Ejemplos con acuerdas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Platero amigo!le dije yo a la tierra,si, como pienso, estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás quizá olvidado? Platero, dime: ¿te acuerdas aún de mí?.
El invierno, tú te acuerdas bien, lo pasó silencioso, con la cabeza escondida en el plumón.
¿Te acuerdas cómo se burlaba de mí tu pobre padre? Este chiquillodecía en la sacristíaes un Sixto V.
¿Te acuerdas cuando de niño nos leías su historia en las veladas? Anda adelante, fantasioso.
Oyeme: este pobre corazón mío, no había amado nunca: llegué a esta casa y me hablaron de tí, me dijeron que eras huérfano, huérfano como yo, y me fuiste simpático, y me dijeron que eras bueno, muy bueno, y me interesé por tí, leí tus cartas, vi tu retrato, y hallé que eras como yo te había soñado, viniste, y me estremecí al oir tu voz, me hablaste ¿te acuerdas? y se ahogó la voz en mi garganta, y palpitó mi corazón trémulo de amor.
¿Te acuerdas qué travieso? ¿Te acuerdas de cuando rompiste el juego de café de tu tía Carmen? Me parece que te veo: te fuiste a esconder en la bodega.
¿Cómo me encuentras, hijo? ¿Mal, verdad? ¿Te acuerdas? ¡Antes tan fuerte, tan activa! ¡Estaba yo en todo! Ahora, aquí me tienes, como presa, como si tuviera grillos ¡peor que si los tuviera! Aquí me tienes, clavada en el butaque, sin poder dar un paso, sin poder ayudar a tu tía.
Y a propósito, el hijo del tío ¿te acuerdas, Amparito? aquel chico que andaba a cuatro patas y hacía el burro para que tú le montases, pues bien, ése venía ahora a Valencia con el carro a recoger el estiércol de las casas, y quería que Nelet le dejase limpiar la cuadra.
De seguro que ahora, siendo rico, levantándote tarde y paseando en carruaje, te acuerdas con envidia de los tiempos en que bajabas a barrer la tienda a las seis de la mañana y echabas un párrafo con las criadas que van a la compra.
¿Te acuerdas que al despedirme de tí me quité del cuello una medallita, y te la di? Pues deseo que la conserves siempre, para que si un día te casas y tienes hijos se la des al que tú prefieras.
¿Te acuerdas? Una casa embellecida por Angelina, tus tías, felices, complaciéndose en verte, el P.
Dime lo que haces, y en qué pasas el tiempo cuando sales del escritorio, dime si piensas en mí, si te acuerdas de tu Linilla que te quiere mucho, mucho, mucho, y sólo vive para amarte.
Lleva una cosita ¿a qué adivinas? Te acuerdas que la noche, cuando nos despedíamos, me pedías las flores que tenía yo en la cabeza? ¿Te acuerdas qué me decías? Me da vergüenza escribirlo, pero ¡tú me entiendes! Escríbeme, Rorró.
¿Te acuerdas? Pues ahí, en la bodega, en un cajón, están guardadas las casitas, y los pastores, y los rebaños, y el portal, ¡y todo! Si tus tías quieren, hasta nacimiento habrá, Rodolfito.
¡Pobretín, esa miel no la has catado nunca! ¿No darías tú algo porque yo te quisiera como tú me querías a mí? ¿Te acuerdas de cuando me adorabas, te acuerdas? Pues figúrate que yo te adoro a ti lo mismo y que te llevo estampado en mi corazón, como tú me llevabas a mí.
Algo quiso decir en alta voz, pero él no la dejaba meter baza, y como si trajera un discurso preparado y no quisiera dejar de pronunciar ninguna de sus partes, pegó en seguida la hebra: ¿Te acuerdas de cuando yo estaba loco? Los ratos que te di te los tenías bien merecidos, porque en realidad te portabas muy mal conmigo.
¡Ah qué tiempos aquellos! ¿Te acuerdas? ¡Qué días tan felices! Lástima que yo no hubiera tenido veinte años menos.
Tú no te acuerdas de Santa Bárbara sino cuando truena.
Pondré singular cuidado en que ignore esto Juan Pablo Rubín, que fue quien me presentó a ti, en la calle, ¿te acuerdas?, y de ahí viene nuestro dichoso conocimiento.
Toda la noche estuviste muy inquieto, ¿no te acuerdas?.
¿No te acuerdas? El día que estuviste tú, el día en que te conocí boba.
¿No te acuerdas de haberme visto en casa de la Paca?.
Ella no parecía como vergonzosa ¡y qué mona estaba con su vergüenza! ¿Te acuerdas de aquel palmito descolorido con cabos negros? Pues ha mejorado mucho, porque está más gruesa, más llena de cara y de cuerpo.
Parece que lo ha llevado toda la vida ¿Te acuerdas del pañolito por la cabeza con el pico arriba y la lazada? ¡Quién lo diría! ¡Qué transiciones! Lo que te digo Las que tienen genio, aprenden en un abrir y cerrar de ojos.
¿Te acuerdas de lo que sostenías? El pueblo es la cantera.
Pero tonto cómo tendrás esa cabezadijo Barbarita con mucho fuego, que ni siquiera te acuerdas de que me diste medio duro para la lotería.
Tú, como te estás durmiendo hasta las once de la mañana, no te acuerdas del que madruga.
Bien te acuerdas de mi famosa levita, de lo mal que me estaba y de lo desmañado que era en tu presencia, pues no me arrancaba a decir una palabra sino cuando alguien me ayudaba.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba