Ejemplos con afanadísima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

«Oye, tú... se me ha ocurrido otra idea feliz... Hoy estoy de vena. Si te decides por el monjío, me parece que no necesitamos molestar a La Señora, que hartas pretensiones y memoriales de necesitados recibe cada día, y la pobrecita se aflige por no poder atender a todos. ¿Sabes quién te puede dar la dote? ¿No se te ocurre? ¿No caes?... El primo Agustín, que está siempre discurriendo en qué emplear los dinerales que ha traído de América. Yo se lo he de decir con maña a ver qué tal lo toma. Es la flor y nata de los hombres buenos, pero como tiene esas rarezas, hay que saberle tratar. Siendo, como es, tan dadivoso, no se le puede pedir nada a derechas. Es desconfiado como todos los huraños, y a lo mejor te sale con unas candideces que parece una criatura. Hay que saberla tratar, hay que ser, como yo, buena templadora de gaitas para sacar partido de él...Ya ves, ayer me regaló un magnífico sombrero... Todo porque me vio afanadísima arreglando el viejo y me oyó renegar de mis pocos recursos... Como tú ayudes, tendrás la dote... Me parece que es él quien llama... Hoy quedó en traerme billetes para el Príncipe... Y esa calamidad de Prudencia no oye... ¡Prudencia!... Tendrás que salir tú... No, ya va a abrir esa acémila... Es él... ¿No lo dije? Buenos días, Agustín, pasa, da la vuelta por allí. Da un puntapié a la cesta de la ropa. Ahora una bofetada a la puerta. Aproxima el baúl vacío. Aparta ese mantón que está sobre la silla. No te quites el sombrero, que aquí no hace calor».

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