Ejemplos con afeites

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Nada quedaba en él de los antiguos afeites, que le daban una belleza pueril de muñeca.
Aprovechando un rato en que mi machacante subió a cubierta, dejándonos en el primer sollado, me dijo que la bravía mujer de Palomo, guapa de suyo y mejorada en sus atractivos por los afeites y pulidas ropas que a la sazón gastaba, hacía en Cartagena vida libre, requiriendo el trato de señores ricos en casas discretas cuyas paredes eran reservado encierro del escándalo.
En su rostro advertí los discretos afeites que comúnmente usaba.
Rara vez sonaba en aquellos barrios el importuno voceo de papeles públicos por ciegos roncos o chillonas mujeres, las patadas y el relinchar de caballerías alegraban los espacios, todo era distinto del Madrid céntrico, donde el clásico rostro de España se desconoce a sí mismo por obra de los afeites que se pone, y de las muecas que hace para imitar la fisonomía de poblaciones extranjeras.
Entre el artificio y la verdad, entre los afeites y el colorido y pasta naturales, ninguna crítica, por sagaz que fuera, podría encontrar diferencias ni separar lo vivo de lo pintado.
¿Y la caja del señor y el estuche, afeites y pinturas del señor D.
La vista de aquel incesante movimiento, la luz arrancando destellos en pedrerías y collares, las damas, unas de semblante fresco como flores de campo, ajadas otras por los afeites o los años, engalanadas con sedas de todos los matices, desnudas las espaldas y los pechos a propio intento revelados en lo poco que el raso les cubría, el aire bochornoso y viciado que por la reja se escapaba, acabaron de marear al cura, sin que por eso dejara de mirar con ansia, creyendo a cada instante descubrir novedades que hiriesen su imaginación y calmasen sus agitados nervios.
También me encerré en mi tocador en cuanto me levanté de la mesa: igual que el día antes, pero esta vez no fue para estudiar en el espejo afeites ni aliños que me embellecieran, sino para afirmarme en mis ya bien firmes propósitos, dando un repaso mental a lo que me tocaba hacer y decir para cumplimiento de la más delicada e interesante cláusula de mis planes.
mas no amo los afeites de la actual cosmética.
¡Qué cruelmente ha herido esa reflexión mi conciencia! El rostro de la meretriz, hermoseada con el arte, no es más feo despojado de los afeites, que lo es mi delito disimulado en palabras traidoras.
Te repito que sólo te he mandado llamar para que me afeites la cabeza y te marches en seguida.
Y yo sólo te he llamado para que me afeites la cabeza.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba