Ejemplos con albahacas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En las cercanías de Santo Tomé, más concretamente en el Cerro de las Albahacas, tuvo lugar la batalla de Baecula, en la que el ejército de Escipión venció al de Asdrúbal.
Las Albahacas es una localidad situada en el departamento Río Cuarto, provincia de Córdoba, Argentina.
Este lugar serrano se llamó primitivamente Potrero de San Antonio , con el tiempo se fue subdividiendo en lotes que se llamaron Las Albahacas, Potrero de San Antonio, Los Ranqueles y Los Aromos.
Sí lo es, los hortelanos, para quitarle algo de sus intenciones aviesas, plantan junto a ellas albahacas y tomillos, estas hierbas, como son bondadosas e inocentes, acaban por amansar un poco a las berenjenas.
Los ladrillos rojos del pavimento frente a la puerta brillaban bruñidos por las diarias frotaciones, los macizos de albahacas y dompedros y las enredaderas formaban pabellones floridos, por encima de los cuales recortábase sobre el cielo el frontón triangular y agudo de la barraca, de inmaculada blancura.
La relacion que dió el vecino oficial a los estudiantes les puso codicia de dar cima a aquella aventura, porque siendo pláticos en la ciudad, y deshollinadores de cuantas ventanas tenian albahacas con tocas, en toda ella no sabian que tal tia y sobrina hubiese, que hospedaran cursantes en su universidad, principalmente que viniesen a vivir a semejante calle, en la cual, por ser de tan buen peaje, siempre se habia vendido tinta aunque no de la fina, que hay casas, así en Salamanca como en otras ciudades, que llevan de suelo vivir siempre en ellas mujeres cortesanas, o por otro nombre trabajadoras o enamoradas.
El sol caía de plano sobre los rojos ladrillos del empedrado, recociéndolos, algunos tiestos de albahacas morían en la asfixia de la tarde de fuego, en el cielo ni una nube, un azul intenso teñía el horizonte, que de vez en cuando estelaban de negro una bandada de errabundos pájaros.
Las quintas de más nota eran las de Seco, del oficial del Rey, de Zamallua, de las Albahacas, de Maciel, de Magariños, de Maturana, de Zabala, de Masini, de Duran, de Espinosa, de Castell.
Y según se sucedían los meses, a su tiempo, florecían agavanzos y cardaminas, mejoranas y albahacas silvestres, velloritas y lirios de Alemania, asfódelos y claveros.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba