Ejemplos con abyecta

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El tono de sus piezas oscila de la más pura lírica a la obscenidad más abyecta.
No: tu abyecta condición se revela en tus actos, y no es posible esperar del miserable pilluelo de las calles sino doblez y maldad.
Estaba presidida por un terrible individuo que vestía de brigadier, para baldón del uniforme español, militares eran también sus vocales y el fiscal, pero todo su mecanismo interno, su personal secundario así como sus procedimientos habían sido tomados de la curia más abyecta.
clase mas abyecta de sus subditos.
El invierno despliega todo su rigor, y la Sequía empieza su abyecta cosecha de osamentas, volteadas -lastimosos hecatombes- por sus hijos mayores, el Hambre y la Sed.
¡Pasarnos a este enemigo implacable que durante diez y ocho siglos nos ha estado insultando, escupiendo y abofeteando, que nos ha expulsado, nos ha quemado vivos, nos ha arrojado de todas las ocupaciones honrosas, nos ha cerrado todas las puertas, nos ha prohibido todos los oficios, dejándonos sólo el más vil, el de la usura, que nos ha llenado de denuestos groseros, apartándonos de todo lo que puede llamarse fraternidad y negándonos hasta el goce de los derechos naturales, que nos ha considerado siempre como una excepción en la humanidad, como una raza abyecta y manchada, y nos ha estado martirizando con la infame y absurda nota de deicida, ¡de haber matado a Dios!.
pobres de Europa, y, por otra parte, parece abyecta cuando se compara.
Gracias a las luces del siglo, la policía encuentra pocos delatores fuera de la clase abyecta de la sociedad, y aun en ella se avergüenzan los hombres de ser ministros de tal institución.
Cuando llegó Herbert salimos y tomamos el lunch en un establecimiento famoso, que yo entonces veneraba casi, pero del que ahora creo que fue la más abyecta superstición de Europa y en donde ni aun entonces pude dejar de notar que había mucha más salsa en los manteles, en los cuchillos y en los paños de los camareros que en los mismos platos que servían.
Dos marineros, armados de gruesas cuerdas, se precipitaron sobre nosotros ansiosos de aplacar sus divinidades tutelares con el derramamiento de nuestra abyecta sangre.
merced a la abyecta actitud de esos tránsfugas, que no contentos con abandonar.
mansedumbre abyecta, se refugiaba en la disciplina, y, se excusaba con ella,.
Andueza Palacio, desde el principio de su abyecta pantomima, fue herido de.

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