Ejemplos con alentados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los macedonios, alentados por la victoria en la Primera Batalla de Lamia, destrozaron al ejército enemigo que se tuvo que refugiar en el interior de las murallas tras haber sufrido muchas pérdidas.
Después de la Conquista numerosos colonos españoles llegaron a poblar las tierras novohispanas, la mayoría de ellos alentados por las noticias sobre el descubrimiento de ricas minas de plata.
Fujin permanecia con Los Dioses Ancestrales e informaba sobre la derrota de Shinnok, Raiden entra a la recamara con unos pasos alentados y se comunico Debido a mi nuevo puesto como un dios anciano, te ofrezco ser el nuevo protector de Earhtrealm, Raiden se paro enfrente de la fígura de los dioses ancianos y miro a Fujin, quien gustosamente le dijo Acepto, Raiden desaparece junto con la imagen de los dioses ancianos, Fujin levantando su rostro y escucha una voz que viene desde lo lejos Por eso te elegí.
Los mineros deciden prolongar su huelga, alentados por Encarna y Alejandro.
El Club Italiano estaba reconociendo sus brillantes campos deportivos cuando un grupo de socios alentados y apoyados por gente del Club Porteño, decidieron darle forma a un proyecto ambicioso: tener rugby en el club Italiano.
Faustino Velasco, Vicente Rodero, Luis Pérez, Severino Rodríguez, Felicísimo Hijosa, Antonio Gago, Ángel Rodríguez y Pablo Navas fueron las primeras firmas estampadas en su libro de actas, al frente de una agrupación que nacía bajo el patronazgo de Santiago Apostol, y cuyas primeras reuniones se celebraron el el Bar Fermoselle, conocido popularmente como Bar Puchero, alentados por su propietario José Vaquero.
»Pues bien, lo que aquellos jóvenes bienaventurados tomaban por realidad era un sueño, pero un sueño tan dulce, tan embriagador, tan voluptuoso, que se vendían en cuerpo y alma al que se lo proporcionaba, y obedientes a sus órdenes como a las de Dios, iban a buscar hasta el fin del mundo la víctima indicada para herirla, expirando en medio de sus torturas sin proferir una queja, alentados por la esperanza de que su muerte no era sino una trasmigración a aquella vida de delicias que les daba a probar esta hierba santa, que acaban de servirme en vuestra presencia.
Los argivos, muy alentados y animosos para entrar en batalla campal, sólo se recelaban de alguna sorpresa insidiosa, pues a algunas asechanzas aludía un oráculo que, contra ellos y contra los Milesios juntamente había proferido antes la Pitia en estos términos: —«Cuando la mujer victoriosa repela en Argos al hombre y lleve la gloria de valiente, hará que corran las lágrimas a muchas Argivas, hará que alguno pasada tal época diga: horrible yace la triple serpiente, domada por la lanza».

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