Ejemplos con agudamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Wilson precisa que la Unión Soviética, que sufrió de esto agudamente, llegó al punto que fueron aterrorizados los pintores y los poetas que en realidad poco daño podían hacer.
Esta faceta del Fuego Control contrasta agudamente con las otras artes de control, que manipulan las ya existentes representaciones de su elemento.
El drama de la Corte es satirizado agudamente por Dostoyevski.
Pero el bardo señala muy agudamente que las aguas por las cuales el héroe gauta ingresará se agitan con la sangre en ellas vertida.
Algunos peces agudamente afectados pueden no mostrar los síntomas pero ser portadores y frecuentemente sufrir altas mortalidades.
Partiendo bruscamente de una proposición planteada exacta y agudamente en términos de máxima sencillez y claridad, rechazaba las formas de la lógica habitual, en un cristallino proceso de acumulación, alzaba sus demostraciones oculares en formas de grandeza tan lúgubre como fantasmal, o en otras de la más aérea y deliciosa belleza, tan detallada y claramente y con tanta rapidez, que la atención quedaba encadenada en medio de sus asombrosas creaciones.
Somos agudamente conscientes de trágico sufrimiento infligido a millones de personas por quienes estuvieron dispuestos a permitir un gran mal en la prosecución de un supuesto bien mucho mayor.
Síndrome de Disfunción Multiorgánica: Presencia de función orgánica alterada en pacientes agudamente enfermos, de tal forma que la homeostasis no puede ser mantenida sin la intervención terapéutica.
Una fosa profunda, bien marcada en la superficie anteroventral del volante, un epijugal agudamente cónico con un proceso pronunciado del próximo posterior y se separa fosa por las facetas para el el yugal y el cuadrado-yugal, y la presencia de un rastro vascular oblicuo que extiende que hace frente a un rastro vascular transversal ventral en la superficie anterior de la base nasal del cuerno.
Sonaban a lo lejos, como una tela que se rasga, los escopetazos contra las bandas de golondrinas que volaban a un lado y a otro en contradanza caprichosa, silbando agudamente, como si rayasen con sus alas el cristal azul del cielo, zumbaban sobre las acequias las nubes de mosquitos casi invisibles, y en una alquería verde, bajo el añoso emparrado, agitábanse como una amalgama de colores faldas floreadas, pañuelos vistosos.
Silbó la locomotora, prolongada, triste, agudamente, lanzó después sordos bufidos de angustia, cual si le costase esfuerzos supremos remover el cortejo de vagones que le seguían, por último, empezó a caminar suave y majestuosamente, después con más celeridad, aunque no mucha.
Sofocado, confundido, toriondas las sienes, agudamente el corazón me duele.
La madre de los alienados, apenas nos divisó, chilló agudamente, frunció las cejas con fuerza y con cierta ferocidad, siguió haciéndolas vibrar de abajo arriba varias veces, arrojó luego con mecánico ademán el pliego que manoseaba, y, acurrucándose sobre la silla, con infantil rapidez de escolar que se enseria ante el maestro, recogió los pies, dobló las rodillas hasta la altura del nacimiento del cuello, y, desde esta forzada actitud, parecida a la de las momias, esperó a que entrásemos a la casa, clavándonos, cabrilleantes, móviles, inexpresivos, selváticos, sus ojos entelarañados que aquella noche suplantaban asombrosamente a los de un mico.
-Has preguntado agudamente -me dijo-, y dando respuesta digo que yo estudiaba la facultad de cánones y leyes, y que era gusto de los míos que no me casase hasta haber pasado y graduádome de licenciado, porque decían que en casándose no se estudiaba, y yo venía en ello de voluntad, porque cosa que tanto amaba no tuviese algún conque que me sisase parte del gusto.
Por su parte el joven sentía más agudamente el aguijón del remordimiento, pues no podía ocultársele que su corazón se había conmovido hondamente, leía como en un libro abierto las luchas a que se entregaba Margarita, y comprendía mejor que ella lo que pasaba en su corazón.
Entre ellos, los deportes expresan más agudamente la lucha.
De aquí nació aquel dicho que a este propósito dijo agudamente Megacreonte, natural de Abdera, quien aconsejó a sus abderitas que todos, hombres y mujeres, se fueran a los templos en procesión, y allí postrados a los pies de sus dioses les suplicasen por una parte con mucho ardor tuviesen a bien librarles de la otra mitad de sus males que con la vuelta de Jerjes les amenazaban, y por otra les dieran gracias muy de veras por lo pasado de que el rey Jerjes no acostumbrase comer dos veces al día, porque preciso les fuera a los abderitas, si se les ordenase darle una comida semejante a la cena, o en caso de esperarlo, caer en una quiebra la mayor del mundo.

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