¿Cómo se escribe instigára?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

Hay varias causas por las que puede estar mal escrita instigára, a continuación se muestran las distintas posibilidades:

La palabra instigára no debe llevar tilde

Se acentúan todas las palabras llanas que no terminan en vocal, "n" o "s".

Las palabras llanas son aquellas en las que la sílaba tónica es la penúltima sílaba.

La palabra INSTIGARA se separa en sílabas: ins-ti-ga-ra, es llana y termina en "a" por lo tanto no debe llevar tilde.

Puedes ver la definición de instigara aquí

Las reglas generales de acentuación son:

  • Se acentúan las palabras agudas que terminan en vocal "n" o "s"
  • Se acentúan las palabras llanas que no terminan en vocal "n" o "s"
  • Se acentúan todas las palabras esdrújulas
  • Los monosílabos no se acentúan excepto aquellos que llevan tilde diacrítica

Ejemplos con la palabra Instigara

Mesía recordó lo que Visitación le había dicho la tarde anterior: cuidado con el Magistral que tiene mucha teología parda. Sin que nadie le instigara era él ya muy capaz de pensar groseramente de clérigos y mujeres. No creía en la virtud, aquel género de materialismo que era su religión, le llevaba a pensar que nadie podía resistir los impulsos naturales, que los clérigos eran hipócritas necesariamente, y que la lujuria mal refrenada se les escapaba a borbotones por donde podía y cuando podía. Don Álvaro, que sabía presentarse como un personaje de novela sentimental e idealista, cuando lo exigían las circunstancias, era en lo que llamaba El Lábaro el santuario de la conciencia, un cínico sistemático. En general envidiaba a los curas con quienes confesaban sus queridas y los temía. Cuando él tenía mucha influencia sobre una mujer, la prohibía confesarse. «Sabía muchas cosas». En los momentos de pasión desenfrenada a que él arrastraba a la hembra siempre que podía, para hacerla degradarse y gozar él de veras con algo nuevo, obligaba a su víctima a desnudar el alma en su presencia, y las aberraciones de los sentidos se transmitían a la lengua, y brotaban entre caricias absurdas y besos disparatados confesiones vergonzosas, secretos de mujer que Mesía saboreaba y apuntaba en la memoria. Como un mal clérigo, que abusa del confesonario, sabía don Álvaro flaquezas cómicas o asquerosas de muchos maridos, de muchos amantes, sus antecesores, y en el número de aquellas crónicas escandalosas entraban, como parte muy importante del caudal de obscenidades, las pretensiones lúbricas de los solicitantes, sus extravíos, dignos de lástima unas veces, repugnantes, odiosos las más. Orgulloso de aquella ciencia, Mesía generalizaba y creía estar en lo firme, y apoyarse en «hechos repetidos hasta lo infinito» al asegurar que la mujer busca en el clérigo el placer secreto y la voluptuosidad espiritual de la tentación, mientras el clérigo abusa, sin excepciones, de las ventajas que le ofrece una institución «cuyo carácter sagrado don Álvaro no discutía...» delante de gente, pero que negaba en sus soledades de materialista en octavo francés, de materialista a lo commis-voyageur.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra instigara

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