Ejemplos con alelado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Antes que yo pudiera decir palabra, soltó ella la suya dejándome más absorto y alelado que antes, pues en cuanto abrió el pico reconocí la tremebunda y retorcida sintaxis de la que en día no lejano fue mi mayor suplicio.
Intenté pedir a doña Práxedes más claras referencias de aquella princesa de alto linaje que iba en el Reservado de Señoras, con acompañamiento de bellas damas y lindísimas doncellas, pero un escrúpulo invencible paralizó mi lengua, y seguí alelado y taciturno.
Hallábame un si es no es alelado, como si obraran en mi voluntad los efectos de un licor o esencia de extraordinaria virtud aplanante.
Su padre, alelado de orgullo, y cayéndosele la baba, repetía la cariñosa queja de todos los padres, así moros como cristianos: Ah, son muy malos.
Como un alelado durmiente, o más bien como sonámbulo, vivió Santiuste en los días que mediaron entre la salida del atascadero de y la gloriosa conquista de la altura de Cabo Negro, que dio a España la clave del valle de Tetuán.
No estaba menos sorprendido y alelado , que al instante hizo gala de los conocimientos geográficos adquiridos en el campamento.
Yo, mudo y alelado, miré en el cuerpo de mi elegante caftán listado de rosa y amarillo, en su cabeza mi turbante tan blanco como el rostro de , y.
Alelado, primero con la visión de Teresa, después entristecido por otras añoranzas de mayor intensidad en su espíritu, Santiuste pudo sobreponer fácilmente a estas flaquezas la grande ilusión de África: este manantial de felicidad era entonces abundante y puro, y en él encontraba el alma todos los consuelos que pudiera necesitar.
Alelado de gratitud y admiración, Santiuste no dijo nada.
El guardián se quedó inmóvil y alelado.
Su padre, alelado de orgullo, y cayéndosele la baba, repetía la cariñosa queja de todos los padres, así moros como cristianos: «Ah, son muy malos.
Quedé absorto, alelado, encantado.
Rodó la galera, siguiendo su camino, y yo me quedé inmóvil, alelado, entre alegre y temeroso.
No estaba menos sorprendido y alelado don Toro, que al instante hizo gala de los conocimientos geográficos adquiridos en el campamento.
Yo, mudo y alelado, miré en el cuerpo de Yahia mi elegante caftán listado de rosa y amarillo, en su cabeza mi turbante tan blanco como el rostro de Yohar, y.
El dominico se quedó alelado y como quien ve visiones, y a permitírselo sus achaques, hábito y canas, se habría, cuando volvió en sí de la sorpresa, echado a hacer zapatetas y a cantar:.
-¿Qué liebre, mi general? -preguntó alelado el buen don Felipe Santiago.
Pedro Gutiérrez quedó por un instante mirando con aire alelado al gobernador, mas luego diose una palmada en la frente, como diciéndose: «¡Ah, bruto! ¡Y no ocurrírseme cosa tan sencilla!».
«¡Ay, chico, cómo se conoce que vienes de Grecia, de un país alelado, de un país dormido sobre ruinas! Hay que tomar vez, hijo mío.
Y un vejete medio alelado y paralítico tomó así la palabra: «Esto que vedéis no es guerra mesmamente y de por sí, sino rigolución.
Me quedé alelado un momento, y luego dije al extranjero: ¿Puedes decirme ahora las virtudes y la utilidad de ese trozo de concha?.
Jean Valjean, que no recordaba haber prometido nada, lo miró alelado.
Rechazados éstos, cuando Pompeyo vio la polvareda y conjeturó lo sucedido a la caballería, es imposible decir cómo se quedó, ni cuál fue su pensamiento, antes, semejante a un hombre fuera de si y enteramente alelado, sin acordarse de que era Pompeyo Magno, y sin hablar una palabra, paso entre paso se encaminó al campamento en términos de venirle muy acomodados estos versos: Zeus, en Ayante, desde su alto asiento, tal terror infundió, que helado, absorto, echó a la espalda, el reforzado escudo y atrás volvió mirando a todas partes.
Ya estaba éste de pie- pero aturdido y medio alelado.
El pobre Cocles estaba completamente alelado.
Quedó algo alelado a unos cuantos pasos de la puerta de fierro.
Miró alelado a su alrededor y como queriendo reunir sus ideas.
Ya hay hombre, pero alelado, taciturno y entristecido.
El virrey estaba alelado viendo tanta insolencia y sangre fría.

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