Ejemplos con absurdo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Lo absurdo es lo hermoso? ¿Qué diría de esa opinión un griego, para quien la belleza era el resultado más meticuloso y fino de la lógica? El mundo es hermoso, pulcro, porque es lógico.
Pero, y el hombre, ¿qué finalidad tiene? Comienza la era de lo absurdo.
Y don Antolín reía sarcásticamente, como si este porvenir por él evocado fuese un absurdo contrario a las leyes eternas.
El absurdo les aparecía palpable, como siempre que hablaba Gabriel.
Pues mira, también tengo mi quejilla contra García Gómez Porque como ministro de Estado que es, entretiene sus ocios registrando toda la correspondencia que viene de París ¡Sí hija mía, sí, no lo defiendas! En el se abre toda la correspondencia antes de que llegue a su destino, y por eso pudo decir en el consejillo que ayer vino para mí una carta de la reina, que debió probar al Ministerio todo lo absurdo de sus pretensiones.
Al día siguiente, la historia de la cadina correría por París entero, justificando gloriosamente su fuga de Constantinopla, y rodeándole a él de la aureola de lo novelesco, de lo absurdo, de lo imposible, pedestal el más alto sobre que suele colocar sus ídolos de un día el público de papanatas ilustres, que anda a caza de novedades y cuentos.
, los estudiantes de medicina que hayan sido aplicados tendrán un más de carrera, lo cual llenará de orgullo a sus señores padres, que dirán muy sériamente, como si esto no fuese un absurdo: —Y, en efecto: su chico sabrá cómo se respira y se digiere, y hasta quizás dónde reside el alma, y las relaciones de ésta con los nervios.
¡Creese un absurdo eso de morir, cuando todo se conmueve y resucita!—Ni ¿cuál será el arbol seco, cuál el corazón gastado que permanezca aterido cuando llueven del cielo promesas de amor y placidísimas esperanzas?—Por el contrario: ¡es tan grato dejar la capa umbrosa y tétrica, atacarse el pantalón de lana dulce, desabotonarse la levita de primavera, calzarse el guante de medio color y dar cuatro vueltas por el paseo de las Estatuas! ¡Es tan dulce comprar flores, comer fresa, revolcarse en los trigos, leer a la sombra de un árbol, fumar en Chamberí hablando con un amigo, tirar a la pistola en la Fuente Castellana, almorzar en la Alameda de Osuna, escribir versos en la Montaña del Príncipe Pío, tomar leche en la Casa de Campo! ¡Es tan hermoso vivir, andar, correr, dar brincos como un corzo, estirarse como un D.
Comprendo que tal cosa se dijera cuando sólo se conocían siete planetas y siete metales, cuatro Partes del mundo y cuatro elementos, pero repetirlo hoy, en pleno siglo , sería un absurdo tan grande como echarse a buscar al Preste Juan de las Indias.
Eso me prueba que hubiera sido un absurdo, una locura recorrer lo que, visto de allá, parecía el camino derecho.
Y nada más ¡Qué desvarío! Por grande que sea un absurdo siempre tiene cabida en el inconmensurable hueco de la mente humana.
¡El Mesías tu hijo, el hijo de un padre que no era tu marido! Empezó por ocurrírseme que yo debía matarte a ti y a tu descendencia, y luego esta idea hervía y se descomponía como una sustancia puesta al fuego, y entre las espumas burbujeaba aquel absurdo del Mesías.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba