Ejemplos con alentada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La sociedad debe ser alentada para crear empresas semilla para la expansión de cultivos más eficientes que representan un pequeño grupo genético.
Él trajo con él las órdenes de la Corona para poner fin al contrabando francés, algo que ha sido protegida y alentada por sus predecesores inmediatos.
Numerosos observadores diplomáticos dieron fe de lo ocurrido a pleno día y relataron el salvajismo y la brutaliad de las fuerzas policiales contra la población, achacando a las autoridades los excesos sanguinarios de la población musulmana que había sido alentada para desatar su furia contra los armenios.
El pueblo mapuche cuenta con una dilatada literatura oral, alentada por el tradicional aprecio de este pueblo por el uso estético del idioma y la capacidad oratoria como suprema destreza social.
Desde muy pronto, alentada por la madre, que era profesora de arte, mostró un gran interés por la pintura.
Este mismo organismo declara en su guía para el desarrollo de la investigación en enfermería que los hallazgos de la investigación deben ser ampliamente diseminados y su utilización alentada cuando éstos sean apropiados.
Así se dan los primeros pasos de la vanguardia, aunque el momento de explosión definitiva coincide, lógicamente, con la Primera Guerra Mundial, con la conciencia del absurdo sacrificio que significaba, y con la promesa de una vida diferente alentada por el triunfo de la revolución socialista en Rusia.
El exterminio del búfalo, alentada por el Gobierno, causó el deterioro de las naciones de las grandes llanuras.
Sedecías no pudo resistirse a la rebelión, alentada por el partido belicista y por Egipto.
En estos primeros años, Dodge City tuvo en la cacería del búfalo -alentada por el gobierno para menoscabar a los nativos- su actividad principal.
XVIII ya se había formado en la América española una minoría rica, ilustrada y con aspiraciones de fingir, la cual, poco valorada en España, fue alentada en su espíritu de independencia por Inglaterra y Francia a través de diversas organizaciones.
Alentada por sus padres, comienza su carrera artística en el teatro de revistas y la televisión argentina, lugares en los que se desarrolla como vedette, dando sus primero pasos en el Teatro Maipo de la ciudad de Buenos Aires.
La rivalidad entre los hermanos fue alentada por sus distintas madres y algunso ministros.
No obstante, a finales del siglo XIV hubo en algunos lugares de España una ola de antisemitismo, alentada por la predicación de Ferrant Martínez, archidiácono de Écija.
La idea de la fuga ha sido inspirada, alentada y en resolución favorecida por la solterona.
Iba, pues, alentada por el amor filial, por el recuerdo de mi madre, por la satisfacción de ver representados en mí los sentimientos de la familia, el honor y la respetabilidad de nuestro nombre, y no bien llegamos a Vitoria.
Alentada entonces doña Manolita con lo bien que su primera broma había sido tolerada, y tal vez agradecida como lisonja, en el fondo del alma de la hija del marqués, cayó en la tentación de aventurarse a dar otra broma bastante menos ligera.
Alentada por esta declaración arrancose Fortunata a revelar que, en efecto, pensaba algo, y que algunas noches tenía sueños extravagantes.
Luego imaginó Isabela que el haber dejado Ricaredo a Ingalaterra, seria para venirla a buscar a España, y alentada con esta esperanza vivia la mas contenta del mundo, y procuraba vivir de manera que cuando Ricaredo llegase a Sevilla, ántes le diese en los oidos la fama de sus virtudes, que el conocimiento de su casa.
Y el mancebo tomó la mano a la anciana, que temblaba de emoción, y que alentada por las palabras de su niño, como ella solía llamarle, imprimió en aquella frente, radiante de juventud y gracias, un beso entusiasta y sonoro.
Trémula, con paso vacilante y alentada únicamente por su mismo rencor, la exaltada joven se resolvió a verter el vaso de la ponzoña hasta tanto tiempo comprimida, aun a trueque de destrozar su propio corazón.
Y tuvo tanto miedo, como estaba sola, que apenas se atrevía a estar allí, tanto, que la obligó a pedir a una hermana suya le diese, para que estuviese con ella, una muchacha de hasta diez años, hija suya, con cuya compañía más alentada asistía más allí, y como se reparase más, y viese que entre los gemidos que doña Inés daba, llamaba a Dios y a la Virgen María, Señora nuestra, juzgó sería alguna persona enferma, que los dolores que padecía la obligaban a quejarse de aquella forma.
Este le detuvo, y con voz más alentada, que declaraba el esfuerzo de su cobarde espíritu, le dijo estas palabras:.
Después expresó risueñas esperanzas respecto a su propia curación, alentada por Miquis, que le aseguraba podría andar por toda la casa la semana próxima, metiendo en cintura a todos sus sirvientes.
Mucho sentía dejarle solo, creía que no llevaba consigo más que la mitad del alma, alentada por los afanes, dejándose allí la otra mitad con los pensamientos de vigilancia y temor.
Alentada por sus consejos procuré entada por sus consejos procuré nos tímida con mi esposo, quien al verme menos retraída se ha manifestado más amable y hace seis meses que vivimos en completa armonía.
Alentada con esto la esperanza, comenzó él mismo a dar el asalto por la parte de afuera para atraer los ciudadanos a la muralla, y otros, caminando ocultamente por las minas, llegaron, sin ser percibidos, hasta estar dentro del alcázar, junto al templo de Juno, que era el más grande y de mayor veneración en la ciudad.
El Alguacil trató de su negocio sin meterse en más dimes ni diretes, deseando más que hubiese dares y tomares, y doña Tomasa estuvo, empuñada la espada y terciada la capa, a punto de pelear al lado de su soldado, que era, sobre alentada, muy diestra, como había tanto que jugaba las armas, hasta que vio sacar preso al que le negaba la deuda, libre de polvo y paja.
Respondió serena al obligado interrogatorio a que se la sometió, y aun traspuso los ordinarios límites, dando un poco de suelta a su corazón, alentada por el regocijo que leía en la cara de su padre.
Alentada por él, que le dijo que le mirase como a su hermano mayor, Silveria acabó por tutearle.

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