Ejemplos con abuséis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y allí terminó la hazaña, porque el monstruo de la Naturaleza, que en aquellos laberintos habita, sacó del légamo la cabeza y dijo a los atrevidos argonautas: Retiraos, locos, ilusos, y no abuséis de mi paciencia y de la benignidad con que os he dejado llegar aquí.
Chilenos y peruanos hallábanse resguardados por arrecifes, que eran como una valla imposible de salvar desde fuera. Apenas se echaron la vista encima, empezaron unos y otros a cañonearse. La distancia no podía ser acortada por las naves españolas. Habían de darse por satisfechas con causar algunas averías a los barcos enemigos y matarles o herirles algunos hombres... Y allí terminó la hazaña, porque el monstruo de la Naturaleza, que en aquellos laberintos habita, sacó del légamo la cabeza y dijo a los atrevidos argonautas: «Retiraos, locos, ilusos, y no abuséis de mi paciencia y de la benignidad con que os he dejado llegar aquí. ¿Qué pensáis, qué queréis, hombres o niños grandes, que habéis entrado en mi reino con sólo vuestros corazones, dejándoos fuera la razón? Salid pronto, que a poco que os detengáis, retiro las aguas y quedaréis en seco... De vuestros barcos haré leña para mis hogueras, y de vosotros no quedará uno solo para contar al mundo vuestra locura».
Y por último, con el objeto de conjurar un compromiso cualquiera, tomad y leed: ahí os entrego un salvo-conducto que sabrán respetar mis gentes, y ante cuyo talismán se os abrirán, en caso necesario, los más vedados retretes, los departamentos más recónditos de mi alcázar, a excepción, como ya os dije, de las prisiones de Estado, para las cuales tengo carceleros y guardias especiales, a quienes, sin que por ello vaya yo a creer que abuséis, tengo comunicadas las competentes consignas que rigen para la generalidad, sin excepción de persona alguna.
-¡Constanza! volvió a exclamar desconcertado aquel hombre, no abuséis de vuestra posición excepcional respecto de mí, hacéis bien con invocar repetidas veces el nombre de S.
-Ea pues, os dejo ya, fiel depositario de mi justicia, no abuséis de ella, y obrad libremente en el sentido que os plazca.
, no abuséis de mi debilidad.

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