Ejemplos con afeite

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero yo me la afeite por que tengo problemas de calvicie y así lo hice para que no se me vislumbre este problema.
Tenía, como su hermano, tez de linfática blancura, encubriendo el afeite las muchas pecas: los ojos no grandes, pero garzos y expresivos, y rubio el cabello, que peinaba con arte.
Esta no era más que un retoño de la insolencia señorial en el suelo y ambiente contemporáneos, el feudalismo del siglo XIV, redivivo con el afeite de artificios legales, constitucionales y dogmáticos, que muchos hombres del día emplean para pintarrajear sus viejas caras medioevales, y ocultar la crueldad y fieros apetitos de sus bárbaros caracteres.
A pesar del afeite, lo encuentro más triste que en nuestros tiempos.
Mañana vendrá el maestro rapista para que te afeite toda la cara, dejándote como un canónigo.
La mezquina civilización se desvanecía, se borraba como un afeite mal aplicado, dejando sólo las querellas feudales, el ardor místico, la superstición, las crueldades horrendas y eminentes virtudes, el heroísmo, la poesía, la intervención de ángeles y demonios, que andaban sueltos y desmandados por el mundo.
Flores marchitas, fechas misteriosas, nombres adorados, reliquias venerandas, el libro predilecto, el afeite malicioso, el que le quitó el sueño algunas noches, los versos que se empeñó en hacer y no supo, todo pasó ante nuestros ojos como capítulos sueltos de varias novelas, o como números atrasados de un periódico.
En los hombres, la apariencia de la amistad es lo que en las mujeres el afeite y composturas.
Mientras más cunda la miseria merced a causas que no es del caso ni de nuestra incumbencia examinar, pero entre las cuales, no obstante, citaremos el lujo, que, semejante a un despreciable afeite, pero siendo en realidad una mortífera lepra, se va extendiendo sobre toda la sociedad y la carestía de los artículos de primera necesidad, que oprime y ahoga a las clases menesterosas como un dogal, mientras más cunda, decimos, la miseria, más ostensiblemente corre a su auxilio la caridad.
olor del afeite cuidadoso della, ya del achaque descuidado dél.
Y veo una muchedumbre de mujeres, unas tomándose puntos en las caras, otras haciéndose de nuevo, porque ni la estatura en los chapines, ni la ceja con el cohol, ni el cabello en la tinta, ni el cuerpo en la ropa, ni las manos con la muda, ni la cara con el afeite, ni los labios con la color, eran los con que nacieron ellas.
Si la culta fuere vieja, como suele suceder, para no decir á la criada que la afeite, ''macízame de pegotes de solíman estas quixadas'', y por los carcabuesos de las arrugas, dirá: ''jordaname esas Navidades cóncavas'', y si hubiere de mandarla que la tiña la greña de canas, la dirá: ''pélame esos siglos cándidos, obscuréceme esas albas''.
Esta no era más que un retoño de la insolencia señorial en el suelo y ambiente contemporáneos, el feudalismo del siglo XIV, redivivo con el afeite de artificios legales, constitucionales y dogmáticos, que muchos hombres del día emplean para pintarrajear sus viejas caras medioevales, y ocultar la crueldad y fieros apetitos de sus bárbaros caracteres.
Les hizo entrar en la basílica, larga galería que da luz a los aposentos y donde los visitantes y los clientes esperaban que el nomenclátor les llamara, después les condujo a la terraza de mármol blanco desde donde la vista se extiende sobre los jardines verdes y el mar azul, luego les enseñó el ninfaeum o sala de baños, con sus paredes pintadas de amarillo, sus columnas de estuco, su pavimento de mosaico y su enorme tina de mármol que recibió tantos cuerpos maravillosos desvanecidos como sombras, el cubiculum, donde flotaron tantos sueños procedentes de la puerta de marfil, y cuyas recámaras construidas en la pared estaban cerradas por un conopeum o cortina cuyas anillas todavía yacen en el suelo, el tetrástilo o sala de recreo, la capilla de los dioses lares, el gabinete de los archivos, la biblioteca, el museo de los cuadros, el gineceo o estancia para las mujeres, compuesto por pequeñas habitaciones destruidas en parte, cuyas paredes conservan restos de pinturas y arabescos, como mejillas a las que se ha limpiado mal el afeite.
Monet quiso conocer a Zárate porque le había hecho gracia lo del afeite, y San Martín le ofreció que haría buscar al montonero, pues se hallaba con su partida a quince leguas de distancia.
Resignose don Cirilo, y según él decía, pasó en una hora que duró el afeite las penas todas del purgatorio.
-¿Cómo quiere vuestra majestad que le afeite?.
Pero mejor será llamar a un barbero para que me afeite la cabeza y después iré a bañarme al hammam.
¡Pero como mi tienda es pobre y yo también soy pobre, nadie viene a afeitarse en mi casa! ¡Apenas si por la mañana, en el hammam, algún mandadero o algún fogonero se dirige a mí para que le afeite los sobacos o le aplique en el vientre pasta depilatoria! ¡Y con las pocas monedas que esos pobres dan a un pobre como yo, puedo alimentarte, alimentarme y subvenir a las necesidades de la familia que soporto a mi cuello!.
Mañana vendrá el maestro rapista para que te afeite toda la cara, dejándote como un canónigo».

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