Ejemplos con abnegaciones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

pero que prefirió abrazar el ideal de la vida monástica, con la perfección que en sí impone y con las austeridades y abnegaciones que la regla franciscana exige, a seguir las floridas sendas de la vanidad del mundo que le sonreía.
Todas las abnegaciones y rebeldías del amor las había conocido aquella mujer.
Y ante las abnegaciones y los rendimientos de los acendrados cariños, no podrán ser en su pristina simplicidad, el joven y el amante.
La suerte suya era que aquello se pasaba, como pasaría una jaqueca, pero la alucinación recobraba su imperio durante el sueño, y allí eran los disparates y el teje maneje de unas aventuras generalmente muy tiernas, muy por lo fino, con abnegaciones, sacrificios, heroísmos y otros fenómenos sublimes del alma.
Abnegaciones o amenazas, sacrificios ofrecidos o reclamados, mortal pasión o mortal desengaño, algo que fuera incendio, destrucción y estragos, jamás una soberanamente bella quietud.
¡Qué cosas dijo a su impasible amigo! Porque, una vez enredado en aquella infernal batalla, ya no reñía sólo por el punto en cuestión: en la mente volcánica del jurisconsulto fueron eslabonándose recuerdos de supuestos agravios, hasta los más remotos del tiempo de su niñez, y caldeados al fuego de su ira diabólica, arrojábalos en palabras, como lava de un cráter, y en testimonio de una vida de abnegaciones y martirios.
-¿Qué sacrificio? -me preguntó con su candor pronto ya a todas las abnegaciones.
¿Cómo había nacido aquella flor del aire entre aquellas zarzas groseras? ¿De dónde le venía toda aquella delicadeza angelical, aquella elegancia sin esfuerzo, aquella pasión ardiente y pudorosa a la vez, aquella alta dignidad que se imponía entre sonrisas y blandos ademanes acariciadores? ¡Cuánto y cuántas veces me felicité de que una desinteligencia inexplicable, si no un acto instintivo, me hubiera obligado a romper con María, la severa, la que a los treinta años sería inevitablemente un fiscal pensante y actuante, un censor celoso del marido! Obligado a romper, digo, y de un modo inevitable: ¿No hubiera roto yo, de todos modos, considerando que aquel enlace no me convenía y que se me ofrecían en Buenos Aires cien partidos mejores, aun sin contar a Eulalia?, y ¿no hubiera roto ella, antes de finalizar el año del plazo, considerando que yo no era el compañero soñado, el hombre capaz de los grandes actos y las grandes abnegaciones que ella soñaba, sino el protegido del éxito y de la fortuna? Es el problema que no me atrevo a resolver definitivamente, quizá porque cualquiera de las dos soluciones hubiera podido imponerse.
Con energía juvenil y apasionada, de que sólo pueden dar idea las abnegaciones de las razas jóvenes, en que todavía se encuentran casos de adhesión incondicional y en que las relaciones de dependencia de la mujer al hombre toman forma de religioso entusiasmo, Rosario se consagró a amparar con la mano la débil llama de vida que aún conservaba Felipe.
Verdad que se asombró de este mi rasgo de cordura tan poco frecuente entre los castizos españoles, y, sobre todo, a mi edad y en circunstancias tan tentadoras como las que me rodeaban, pero más asombrado estaba yo, por conocer la fuerza del hechizo que a tan insólitas abnegaciones me conducía, sin amago de resistencia ni asomo de disgusto.
Moreno, alto, fornido, los ojos muy negros, los dientes muy blancos, los labios muy rojos, la piel de ese moreno dorado que dejaba ver circular la sangre bajo ella, y el cabello aceitoso y ondulado no tuvo para ella ni devociones románticas, ni abnegaciones, ni aún respetos.
Tú me quieres, quieres entrañablemente a tus hermanos, a tu abuelita, te creo dispuesta, y bien que lo has probado llegando a las mayores abnegaciones por nuestro bienestar, pero ¿no hemos palpado bien a las claras la inutilidad de tu sacrificio? Me impusiste que rechazara la protección de ese hombre.
cumpliendo las abnegaciones de la señora.
¡No! Esta campaña es más obscura que la del Paraguay, y en ella todos los heroísmos y todas las abnegaciones pasan inadvertidas y en silencio.

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