Ejemplos con adulador

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La muerte de Carlos Moreno no estaba vinculada al rol, sino que fue consecuencia de las ansias de matar de Javier Rosado, una persona arrogante y sin escrúpulos y de la fragilidad de voluntad de su mayor adulador, Félix Martínez, que le obedecía en todo lo que preparaba.
Volumen I: Sobre la educación de los hijos, Cómo debe el joven escuchar poesía, Sobre cómo se debe escuchar, Cómo distinguir a un adulador de un amigo, Cómo percibir los propios progresos en la virtud, Cómo sacar provecho de los enemigos, Sobre la abundancia de amigos,.
Sin embargo, su líder era un cobarde, adulador de Maeglin.
Divito llevó a Rico Tipo, además de sus Chicas, a toda una saga de personajes que retrataban distintos aspectos reconocibles para el ciudadano medio: Pochita Morfoni, una mujer obesa que sólo piensa en la comida, Fúlmine, un hombre feo y vestido de negro que trae consigo mala suerte y desgracias, Fallutelli, prototipo del empleado adulador del jefe y traidor con sus compañeros, Bómbolo, un gordito bonachón e ingenuo que no sabe entender el sentido figurado y siempre se toma las cosas literalmente, El abuelo, un viejito verde en el fondo inofensivo y enamoradizo de las jovencitas, Gracielita, una niña muy moderna y avispada.
Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como adulador del pueblo.
Personalidad: Avaricioso y adulador es el cruel Stómboli, un viejo gitano que gana dinero con su espectáculo de títeres.
A mí me acusaba de adulador y de vil porque no protestaba.
¡Una lluvia de cuchilladas!: todos los generales invencibles de que hablaba su tía huyendo con las tripas en las manos, y a la cola de ellos, como lacayo adulador que recibía igualmente su parte, el tío de Berlín ¡Ay, si se le presentase ocasión para realizar sus deseos!.
Aquél había sido un hombre completo, un hombre representativo de su época: soldado de mar y tierra, cautivo rebelde, héroe ignorado, creyente y mujeriego, adulador sin éxito de nobles y ricos.
Y aunque esto de que le llamen a uno adulador es un poco fuerte, al consejo me atengo, ya que a la Argentina voy.
Vienes muy adulador hoy, Gonzalo.
Y al día siguiente de todo este aparato teatral, cuando se apagan las luces e incensarios y la iglesia recobra su aspecto vulgar, la vida mísera y la intriga para ganarse el pan: ¡siete duros al mes por aguantar a todas horas a unas pobres mujeres con el humor agriado por el encierro, vulgares como criadas de servicio, que pasan la vida averiguando en el locutorio lo que ocurre en la ciudad y fabricando porquerías dulces para obsequiar a los señores canónigos y a las familias protectoras de la casa! ¡Y aún hay curas que envidian, que ladran de hambre contra mí por la dichosa capellanía de monjas, y me tienen como un adulador del palacio arzobispal, no comprendiendo de otra manera que siendo tan joven haya pescado esta prebenda que me permite vivir en Toledo con siete durazos mensuales!.
No es usted mal adulador ahora.
Es religioso con la devota, a quien obsequia con primorosos rosarios y virgencillas de plata, dicharachero y juguetón con la coqueta, a quien agasaja con adornos y telas, espléndido con la interesada, y aquí de las alhajas, adulador con la vanidosa, romántico con la poética, mañoso con la esquiva, y se amolda tan por completo al genio de la que corteja, que sentando con ella plaza de mandadero, luego queda convertido en prior.
Mozos, colonos, jornaleros, y hasta el ganado en los establos, parecía estarle supeditado y propicio: el respeto adulador con que trataban al señorito, el saludo, mitad desdeñoso y mitad indiferente que dirigían al capellán, se convertían en sumisión absoluta hacia Primitivo, no manifestada por fórmulas exteriores, sino por el acatamiento instantáneo de su voluntad, indicada a veces con sólo el mirar directo y frío de sus ojuelos sin pestañas.
Enorme estante de roble contiene una rica y escogida biblioteca, y allí está Horacio el epicúreo y sibarita junto con el tierno Virgilio, en cuyos versos se ve palpitar y derretirse el corazón de la inflamada Dido, Ovidio el narigudo, tan sublime como obsceno y adulador, junto con Marcial el tunante lenguaraz y conceptista, Tibulo el apasionado, con Cicerón el grande, el severo Tito Livio, con el terrible Tácito, verdugo de los Césares, Lucrecio el panteísta, Juvenal, que con la pluma desollaba, Plauto, el que imaginó las mejores comedias de la antigüedad dando vueltas a la rueda de un molino, Séneca el filósofo, de quien se dijo que el mejor acto de su vida fue su muerte, Quintiliano el retórico, Salustio el pícaro, que tan bien habla de la virtud, ambos Plinios, Suetonio y Varrón, en una palabra, todas las letras latinas, desde que balbucieron su primera palabra con Livio Andrónico, hasta que exhalaron su postrer suspiro con Ruttilio.
Bien creo que está, para censura, un poco larga, alguno dirá que toca los límites de lisonjero elogio, mas la verdad de lo que cortamente digo deshace en el crítico la sospecha y en mí el cuidado, además que el día de hoy no se lisonjea a quien no tiene con qué cebar el pico del adulador, que, aunque afectuosa y falsamente dice de burlas, pretende ser remunerado de veras.
premian al adulador, ayudan al embustero, siempre adelantando los peores, y del más.
ligero, al villano que no fuese malicioso, y al cortesano adulador.
A Antípatro, que quería valerse de él para una cosa injusta, le respondió con dureza: “No puede Antípatro valerse a un tiempo de mí como amigo y como adulador.
A la manera, pues, que Foción a Antípatro, que quería de él una cosa menos honesta, le respondió que no podía Foción ser a un mismo tiempo su amigo y su adulador, esto mismo o cosa semejante se ha de decir a la muchedumbre, no puede ser que tengáis a uno mismo por gobernador y por sirviente.
Porque escribió otro adulador, excediendo en impudencia a Estrátocles: que se recibiese a Demetrio cuantas veces fuese a Atenas con las mismas ceremonias que a Deméter y Baco, y al que se aventajara en brillantez y esplendor en este recibimiento se le diera dinero del Erario público para una ofrenda.
Envió al padre de mensajero de esta victoria a Aristodemo de Mileto, adulador el más consumado de todos los cortesanos, que entonces se propuso llevar la adulación hasta el último punto.
¡Tanto pudo una sola palabra de un adulador, y tal mudanza produjo puede decirse que en toda la tierra!.
Pues un adulador, un mentiroso, no ya la mano,.
¿Es otro, por el contrario, pródigo en dar muestras de su respeto y admiración? Se te desdeña y mira como a un adulador falso y vendido.
Uno de ellos, adulador de vil especie, creyó que servía bien al amo evitando aquella causa de insomnio.
, dedicatoria que es lo sublime del género que anda en boga, pero me ocurrió al momento que, sobre no conocer y personalmente a ninguna, escribo en un país que las conoce a todas las que citar pudiera, que no son pocas, y que este recurso pega muy bien en la corte precisamente porque nadie las conoce más que su adulador, sus contertulios, y a lo sumo los serenos del barrio, que son convidados externos a todos los ''thes danzants'' y demás espectáculos que formar la base del mencionado género de ''literatura postal''.
-¡Adulador! -respondió Peñarrubia, estrechando contra su pecho al joven-.
¿Hay diablo como un adulador, como un envidioso, como un amigo falso y como una mala compañía? Pues todos estos le faltan al pobre, que no le adulan, ni le envidian, ni tiene amigo malo ni bueno, ni le acompaña nadie.

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