Definición de socorriéndolos

Acepciones de Socorriéndolos como conjugación de socorrer

Categoría gramatical: verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de socorrer
Categorías gramaticales y tiempos verbales de socorriéndolos explicados

  1. Ayudar, auxiliar o asistir a alguien en una dificultad o peligro
  2. Dar o entregar a alguien una parte de lo que se le adeuda, o hacerle adelanto sobre lo que en el futuro puede devengar
  3. Ayudar en una situación difícil.
  4. Rescatar de un peligro, daño o evitar heridas que se podrían sufrir.
  5. Ayudar a una persona en un peligro o una necesidad. dar [a uno] a cuenta parte de lo que se le debe, o de lo que ha de devengar. prestar ayuda a una persona en una situación de dificultad o peligro

Ejemplos con la palabra Socorriéndolos

Por esto mismo Mitridates no se halló en la batalla: pues pensando que Luculo hacía la guerra con su acostumbrado sosiego y detención, caminaba muy despacio a unirse con Tigranes, al encontrarse en el camino con algunos Armenios que marchaban precipitadamente, dando indicios de miedo, conjeturó, desde luego, lo sucedido, pero después, tropezando ya con muchos desnudos y heridos, enterado de la derrota, se dirigió a buscar a Tigranes. Hallóle abandonado de todos y abatido, y lejos de añadirle aflicción, echó pie a tierra, y llorando las comunes desgracias le cedió la escolta que le acompañaba, dándole ánimo para lo futuro, así, más adelante volvieron a juntar nuevas fuerzas. En Tigranocerta, los Griegos se sublevaron contra los bárbaros y trataban de abrir las puertas a Luculo, que, aprovechando tan oportuna ocasión, tomó la ciudad. Apoderóse de los tesoros del rey que en ella había, pero entregó al saqueo de los soldados la ciudad misma, en la que sin la demás riqueza se encontraron ocho mil talentos en moneda acuñada, y, sobre todo esto, aún distribuyó del botín ochocientas dracmas a cada soldado. Habiéndosele dado cuenta de haberse cogido muchos histriones y profesores de las artes de Baco, que Tigranes recogía por todas partes, con el objeto de abrir un teatro que había construido, se valió de ellos para los combates y juegos con que celebró su victoria. A los Griegos los remitió a su respectiva patria, socorriéndolos con algún viático, y otro tanto ejecutó con los bárbaros, a quienes se había obligado a emigrar, de lo que resultó que, deshecha una ciudad, se repoblaron muchas, volviendo a recibir sus antiguos habitantes: beneficio por el que veneraron a Luculo como a su favorecedor y bienhechor. Sucedían también prósperamente todas las demás cosas a este insigne varón, que apetecía más las alabanzas dadas a la justicia y la humanidad que no las que se tributaban a sus triunfos militares: porque en éstos tiene no pequeña parte el ejército, y la mayor es de la fortuna, mientras que los otros hechos son pruebas de un ánimo benigno y bien educado, por este medio iba Luculo conquistando a los bárbaros sin armas. Porque los reyes de los Árabes vinieron a buscarle, haciéndole entrega de sus cosas, la nación de los Sofenos se hizo de su partido, y la de los Gordianos llegó hasta el punto de querer abandonar sus ciudades y seguirle con sus mujeres, con este, motivo: Zarbieno, rey de los Gordianos, trató secretamente con Luculo por medio de Apio, según que ya dijimos, de hacer alianza con los Romanos, no pudiendo sufrir la tiranía de Tigranes, pero habiendo sido denunciado, perdió la vida, y juntamente sus hijos y su mujer, antes que aquellos penetrasen en la Armenia. No los echó, pues, Luculo en olvido, sino que, pasando al país de los Gordianos, celebró las exequias de Zarbieno, y adornando la pira con aparato regio en ropas y en oro, con otras preseas de los despojos de Tigranes, él mismo le prendió fuego e infundió en ella las libaciones con los deudos y familiares del difunto, llamándole amigo suyo y aliado de los Romanos. Dispuso también que a toda costa se le levantara un suntuoso y magnífico monumento, habiéndose encontrado muchas preciosidades y oro y plata en los palacios de Zarbieno, en los que había, además, trescientas mil fanegas de trigo, de lo que se aprovecharon los soldados, Luculo tuvo la gloria de que, sin tomar ni un dracma del erario público, con la misma guerra sostenía los gastos de ella.
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Errores ortográficos comunes para socorriéndolos

Palabras más comunes que riman con socorriéndolos


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