Definición de boté

Acepciones de Boté como conjugación de botar

Categoría gramatical: verbo transitivo, verbo intransitivo, 1ª persona singular del pretérito perfecto de indicativo de botar
Categorías gramaticales y tiempos verbales de boté explicados

  1. Echar de algún sitio, retirar de un grupo o lugar por la fuerza.
  2. Arrojar lo que no sirve al suelo, al canasto de los papeles, basurero u otro lugar, con el fin de deshacerse de ello.
  3. Arrojar un objeto elástico contra una superficie dura para que al chocar se devuelva o rebote
  4. Echar al agua una embarcación nueva o recién reparada, para que navegue.
  5. En navegación enderezar el timón hacia uno u otro lado, cambiar el rumbo.
  6. En el fútbol patear la pelota detenida, para cumplir la sanción del árbitro.
  7. Dar un brinco una persona o animal.
  8. Salir despedido un cuerpo al chocar contra una superficie dura. sustraerse el caballo a la acción del jinete, para derribarlo. salir despedido [un cuerpo] al chocar contra algo
  9. Mostrarse una persona muy enfadada, preocupada o contenta. (amér) derrochar, malgastar.
  10. Arrojar, tirar violentamente..

Ejemplos con la palabra Boté

-En el desierto, patrón, volvía de Caracoles las manos vacías. Llegué tarde, la fatalidad me dio más penas que nunca. Una mala hembra me salió al frente y me acriminó, señor. Tenía que salir la misma noche y salí guiado por mi mala estrella. Después de dos días de marcha, perdí el rumbo y acabé la ración. El saco que me había acompañado muchos años lo boté al suelo, no me servía de nada, un bocado de pan y una cebolla fueron mi último almuerzo. En el desierto quema el sol más que en ninguna parte. Su merced ha corrido más mundo que este servidor y tal vez ha estado en África o en la tierra de los camellos donde dicen que no hay agua y las piedras son brasas de fuego... Pero le aseguro señor que en el desierto al mediodía sale humo del suelo y uno se ahoga. Al principio, señor, yo me reía, porque en penurias yo me las entiendo, pero no sabía que en el desierto mientras más se anda es peor. No se avanza un paso, no se sabe para dónde caminar, no hay una seña, no hay una huella, no hay un espino, no hay un peñasco siquiera. Pero yo andaba y andaba, porque volver era imposible y tampoco sabía de qué lado había salido. Esa noche dormí mal porque me parecía que de esa vez Andrade era hombre perdido. Cuando apenas aclaró me puse a andar, pero tenía fatiga. Fatigas he sentido y hambres he pasado, un día más, un día menos, sin probar un bocado, no es para asustar a un minero, ¿no es cierto ño Benítez? En la Deseada también sentimos hambre, pero nos reíamos. Los niños eran bravos todos y eran buenos para el padecer. Pero la fatiga del desierto era, señor, como el sol, cosa no conocida, a mis mayores enemigos a quienes se las tengo jurada por mi madre no les deseo esa fatiga, porque es peor que la muerte, patroncito. Principia una angustia en la cabeza que baja al corazón, que da comezón en los brazos y le quiebra a uno las piernas. A ratos uno se olvida de todo como si durmiera y se asusta de encontrarse caminando.
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Errores ortográficos comunes para boté


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