones que tenéis en el café.
No era ella muy fuerte en disimular, y otro menos alucinado que Rubín habría conocido que el lindísimo entrecejo ocultaba algo.
Comprendió entonces el alucinado capellán lo que ocurría, con no poca vergüenza y confusión suya.
Ventajas tales, meramente exteriores y debidas a la casualidad, han sorprendido y alucinado a V.
En cuanto a Inés, no dudaba que existía en poder de alguien que la protegiera por encargo de los parientes de su madre, y aunque para esta creencia no tenía más dato que la relación del alucinado Juan de Dios, yo me confirmaba cada vez más en ella, fundándome en antecedentes que omito por ser de mis lectores conocidos, y en la sórdida avaricia del licenciado Lobo, a cuyo carácter correspondía perfectamente una buena recompensa, a quien deseaba poseerla.
Santorcaz, nuevamente alucinado, con aquello que parecía para él extraordinaria coincidencia, prosiguió así:.
Fernando estuvo alucinado algún tiempo.
Miraba a la niña fijamente, alucinado por una idea.
Hace falta que el siglo XIX traiga al gran poeta y alucinado profesor Stéphane Mallarmé, que paseó por la rue de Rome su lirismo abstracto sin segundo y abrió el camino ventilado y violento de las nuevas escuelas poéticas.
Y dándose vuelta, se fue a encerrar en su casa, cavilando en la barbaridad que había cometido al dejarse llevar de su imaginación, una vez en la vida, y maldecía las plantas y los árboles, y los pájaros que, sin que lo pensara, lo habían alucinado.
Despierto y alucinado aún, decía: «Yo no le he matado, Luci.
Castellar, acompañado de todos los funcionarios y gente notable de Lima, presenció, al fin, un ensayo, y quedó convencido de que eran nulas las ventajas y soñadas las utilidades del nuevo sistema que a tantos había alucinado, pero quedó memoria -bien risible, por cierto- del entusiasmo y fiestas con que fue acogido.
Sus ojos fueron dilatándose en la viva contemplación, parecía alucinado.
Pienso si estará usted alucinado, si se arrepentirá cuando lo medite.
Alucinado por esta aparente dulzura, no vaciló en acceder a un pedido complementario que se le hizo para la total pacificación de Calchaquí.
Yo no sé si está en lo cierto, o tan alucinado como tú.
Mas no se crea que el desengaño traído por estas noticias se comunicó al espíritu alucinado de Montes de Oca, ni que desmayó su temeridad, no: de su cabeza, en que bullía la leyenda, de su corazón, inflamado en sentimientos de monarquismo romántico, brotaron nuevas energías, y cuando los hombres prácticos, sabiendo la ocupación de la Puebla por D.
'''MADAMA COLLET:''' Estás alucinado, Max.
-Vinieron en esto legados de los Segestanos y Leontinos, con la pretensión de que los Atenienses enviaran una expedición contra la Sicilia, mas, sin embargo de que Nicias lo contradecía, aun antes de que sobre este objeto se celebrase junta pública, fue ya arrollado por las sugestiones, y, sobre todo, por la ambición de Alcibíades, el cual, con esperanzas, había ganado a la muchedumbre y con sus discursos la había alucinado, hasta tal punto, que los jóvenes en las palestras y los ancianos sentados en sus talleres o en sus reuniones diseñaban el plan de la Sicilia, describían el mar que la rodea y los puertos y sitios por donde más se avecina al África.
El correo de hoy no era para suicidarse, el de las conjeturas sale lucido, todo por haber convertido la posibilidad en realidad, por haber estribado en suposiciones gratuitas, por haberse alucinado con lo especioso de una explicación satisfactoria.
Además es menester advertir que no siempre sucede que el alucinado atribuya a la sensación más de lo que ella le presenta, una imaginación vivamente poseída de un objeto obra sobre los mismos sentidos, y alterando el curso ordinario de las funciones, hace que realmente se sienta lo que no hay.
Sin ella, acaso hubiera corrido aquella noche detrás del enemigo alucinado.
Montecristo, después de pronunciar aquellas palabras, cerró un momento los ojos, como alucinado por una revelación interior, durante un instante permaneció recogido en sí, con tal poder que poco a poco viose sosegarse su alterado pecho, aquel silencio, aquella lucha duraron unos veinte segundos.
Que los hombres de juicio de Buenos Aires se convenzan bien de que el mundo exterior, observador imparcial de los hechos de ese país, no puede ser alucinado con subterfugios, como los empleados hasta aquí, ni con los gritos de una minoría violenta que aturde y.
Alucinado el oído como la vista, Paulino escuchaba el murmurio de la muchedumbre, más grosero en las localidades altas, más cínico en las bajas, y fijándose espectador por espectador, sorprendía en las pupilas la chispa codiciosa, y en los labios péndulos de los vejetes la baba impura, y el guiño significativo trocado de butaca a butaca, y las palabrillas picantes susurradas a media voz.

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